Es la última revolución en el tratamiento de los tumores. La inmunoterapia lleva dando grandes resultados durante los últimos años, pero su rango de acción se había limitado a ciertos cánceres avanzados, es decir, como última opción en los tumores más complicados de tratar, la mayoría de ellos metastásicos. Sin embargo, su eficacia se está extendiendo a cada vez más tipos y un nuevo estudio, que ha contado con una amplia participación española, hace vislumbrar un futuro en que sus beneficios se trasladen a cada vez más pacientes.
El nuevo paso de la inmunoterapia se ha presentado este domingo en el congreso norteamericano de oncología (conocido como ASCO), el mayor evento mundial en el tratamiento del cáncer. Se trata del uso de atezolizumab –cuyo nombre comercial es Tecentriq– como terapia de apoyo en personas que han sido operadas de cáncer de pulmón.
El medicamento se ha probado en unas mil personas de todo el mundo, algo más del 10% de ellas en hospitales españoles. Estas personas tenían lo que se conoce como carcinoma de células no pequeñas –que representa casi nueve de cada diez cánceres de pulmón– en estadios II y IIIa, es decir, cuando la enfermedad no se ha extendido a otros órganos y se puede operar.
"Hay un 25%-30% de los pacientes de cáncer de pulmón de células no pequeñas cuyo tratamiento inicial es quirúrgico", señala Enriqueta Felip, jefa de sección de Oncología del Hospital Universitari Vall d’Hebron, de Barcelona, y parte del comité científico del estudio IMpower010, como así se llama esta investigación.
"Después de la cirugía tenemos tres o cuatro ciclos de quimioterapia, que consigue un aumento de la supervivencia global del 5%", explica. Tras ellos, los pacientes del estudio recibieron atezolizumab durante un año, lo que permitió aumentar un 34% el tiempo hasta la reaparición del cáncer en comparación con aquellos a los que no se les administró la inmunoterapia.
En estos pacientes, que tienen altos niveles de una proteína conocida como PD-L1, el tiempo medio hasta que la enfermedad regresa todavía no se ha alcanzado desde que se inició el estudio, mientras que solo con quimioterapia es de tres años.
Un segundo subgrupo de pacientes, que no expresan PD-L1 tanto como los anteriores, también vieron beneficios en la aplicación de la inmunoterapia. Tras un seguimiento de unos 32 meses, el riesgo de recurrencia del cáncer de pulmón o de muerte se redujo un 21%, aumentando en siete meses el tiempo hasta la progresión de la enfermedad.
Pocos avances en cáncer de pulmón
Felip destaca que este es el primer estudio que presenta resultados de la inmunoterapia en adyuvancia, es decir, tras la cirugía, y "vemos un beneficio, hay menos pacientes cuya enfermedad progresa entre aquellos que reciben atezolizumab. Además, el fármaco es bien tolerado", con unos efectos secundarios como picores y urticarias, que no son graves.
La oncóloga destaca que "en cáncer de pulmón no microcítico (que así se conoce a las células no pequeñas) no hemos tenido muchos avances en los últimos años", por lo que este supone mejorar las condiciones de estos pacientes. Además, "la supervivencia no la hemos podido analizar porque todavía no ha habido suficientes eventos". Es decir, muertes.
En España, cada año se diagnostican unos 29.000 nuevos casos de cáncer de pulmón. La supervivencia a cinco años en tumores diagnosticados en estadio III es de entre el 40 y el 50%, mientras que en estadio II supera el 60%. Ya hay estudios preparados para evaluar la eficacia de recibir solamente inmunoterapia en el post-operatorio (ya que sus efectos secundarios son menores que los de la quimioterapia).
En el futuro también está la posibilidad de que esta nueva arma contra el cáncer pueda aplicarse a diagnósticos más precoces, pero Felip señala que su eficacia es mayor en estadios avanzados. "Aunque los datos no son maduros, es algo que también pasa con la quimioterapia: cuando hay riesgo de recidiva, el beneficio es superior".