Durante las últimas semanas, se han multiplicado exponencialmente las noticias sobre potenciales efectos adversos por las vacunas contra la COVID-19 en España y el resto de Europa. Inicialmente, se dieron con la vacuna Oxford-AstraZeneca, pero el fármaco de Janssen-Johnson también ha sido objeto de paralizaciones para investigar casos relacionados de trombos.
La polémica arrecia en las últimas horas por el aparente pulso entre el ministerio de Sanidad que dirige Carolina Darias, que recomienda una segunda dosis de Pfizer a raíz del estudio 'CombiVacs' del Instituto de Salud Carlos III, y los españoles, que están optando por AstraZeneca en un 80% de los casos. Sanidad ha llegado a advertir que cuatro personas han fallecido en España por trombos asociados a esta última vacuna.
La polémica, sin embargo, distrae de la verdadera problemática: sea cual sea la vacuna, lo importante es recibir la segunda dosis. Un estudio en fase preliminar pone las cosas en perspectiva comparando la relación beneficio-riesgo entre sufrir Covid-19 o vacunarse con el fármaco de AstraZeneca.
En este caso, el nuevo trabajo llevado a cabo por los científicos de la Universidad de Oxford ha comparado el riesgo de sufrir coagulación sanguínea a nivel cerebral, o más conocida como trombosis venosa cerebral (TVC), tras haber sufrido un contagio por Covid-19 con o sin vacunación previa.
Durante el estudio, se analizaron datos de 500.000 pacientes que habían contraído la enfermedad, detectando 39 casos de TVC por cada millón de pacientes. De entre todos ellos, más de 480.000 recibieron una vacuna de ARNm (Pfizer o Moderna), y se detectaron 4 casos de TVC por cada millón de pacientes estudiados.
Así mismo, en el caso de la vacuna Oxford-AstraZeneca, la cual se usó en aproximadamente 20.000 pacientes estudiados, se detectaron 5 casos de TVC por cada millón de pacientes.
Según sus resultados, el riesgo de TVC por Covid-19 sin vacunación previa era hasta ocho veces superior en comparación a haberse vacunado con la vacuna de Oxford-AstraZeneca. Así mismo, el riesgo de TVC por COVID-19, sin vacunación previa, era hasta diez veces superior en comparación a haberse vacunado con una de las vacunas que usan ARNm (Pfizer o Moderna en este caso).
Riesgos de trombosis, en perspectiva
Recientemente, dada la sobredosis informativa respecto a los raros casos de trombosis, no han sido pocos los divulgadores que han querido realizar comparaciones algo más cotidianas respecto al riesgo de coágulos como consecuencia del uso de otras sustancias.
Un ejemplo común serían los medicamentos anticonceptivos, los cuales se sabe que producen entre 4 a 16 casos de coágulos sanguíneos por cada 10.000 personas cada año. Muy lejos de los 1-2 casos por cada millón de vacunas en el caso de AstraZeneca, o 1 caso por cada millón de vacunas en el caso de Janssen. Otro ejemplo sería el tabaco, cuyo consumo produce más de 1.700 casos de coágulos sanguíneos por cada millón de fumadores al año.
Aún así, cabe destacar que este tipo de comparaciones son algo engañosas: el riesgo de sufrir trombosis sanguínea es multifactorial y complejo, dependiendo en muchos casos de la persona, la genética, enfermedades previas y muchos otros factores. De momento, se desconoce qué factores aumentarían el riesgo de que se produzca la trombosis por vacunación, pero se sospecha que hay cierta predisposición.
No es el primer trabajo que insiste en resaltar que la vacunación siempre será más beneficiosa que no vacunarse y arriesgarse al contagio por Covid-19 y sus complicaciones, tanto agudas como tras el paso de los meses.
En cualquier caso, los eventos tipo trombosis venosa cerebral son muy raros en pacientes que se contagian por Covid-19, y más raros si cabe tras vacunarse, como demuestran tanto los datos actuales como el nuevo estudio.