Cinco clases de fármacos que pueden afectar para mal a tu vida sexual
Fármacos recetados para enfermedades comunes tienen efectos secundarios que pueden influir en que la gente siga o no con el tratamiento.
24 marzo, 2021 02:32Noticias relacionadas
En pleno debate sobre si los ciudadanos a los que les toca la vacuna de AstraZeneca optarán finalmente por ponérsela o no lo harán por un temor injustificado científicamente a sus efectos adversos, es interesante recordar que esto es algo que ocurre con muchos fármacos.
Como recuerda un artículo escrito en el portal Medscape por el urólogo Henry Rosevear, hay estudios que demuestran que la mitad de los pacientes crónicos no toma su medicación como debiera, así como lo hace el 25% de los esporádicos.
El médico señala que aunque distintos factores influyen en la decisión de seguir o no los tratamientos prescritos, muchas veces se apela precisamente a los efectos adversos y que, entre ellos -también por su especialidad- es común quejarse de la interferencia de ciertos medicamentos en la vida sexual de los pacientes. He aquí cinco tipos de fármacos que pueden influir en este aspecto.
Fármacos para la hipertensión
La erección es un fenómeno vascular. Por tanto, todo lo que interfiera con la capacidad del organismo para aumentar el flujo sanguíneo en el pene causa disfunción eréctil. Este es el motivo por el que los antihipertensivos alteran la capacidad para conseguir una erección, explica Rosevear en Medscape. Entre los medicamentos señalados por el autor están la espironolactona y las tiazidas, el tratamiento de elección para la hipertensión arterial.
Para empeorar el problema, durante la estimulación sexual aumenta la frecuencia cardiaca y por esta razón los beta-bloqueantes, como metoprolol, que limitan el aumento de la frecuencia cardiaca, son una de las clases farmacológicas que más interfiere con la actividad sexual. (p. ej., espironolactona o las tiazidas).
Fármacos para la próstata
Los alfa-1 bloqueantes (AB) se prescriben con frecuencia como tratamiento de primera línea para los síntomas de tracto urinario inferior (STUI) de moderados a graves, asociados a la hiperplasia benigna de próstata (HBP).
Algunos medicamentos de esta familia, como la terazosina -alfabloqueante de primera generación-, es a su vez un tratamiento hipertensivo, por lo que tiene el mismo efecto secundario que todos los antihipertensivos: disminuyen el flujo sanguíneo en el pene y empeoran la disfunción eréctil.
Pero hay un segundo efecto secundario, frecuente incluso con la última generación de alfa-bloqueantes (como tamsulosina o silodosina) que es la llamada eyaculación retrógrada.
"Seamos sinceros: para algunos hombres el sexo sin eyaculación es insatisfactorio. Los alfa-bloqueantes relajan los músculos del cuello vesical y permiten la eyaculación al interior de la vejiga en lugar de fuera del pene. Este efecto secundario es muy específico de paciente y de fármaco, por lo que cambiar el alfa-bloqueante no siempre soluciona el problema", escribe el autor del artículo.
Fármacos para la depresión
No todos los fármacos para la depresión pueden influir en la vida sexual del paciente, pero hay una familia de estos -muy consumida- que sí lo hace. Se trata de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, que incluye medicamentos tan conocidos como la paroxetina.
"Tienen efectos secundarios sexuales que pueden ser muy frustrantes tanto para los hombres como para las mujeres: eyaculación retardada u orgasmo retardado. Este efecto secundario es tan frecuente que paroxetina a dosis baja es mi tratamiento preferido para los hombres que acuden a mi consulta por eyaculación prematura", escribe Rosevear.
No son los únicos antidepresivos que afectan a la vida sexual. El autor detalla que casi todos los antidepresivos, como los tricíclicos (amitriptilina, doxepina, imipramina y nortriptilina) y los inhibidores de la monoaminooxidasa (fenelzina y tranilcipromina), y los antipsicóticos (tioridazina, tiotixeno y haloperidol) pueden bajar la libido. Algunos de estos fármacos, como citalopram, pueden bajar mucho la cifra de espermatozoides o incluso pueden causar azoospermia.
Eso sí, tal y como resalta el urólogo, esto no quiere decir ni mucho menos que no haya que tirar de fármacos para tratar la depresión pero sí debe informarse a los pacientes sobre los efectos adversos de los mismos.
Fármacos para el cáncer
El urólogo advierte de los efectos sobre la vida sexual que producen los fármacos para el cáncer de próstata avanzado. En concreto, el médico comenta que los tiene tanto la hormonoterapia de primera generación, como la leuprolida, como la de última, como la darolutamida, enzalutamida, apalutamida o abiraterona.
Según explica, todos estos fármacos bajan mucho la libido por descenso de la concentración de testosterona. Ninguna intervención es adecuada para aumentar la testosterona presente en la sangre sin empeorar potencialmente el cáncer del paciente, porque el cáncer subyacente es hormonosensible.
Fármacos para la vida sexual
El quinto tipo de fármacos incluido en el listado del urólogo son los inhibidores de la PDE5 que, aunque suene paradójico, son medicamentos utilizados precisamente para mejorar la capacidad de erección, incluida la famosísima viagra.
Pero, como explica el autor en su artículo, estos fármacos, como cualquier otro, tienen efectos secundarios; pueden provocar cefalea, congestión nasal, rubefacción facial o dispepsia, y alterar el estado de ánimo.
"Aconseje a sus pacientes que no coman antes de tomar estos fármacos eviten el alcohol, se mantengan hidratados y utilicen fármacos sin receta, como paracetamol o ibuprofeno para contrarrestar estos efectos secundarios y seguir su actividad", concluye el experto.