Un trabajo del Instituto de Investigación del Hospital Universitario La Paz, Idipaz, analiza la inmunidad generada por las vacunas tanto en individuos que pasaron la enfermedad como en los que no y concluye que, con el tiempo, sus características no son tan distintas.
Eduardo López-Collazo, físico, director científico de la institución y líder del equipo de trabajo que ha realizado el estudio, nos explica por qué la inmunidad celular es el secreto mejor guardado de las vacunas y lo que puede hacer frente a ómicron. También nos habla de cómo cree que viviremos la pandemia en 2022 y del esfuerzo, poco valorado, de divulgar la ciencia en España.
- Inmunidad humoral, celular… ¿Cuántos tipos de inmunidad tenemos? ¿Cuántos tipos pueden generar las vacunas?
- Hablamos de inmunidad humoral cuando nos referimos a los anticuerpos, y de celular, cuando se involucran células del sistema inmunológico, es decir, de la defensa.
Las vacunas generan las dos. Los anticuerpos, la inmunidad humoral, tiene fecha de caducidad temprana, en unos meses baja significativamente. Sin embargo, hemos comprobado que la celular se mantiene en niveles adecuados. Si una persona con pocos anticuerpos pero con inmunidad celular se infecta, tardará un par de días en activar la artillería frente al virus, mas al final se defiende. Enferma de manera leve.
- Entre las conclusiones del estudio figura que los vacunados que han pasado la enfermedad generan una mayor respuesta de anticuerpos, pero los que no generan una mayor inmunidad celular. ¿A qué se debe? ¿Qué implica esta conclusión?
- El estudio es bastante exhaustivo al evaluar los dos tipos de inmunidad en vacunados que pasaron la enfermedad y los que no. Aclaro esto porque he visto muchos trabajos publicados que luego llegan a la prensa generalista y comentaristas-tertulianos donde usan la frase 'inmunidad celular' sin base sólida.
En nuestro caso, seguimos a una cohorte de personas desde antes que se vacunaran hasta 8 meses después de la segunda dosis. Los resultados nos indican que, en los que nunca pasaron la infección, son necesarias dos dosis para que se generen los dos tipos de inmunidad. En cambio, en los que pasaron la enfermedad antes de vacunarse, una dosis es suficiente.
En las personas que nunca estuvieron expuestas al virus, la vacuna genera una inmunidad celular superior en los primeros meses. Sin embargo, pasados 8 meses, la inmunidad celular en ambos grupos, los que no habían pasado la enfermedad y los que sí, es similar. Conclusión: al pasar el tiempo no hay diferencias y todos tienen inmunidad celular.
- A los que han pasado la enfermedad y se han vacunado se les ha dado por llamar superinmunes. ¿Este trabajo cambia esta visión?
- Con nuestro trabajo no vemos ninguna superinmunidad en ese grupo de personas.
- ¿Por qué cuesta tanto conocer la inmunidad que no es la de los anticuerpos?
- La inmunidad humoral, los anticuerpos, se mide evaluando la cantidad de anticuerpos presente en la sangre. Se han desarrollados métodos rápidos y baratos para hacerlo.
Sin embargo, la inmunidad celular es multifactorial. Si hacemos un trabajo serio tenemos que exponer las células de la sangre a una simulación de infección durante unos días en el laboratorio y luego evaluar la respuesta midiendo varios factores: presencia de algunos tipos de células, generación de moléculas específicas… Todo esto implica tener lo que llamamos expertise, infraestructuras y tiempo.
Es probable que en breve se desarrolle algún método fiable y rápido que nos dé una idea, aunque sea indirecta, de que la persona ha generado inmunidad celular. Sería recomendable para evitar vacunaciones masivas innecesarias.
- Los especialistas advierten que la inmunidad celular es la clave para comprobar la eficacia de las vacunas frente a ómicron. ¿Por qué ómicron no se libraría de la inmunidad celular generada por las vacunas pero sí de los anticuerpos? ¿Esto sería así también para todas las variantes habidas y que estén por venir?
- Son preguntas que se están respondiendo ahora. Con la pandemia, la sociedad ha puesto una presión enorme en los científicos, se requieren respuestas precisas y sólidas para 'ayer'.
