A pesar de todas las indicaciones y alertas sobre el consumo seguro de medicamentos, la automedicación con paracetamol o ibuprofeno sigue siendo algo relativamente común en España. Y, como sucede con cualquier otro fármaco, no deberían ser tan fáciles de tomar sin prescripción médica.
Si bien es cierto que a bajas dosis estos fármacos suelen ser seguros, no son pocos los que exceden la dosis habitual de consumo, o bien los toman por cualquier dolencia sin una prescripción correcta. En personas sanas no deberían producirse efectos adversos, pero siempre hay excepciones, y en personas con determinadas patologías pueden estar contraindicados totalmente.
Debido a la pandemia de Covid-19 y a los efectos adversos leves de las vacunas, tanto paracetamol como ibuprofeno se han vuelto de nuevo muy populares. Pero, ¿cuándo tomar uno u otro? ¿Es posible mezclarlos?
Por un lado, el paracetamol es un analgésico y antipirético, es decir, mejora síntomas como el dolor, la fiebre o el malestar. Es el analgésico más leve, pero no por ello menos potente. Habitualmente su uso es más seguro que el ibuprofeno, pero no carece de contraindicaciones o efectos adversos en determinados casos. De hecho, un exceso de dosis puede ser muy perjudicial e incluso letal.
Por otro lado, el ibuprofeno es un antiinflamatorio no esteroideo o AINE, con funciones similares al paracetamol: mejora síntomas colo el dolor, la fiebre, y las inflamaciones articulares o musculares. En su caso, tiene más contraindicaciones que el paracetamol, y no debería tomarse en casos de hipertensión, enfermedad cardio o cerebrovascular, o enfermedad renal entre otras.
Tomarlos juntos es seguro
Frente a dolencias leves y de corta duración, como es el caso de un resfriado común -y siempre descartándose que se trate de un caso de Covid-19 leve-, lo ideal sería empezar con un único fármaco, o bien paracetamol o bien ibuprofeno. En caso de malestar o fiebre, el paracetamol es mejor opción, mientras que ante el dolor muscular, el ibuprofeno puede ser mejor opción, aunque ambos tienen potencial analgésico.
Así mismo, siempre será aconsejable leer el etiquetado de los fármacos y su dosis adecuada. En España aún es posible adquirir determinadas dosis de estos fármacos sin precisar receta, pero idealmente deben ser prescritos por un profesional sanitario. En casos determinados, es habitual que se receten de forma conjunta y alternándose: cada 4-6 horas, paracetamol o ibuprofeno.
En estas ocasiones lo que se busca es alargar el efecto de ambos, dado que es posible que no lleguen a darse las mejoras durante las típicas 8 horas de separación. Aún así, siempre se intentará prescribir cuánta menos medicación, mejor. Esta práctica es segura, aunque no ideal. Y siempre debería acordarse previamente con el médico.
Así mismo, es necesario saber por qué se realiza dicha práctica. Una vez se toma una dosis de un fármaco, se aumenta su cantidad a nivel corporal y va reduciéndose con el paso de las horas; sin embargo, es posible que los síntomas repunten aún cuando el fármaco no ha reducido sus niveles lo suficiente en el organismo.
En estos casos no es aconsejable acortar el periodo típico de 8 horas entre dosis de un mismo fármaco, motivo por el cual se busca alternarlo con otro fármaco distinto para evitar una potencial sobredosis.
Aún así, debe vigilarse que no se excede la dosis máxima de ninguno de ambos fármacos. En el caso del ibuprofeno, está totalmente desaconsejado superar los 600 mg cada 8 horas, mientras que en el caso del paracetamol no deben superarse los 1000 mg cada 8 horas. Estos límites deben respetarse incluso cuando se alternen entre ellos.
Además, también deben tenerse en cuenta otros medicamentos. No deben mezclarse antiinflamatorios entre sí, y tampoco exceder la dosis de alguno de estos fármacos gracias a "mezclas", dado que existen medicamentos en combinación que contienen parte de paracetamol, de ibuprofeno o de otros antiinflamatorios dentro de su composición.
Y, como siempre suele recomendarse, cuanta menos medicación, mejor. Si se nota malestar o febrícula (que no fiebre), pero de forma leve y soportable, la mejor opción siempre será intentar no tomar nada.