Los primeros meses de 2021 fueron un frenesí de aparición de nuevas vacunas contra la Covid-19. Nada menos que cuatro fueron aprobadas en la Unión Europea entre finales de diciembre y principios de marzo, a las que hay que añadir varias más procedentes de China y Rusia. Seis meses después, ninguna otra ha vuelto a asomarse al umbral de la autorización europea.
En el horizonte, en cambio, se ve cómo varias candidatas se acercan pero parecen no llegar nunca. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lleva un recuento de todas las vacunas que están en desarrollo preclínico (en animales principalmente, 185) y clínico (en humanos, 112).
De estas últimas hay 21 que están en la fase previa a su uso. Siete están basadas en virus inactivados, dos en ARN, una ADN y otra más en vectores virales no replicantes. Las diez restantes basan su mecanismo en subunidades proteicas, que serán las estrellas de la segunda generación de vacunas contra la Covid.
"Si las vacunas que hemos tenido hasta ahora son como las instrucciones para montar un mueble de Ikea, en estas ya tienes el mueble montado", comenta a EL ESPAÑOL un experto en vacunas de la industria farmacéutica que prefiere no decir su nombre.
Es decir, en los sueros actuales se introduce el material genético para que las propias células del cuerpo humano fabriquen una proteína que asemeja a la utilizada por el SARS-CoV-2 para infectar a las células, la conocida proteína S. Este material genético se introduce encapsulado en nanolípidos (como en los casos de Pfizer y Moderna) o insertado en la secuencia genética de un virus inactivado (como en el caso de AstraZeneca y Janssen).
Las vacunas de subunidades proteicas (o proteínas recombinantes) consisten en fabricar la proteína S fuera del cuerpo humano, utilizando cultivos celulares. Por lo general, se trata de cultivos de células de insectos. Estas proteínas son purificadas e introducidas en viales, de forma que, cuando se inyecte la vacuna, no sea necesaria la actuación de las células humanas: el sistema inmune directamente reconocerá estos antígenos como extraños y fabricará defensas frente a ellos.
Las principales vacunas que llegarán en los próximos meses, como las de Novavax, Sanofi/GSK o Hipra, están basadas en este mecanismo. Sin embargo, no existe una razón por la que este tipo de vacunas hayan llegado después que las de ARN y adenovirus. Aunque vendrán con una ventaja incorporada: mientras que las actuales se desarrollaron frente a la variante de Wuhan, la cepa original del SARS-CoV-2, estas se han diseñado teniendo en cuenta las nuevas variantes. De ahí que se les llame vacunas de segunda generación.
Hay otra diferencia fundamental con respecto a las vacunas disponibles hoy en día. Si estas se ensayaron en humanos frente a un placebo (es decir, una parte de los voluntarios del ensayo fue inyectada con una solución inocua), "no tiene sentido hacerlo así ahora", comenta este experto de la industria, "tendrías que dejar gente sin vacunar". Por tanto, se han ensayado comparándolas con las vacunas actuales.
Por eso, la función que tendrán dentro de las estrategias de vacunación es distinta. En los países más adelantados servirán como vacunas de recuerdo (por eso no hay muchas vacunas de vectores virales no replicantes entre las que se están desarrollando actualmente) y será en los que van más atrasados –como los que forman parte del mecanismo Covax de la OMS, pero también en otros países de ingresos medios– donde funcionen como parte de una pauta completa de inicio. Eso quiere decir, además, que se podrán conservar a temperaturas entre 2 y 8 grados centígrados, la capacidad de refrigeración de una nevera normal y corriente.
Sanofi/GSK: Vidprevtyn
En fase de revisión por parte de la Agencia Europea del Medicamento desde finales de julio, Vidprevtyn es el preparado desarrollado por los laboratorios Sanofi y GSK, dos gigantes de la producción de vacunas. El primero de ellos ha elaborado la proteína y el segundo su adyuvante, es decir, un compuesto que multiplica la respuesta inmune.
Esta vacuna ha sido testada en más de 35.000 voluntarios mayores de 18 años en Estados Unidos, África, Asia y Latinoamérica, y se ha probado tanto frente a la variante orinal como a la Beta o sudafricana, que contiene una de las mutaciones más temidas en el código genético de la proteína de la espícula: la E484K, presente en otras variantes de interés identificadas por la OMS.
La Unión Europea ha formalizado un contrato con los laboratorios para adquirir Vidprevtyn, según el cual España recibirá medio millón de dosis en el primer trimestre de 2022. La pauta de administración es de dos dosis separadas 21 días entre ellas.
Novavax: NVX-CoV2373
Otra de las vacunas más adelantadas y en la que están puestas muchas esperanzas es la del laboratorio estadounidense Novavax, en la que España juega un papel fundamental, pues se fabricará en las instalaciones que el Grupo Zendal tiene en O Porriño, en la provincia de Pontevedra.