Ahora mismo en mi laboratorio estamos evaluando qué ocurre con la inmunidad en infecciones con ómicron, algo que ha aparecido hace menos de dos meses. Si alguien te da respuestas concretas sobre esto, sencillamente está especulando.
Especular es bueno en ciencia. Solemos hacerlo para establecer nuevas hipótesis que luego las comprobamos. El problema es que, si especulas frente a una audiencia de millones de personas, una gran parte de ellas pensará que estás diciendo una verdad palmaria y luego vienen las conclusiones desafortunadas.
Según la experiencia que se está teniendo en las urgencias, los infectados con ómicron que están vacunados suelen no generar cuadros graves, todo lo contrario ocurre con los no vacunados. Existen casos aislados en los que la vacuna no les ha ayudado, pero esto está dentro de lo esperado. La vacuna perfecta no existe y todo indica que la inmunidad celular está funcionando.
- ¿Qué supone ómicron para aquellos que, como usted, han estado investigando el SARS-CoV-2 desde el inicio de la pandemia?
- Otro reto. Al ser más infecciosa y tener a gran parte de la población vacunada (hablo de España), está cursando con casos menos graves, pero con una incidencia disparada. Esto nos puede llevar a soñar con una endemia que ponga punto final a la pandemia. Pero aún es demasiado pronto para decirlo.
- Hemos pasado del pánico por el aumento de contagios a reducir cuarentenas y aislamientos, incluso Israel pretende recuperar la estrategia de 'contagio masivo'. ¿Le parecen decisiones razonables o da la impresión de que hemos tirado la toalla frente a la Covid?
- En algún momento sabíamos que ocurriría. Si se verifica que, estando vacunados, el curso de la enfermedad es leve, se levantarán todas las medidas. Eso sí, habrá que asumir los riesgos que ello implica.
A mí me preocupan los casos de Covid persistente, el desconocimiento que aún impera de la disparidad con que la enfermedad se puede manifestar y un largo etcétera que sólo hace calificarme como un aguafiestas. De hecho, me he comido las uvas de fin de año solo en casa porque nadie me invitó a compartir mesa, me tienen por súper estricto (risas).
- ¿Cómo ve este 2022? ¿Confía en que de aquí a un año nos hayamos olvidado de la pandemia?
- Ojalá sea así, pero no lo creo. Tenemos la asignatura pendiente de vacunar a los países desfavorecidos, mientras que no se haga serán una fuente de nuevas variantes que pueden complicar las cosas. Esto no sólo quiere decir donar vacunas, también es necesario proveer de infraestructuras logísticas para que lleguen y se administren.
Por otra parte, habrá que establecer cuánto dura la inmunidad para diseñar las pautas de vacunación anuales. Yo sólo pido que se nos dé un respiro para estudiar a fondo el problema y generar conocimiento sólido. Ah, que se no se olvide que esto se hace con dinero. Los reactivos y los aparatos de laboratorios son caros; además, los científicos tenemos que pagar las facturas, vestirnos y comer.
- Usted no se cansa de promover la ciencia, de proyectar una imagen atractiva de la ciencia para fomentar las vocaciones y el interés del público general. ¿Han asumido los científicos esta parte del 'trabajo' o se tiran piedras contra su propio tejado?
- Si no lo hacemos nosotros, no la hará nadie. Es difícil, porque no se reconoce la labor de divulgación en nuestro currículo. Yo he escrito cuatro libros de divulgación en dos años y eso no me vale para ascender, ni puntúa en ninguna evaluación.
Para colmo, la editorial tampoco promueve mis libros porque, al no ser un escritor a tiempo completo -es decir, no vivo de ello- creen que no deben dedicarme tiempo y espacio para la difusión. Un trabajo que ha recaído en mí.
Por ahora no claudico en mi intención de hacer ver la belleza de nuestra profesión. Es emocionante arrancar un secreto a la naturaleza, ser la primera persona en entender un fenómeno o responder una pregunta. No hay nada más sexy ni cool. Por otra parte, me gusta hacer ver que los científicos somos personas que además de pensar y trabajar en resolver problemas, vamos al gym, bailamos, ligamos, nos enamoramos y a veces ni siquiera usamos gafas (risas).