El Ministerio de Sanidad recomienda la administración de paracetamol de forma previa a la vacunación con el preparado de AstraZeneca como método para evitar reacciones adversas, que suelen ser leves, de corta duración y no afectan a todas las personas vacunadas.
Esta sugerencia aparece en la cuarta actualización de la estrategia de vacunación, publicada el pasado viernes por este ministerio.
Mientras no terminen los ensayos clínicos sobre los efectos de esta vacuna en mayores de 55 años, su aplicación solo está recomendada a personas de entre 18 y 55 años. Es el inmunógeno que se está administrando al personal sanitario y sociosanitario y a los colectivos esenciales, mientras las vacunas de ARNm (Pfizer y Moderna) se destinan a las poblaciones más vulnerables y con mayor riesgo de exposición.
Sanidad ha observado “reacciones locales y sistémicas leves frecuentes tras la vacunación” con AstraZeneca, aunque en la mayor parte de los casos tienen fácil remedio: “Se pueden utilizar dosis de 1 gramo de paracetamol previas a la vacunación, seguidas de 1 gramo cada 6 horas durante las primeras 24 horas, lo que reduce significativamente el dolor local, la febrícula, los escalofríos, las mialgias, la cefalea y el malestar posvacunal, sin influir en la respuesta inmune”.
Aunque el ibuprofeno también es un medicamento habitual en el tratamiento de estos síntomas, se aconseja el paracetamol de acuerdo con los resultados de los ensayos clínicos realizados hasta ahora por AstraZeneca.
La medicación profiláctica previa a la recepción de los inmunógenos de Pfizer o Moderna no está indicada por el Ministerio por falta de datos de los laboratorios.
La vacuna de AstraZeneca se enfrenta a una injustificada mala fama, una situación que en Alemania ha pasado a ser casi un problema de salud pública. Como contaba el diario The Times, su programa de vacunación peligra porque menos de 200 personas de las 3.800 citadas a diario para ponerse la vacuna de AstraZeneca acuden a su ambulatorio para ser vacunadas.
En España, los colectivos profesionales a los que se ha ofrecido la vacuna del laboratorio anglosueco han puesto también en duda la efectividad del fármaco y todo por una idea que perdura en el imaginario popular: que la vacuna de AstraZeneca es la menos eficaz de las aprobadas hasta la fecha.
Sin embargo, se trata de una afirmación con trampa, a la que no ha contribuido la comunicación hecha por la empresa, que ha hecho públicos sus resultados de manera un tanto anómala, tanto que ha provocado situaciones tan surrealistas como que países como Alemania y España la desaconsejen para mayores de 55 años, mientras la OMS y la propia Agencia Europea del Medicamento digan que es apta para esta franja de edad.
De hecho, todo parece indicar que los resultados de eficacia del 70% comunicados por la empresa poco después de los espectaculares anuncios de Pfizer y Moderna -que cifraron la eficacia de sus compuestos en más de un 90%- no se deben al compuesto en sí, sino al tiempo transcurrido entre cada dosis.