En proceso de revisión por parte de la EMA desde febrero, la Unión Europea tiene un compromiso de adquisición de 200 millones de dosis, de las que 2,2 millones corresponderían a España. Su aprobación se espera para este otoño.
Administrada en dos dosis separadas entre sí 21 días, esta vacuna también está basada en una subunidad proteica más un compuesto adyuvante. Más de 30.000 personas han participado en el ensayo de aprobación, en el que se ha evaluado la eficacia frente a la variante Alfa, con una eficacia del 86,3%. Contra la Beta o sudafricana, en cambio, es del 60%.
CureVac: CV2CoV
Ha sido uno de los principales reveses de la investigación contra la Covid-19. La vacuna CVnCoV, desarrollada por el laboratorio alemán CureVac y basada en ARN mensajero y no en proteínas recombinantes, mostró una eficacia del 47% previniendo la Covid-19 en cualquier grado de gravedad.
Por eso el laboratorio apostó por CV2CoV, su vacuna de segunda generación, que en ensayos preclínicos con macacos parece mostrar un mejor comportamiento que su hermana mayor. Así lo anunció el laboratorio a mediados de agosto, indicando que tiene una respuesta más rápida, genera más anticuerpos y activa las células de memoria B y T con más fuerza que su antecesora.
Además, tendría mayor capacidad neutralizante frente a las variantes Beta, Delta y Lambda. En esta ocasión, el retraso en la investigación provocado por el fracaso de CVnCoV puede haberles venido bien, pues han podido incluir en los experimentos estas dos últimas cepas. Se espera que la primera fase de ensayos en seres humanos comience en el último trimestre del año.
Hipra: PHH-1V
La gran esperanza española es una vacuna desarrollada por un laboratorio especializado en salud animal. El primer ensayo en humanos de una inmunización española contra la Covid comenzó la semana pasada y ya hay casi una decena de personas inoculadas con este preparado. En total serán 30, aunque hubo más de 400 voluntarios que cumplían los requisitos y que, probablemente, puedan participar en fases posteriores del ensayo.
Al igual que la de Novavax y la de Sanofi/GSK, esta vacuna está basada en una subunidad proteica. En esta ocasión, ha sido obtenida combinando proteínas de las variantes Alfa y Beta. Se administra en dos dosis separadas 21 días entre sí, si todo va bien, el ensayo en fase III comenzará en el último trimestre del año, cuando se evaluará también su potencial como vacuna de refuerzo o booster. Si nada lo impide, en el primer trimestre del año que viene esta vacuna puede estar en la calle.
La vacuna 'total' contra el coronavirus
Más allá de estas vacunas, en un futuro próximo se vislumbran otras opciones como la que está desarrollando el laboratorio de Luis Enjuanes en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Se trata de una vacuna intranasal, lo que permitiría generar una inmunidad esterilizante, es decir, que evite el contagio, ya que produciría anticuerpos en la mucosa, donde se asienta el virus primeramente en nuestro cuerpo, evitando que se implante.
Son un puñado las vacunas intranasales contra la Covid-19 que se están estudiando en todo el mundo. Para ser totalmente esterilizantes tienen que tener otra característica: "Solamente se va a conesguir cuando cojas un virus atenuado", explica el experto de la industria farmacéutica, "ya que generan anticuerpos contra todos los antígenos del virus, no solamente contra los de la proteína de la espícula".
Este tipo de vacunas, de las que China también está desarrollando varios prototipos, cuentan con una desventaja: son más difíciles de producir a niveles masivos, "se basa en una tecnología un tanto obsoleta y hacer el escalado industrial cuesta más".
En el horizonte está, además, la fabricación de una vacuna 'total' contra cualquier coronavirus, no solo el SARS-CoV-2. De momento se trata de una posibilidad teórica avanzada por investigadores de la Universidad de Singapur que hallaron que la vacuna contra la Covid-19 en personas que habían sido contagiadas por el primer SARS hace dos décadas generaba una potente respuesta de anticuerpos.
Basados en estos resultados, los autores del artículo, que se publicó en el New England Journal of Medicine, apuntaban que era posible que las vacunas tuvieran el potencial de proteger contra todas las variantes del SARS-CoV-2.
No es algo tan lejano: hasta el momento, solo la variante Beta (sudafricana) y otras relacionadas (como la Gamma o brasileña) han mostrado potencial para escapar, parcialmente, de la inmunidad vacunal. Incluso la tan temida variante Delta se encuentra con una barrera casi infranqueable cuando entra en una persona que ha sido inoculada con la pauta completa de las vacunas de ARN mensajero: su protección frente a formas graves de la enfermedad sigue siendo altísima.
Las vacunas actuales están haciendo muy bien su trabajo y prueba de ello es la quinta ola, que se ha saldado con un gran número de contagios pero unas cifras relativamente modestas de hospitalizaciones. Con todo, la llegada de refuerzos al arsenal actual contra la Covid-19 sigue siendo necesaria. La pandemia solo se solucionará cuando haya vacunas para todos los países.