Estas son las personas que necesitarán una tercera dosis de la vacuna Covid de forma más apremiante
Buena parte de los pacientes que han recibido un trasplante no generan anticuerpos pese a recibir la pauta completa de la vacuna.
28 julio, 2021 02:19Noticias relacionadas
La posibilidad de una tercera dosis de la vacuna contra la Covid es la hipótesis más polémica de la actualidad. La ministra de Sanidad, Carolina Darias, lo dio por sentado, aunque la secretaria de Estado de Sanidad bajó las expectativas. Ya hay países, como Israel o Francia, que están planteándola para la población vulnerable, aunque la comunidad científica todavía desconfía de este paso.
Con todo, los médicos españoles ya están planteando esta posibilidad en un tipo de pacientes muy específicos: los trasplantados. Concretamente, los de riñón. El Hospital Clínico Universitario de Valencia tiene en marcha un estudio sobre cómo están respondiendo estos pacientes a la vacuna. Sus primeros resultados han hecho plantear otro: el de una tercera dosis que sería administrada no a los seis meses al año, como recuerdo, sino en fecha tan temprana como tres meses después de la segunda.
"Estamos viendo que, a nivel de anticuerpos, es como si no hubieran sido vacunados", explica Nayara Panizo, médica del Servicio de Nefrología del hospital y principal impulsora de esta nueva investigación. No es una novedad: ya ocurre con las de la hepatitis B y la gripe.
La medicación inmunosupresora es la principal responsable de esta baja respuesta, tanto humoral (anticuerpos) como celular (linfocitos T). De hecho, los pacientes sometidos a diálisis también reciben este tipo de medicamentos y, por consiguiente, su respuesta inmune se ve afectada. Pero es con los trasplantados donde más acusada es esta circunstancia.
Los pacientes renales lo han pasado muy mal durante la pandemia. El 5% de aquellos que necesitan tratamiento sustitutivo –es decir, diálisis o trasplante– se ha contagiado, y es que muchos han tenido que acudir tres veces por semana al hospital, frecuentemente en transporte público, para seguir con su terapia.
En consecuencia, la mortalidad en este grupo de personas llegó a cuadruplicar la de la población general y a duplicar a la de otros grupos de riesgo. No en vano, los pacientes renales se incluyeron en el grupo de personas vulnerables independientemente de su edad de la estrategia nacional de vacunación. Ahora esto puede que no haya sido suficiente.
Vacunas e inmunidad celular
"Ya hay dos ensayos clínicos en que se ha visto que la tercera dosis mejora la respuesta en trasplantados y que es seguro, no aumenta el riesgo de efectos adversos ni se produjo un rechazo del nuevo órgano", comenta Panizo. Se trata de dos estudios pequeños y uno de ellos engloba a más tipos de trasplantes (pulmón, corazón, hígado y páncreas), por lo que hacen falta más investigaciones para llegar a una conclusión. "En caso de que confirmáramos que el paciente no tiene protección, habría que plantear esta tercera dosis en seguida".
Hasta ahora, la mayoría de estudios sobre los efectos de las vacunas han evaluado los niveles de anticuerpos generados. El estudio valenciano pretende medir también la respuesta de las células T, que es mucho más compleja de evaluar.
A este respecto, Panizo hace una salvedad: los estudios en personas mayores han mostrado que este segundo tipo de inmunidad aparece de forma más tardía, por lo que están esperando a comprobar que ocurre lo mismo en pacientes renales antes de lanzarse a pedir esta tercera dosis. Para ellos hace falta tiempo. "A un año vista, se puede plantear la posibilidad, incluso, de ofrecer dosis más altas de vacuna en estos pacientes, o pautas heterólogas", es decir, mezclando vacunas, que han demostrado elevar el nivel de la respuesta inmune.
Ya se están planteando diversos estudios sobre el efecto de las vacunas y la posibilidad de una tercera dosis en trasplantados de distintos órganos, como los de hígado, mientras que en otros colectivos con medicación inmunosupresora prefieren individualizar la pauta vacunal.
Pauta vacunal individualizada
"Si no tienes linfocitos B o T que puedan responder al estímulo, no sirve de nada poner una vacuna", afirma José María Moraleda, jefe de Hematología del Hospital Virgen de la Arrixaca (Murcia) y director de la unidad de trasplante hematopoyético y terapia celular.
"Estos pacientes sin duda necesitarán más dosis de recuerdo de lo normal, pero antes de vacunarse necesitan un minimo de recuperación post-trasplante. Hay que considerar el estado de sus sistema inmune de forma individualizada", dependiendo del nivel de inmunosupresión que tengan.
Es el factor de la espera el que está haciendo que la vacunación en estas personas esté yendo de forma lenta. "A nuestros pacientes con leucemias o trasplantados que están dejando la inmunosupresión estamos empezando a vacunarlos y les seguimos la respuesta para ver si hay que inocularles nuevas dosis. Hacemos un tratamiento individualizado dentro de lo que nos permite las vacunas que tenemos y las estructuras de la comunidad autónoma".
De hecho, la proximidad con la fecha de trasplante es uno de los principales factores que determinan la respuesta inmune del paciente, comenta Marcos López Hoyos, presidente de la Sociedad Española de Inmunología.
"Hay un fármaco inmunosupresor que parece asociarse a una menor producción de anticuerpos, el micofenolato y, dentro de los trasplantes, el más afectado podría ser el de pulmón, posiblemente por la patología subyacente", indica a EL ESPAÑOL.
Para él, el momento de plantear esta tercera dosis en personas con baja respuesta sería a partir de los tres meses de la segunda, "siempre que demuestres que hay una ausencia de anticuerpos y células T", es decir, de forma individualizada.
Sin embargo, recuerda que se trata de una posibilidad que requiere de más estudios para poder desarrollar. "Una evidencia indirecta de que no se pierde del todo la protección es que, de ser así, estarían contagiándose mucho, y eso no ha ocurrido. Hay algún caso reportado pero no ha habido mayor incidencia de contagio tras la vacunación en la población trasplantada".
Para la población general, indica López Hoyos, harán falta dos factores que indican la necesidad de una tercera dosis: el aumento de incidencia en la población vacunada o la existencia de una variante que escapa a la inmunidad. De momento, ninguna de las dos cosas ha ocurrido.