España avista el final de la pandemia: "A final de año, las mascarillas podrían dejar de ser obligatorias"
Con una incidencia por debajo de 50 por primera vez en más de un año, los expertos ven factible abandonar las restricciones más arraigadas.
8 octubre, 2021 02:33Noticias relacionadas
Tras 12 semanas de descenso continuado, la incidencia acumulada se ha situado por debajo de 50, dando la bienvenida, por primera vez en 15 meses, a un escenario de riesgo bajo en el país. La evolución del coronavirus es positiva, las vacunas están consiguiendo su efecto esperado y los expertos creen que alrededor de las navidades la mascarilla podría dejar de ser obligatoria en lugares cerrados.
"Si seguimos así, las mascarillas van a dejar de ser obligatorias, seguramente, antes de que acabe 2021", comenta a EL ESPAÑOL Joan Carles March, profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública. Como condición para ello pone llegar a una incidencia por debajo de 25, "aunque lo ideal es de 10", algo que confía que lleguemos antes de navidades.
Además, esta baja incidencia deberá mantenerse al menos durante un mes para que esta medida piloto se pudiera consolidar, algo en que coincide el presidente de los médicos especialistas en Salud Pública de España, Rafael Ortí.
"Hay que seguir vacunando a toda la gente, contener un poco los colegios [donde está el único grupo que todavía no tiene una vacuna disponible, el de menores de 12 años] y, como prueba piloto, a principios de año se probaría a relajar todo".
Esta nueva 'nueva normalidad' llegaría a España tres meses antes de lo previsto por la Organización Mundial de la Salud para todo el mundo, tal y como caviló María Neira, directora del departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la institución, en una entrevista reciente en RAC1, donde consideraba que la pandemia podría estar controlada en marzo de 2022.
Ortí indica, no obstante, que, a pesar de que la situación pueda estar controlada en España a finales de año, siempre hay que tener en cuenta posibles nuevas entradas del virus desde fuera, por lo que la vigilancia debe seguir manteniéndose.
Dos regiones en 'nueva normalidad'
La cifra de 50 es simbólica pero no ofrece un panorama completo de la situación del SARS-CoV-2 en nuestro país. Las diferencias entre comunidades autónomas son notables: dos de ellas (Asturias y Galicia) se sitúan en la 'nueva normalidad', con incidencias por debajo de 20 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días.
Más son las regiones que estarían todavía en riesgo medio, es decir, por encima de los 50 casos: Aragón (73,34), Baleares (65,47), Cantabria (79,43), Cataluña (76,46), Madrid (52,69), Murcia (52,08) y País Vasco (55,66), amén de las ciudades autónomas de Ceuta (59,38) y Melilla (96,47).
Diferencias similares se observan entre franjas de edad, donde se ve el efecto de la vacuna: la población de 11 años o menos, para la que no hay indicada todavía ninguna profilaxis, tiene una incidencia de 82,37 casos.
Precisamente, Fernando Simón ha señalado este jueves que la posibilidad de una sexta ola quedaría acotada a este grupo de población. "Las previsiones serían que, en caso de que hubiera alguna ola, se restringiría a los grupos de no vacunados, menores de 12 años", ha indicado en declaraciones recogidas por EFE, "con un impacto en la clínica y en la asistencia muy inferior a lo que hemos estado conociendo hasta ahora".
El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias ha recalcado que "en ningún periodo desde que empezó la pandemia hemos tenido tanto tiempo de bajada continuada" de la incidencia y que cualquier ola que pueda venir "previsiblemente sería más pequeña y más lenta".
El riesgo de la llegada del frío
A pesar del optimismo, Joan Carles March advierte que la pandemia no ha acabado, ni mucho menos, y que actuar como si así fuera puede dar al traste con estas previsiones. "Cada día sigue muriendo gente", recuerda.
Por otro lado, la llegada del frío y varios puentes y festividades antes de navidades pondrán a prueba las buenas cifras de los contagios. "Cuanto más frío haga, más estaremos en interiores y habrá más posibilidades de contagio".
En esas precauciones hace hincapié José Jonay Ojeda, de la Sociedad Española de Salud Pública y Administraciones Sanitarias (Sespas). Aunque ve factible llegar a una incidencia inferior a 25 casos antes de que acabe el año, prefiere no lanzar una fecha concreta para replantear medidas de desescalada y rememora junio de 2020, cuando la incidencia llegó a situarse por debajo de 10, lo que no logró evitar subsiguientes olas.
Con todo, Ojeda considera que el comportamiento de la pandemia puede alcanzar un punto de inflexión, con un "escenario futuro en que pasaremos de ondas epidémicas a brotes y cuyo control estará ligado a la capacidad de realizar tests". La vigilancia, incluso estando controlada la expansión del virus, será vital para evitar sorpresas desagradables.
Cuatro millones sin vacunar
Quien no se muestra en absoluto de acuerdo con estas previsiones es Juan Francisco Navarro, jefe del servicio de Medicina Preventiva del Hospital General de Elche y presidente de la Sociedad Valenciana de Medicina Preventiva y Salud Pública.
"Sigue habiendo cuatro millones de españoles que no se quieren vacunar. Cómo nos vamos a quitar la mascarilla en espacios cerrados si una de cada 10 personas de entre 20 y 40 años está sin vacunar", replica con escepticismo.
Para él, "demasiadas cosas tienen que pasar para controlar la pandemia en marzo de 2022". Abordar a las personas que, por una cosa o por otra, no se ha pinchado con ninguno de los sueros disponibles es una de ellas, pero la otra es inocular una dosis de refuerzo en personas mayores cuya inmunidad puede haber decrecido varios meses después de vacunarse. Confía, no obstante, en la conjunción con la campaña de la gripe para que esta tercera dosis "sea un éxito".
Los expertos consultados por este medio coinciden en que, si bien las restricciones se levantarán, la mascarilla seguirá presente en algunos entornos como el hospital, y como medidas de higiene en sitios como el transporte público, si bien por una cuestión más cultural que legal.
"Algunas de las medidas se pueden mantener, no tanto por el impacto directo de la Covid-19 sino por otras enfermedades de contagio por vías respiratorias", sostiene José Jonay Ojeda. El éxito frente a la gripe es un ejemplo de ello.