La sexta ola Covid deja casi tantas muertes en tres meses como la gripe en todo 2019
Las muertes atribuibles a la gripe en la última temporada pre-Covid fueron 3.900. Los datos aportados por Sanidad están cerca de rebasar esa cifra.
13 enero, 2022 06:00Noticias relacionadas
Con 1,5 millones de diagnósticos de Covid en los últimos 15 días (casi el 3% de la población española), 2.466 ingresos en el hospital y 125 muertes notificadas en las últimas 24 horas, la existencia de un debate sobre la necesidad de mover ficha y gestionar esta pandemia como la gripe parece una frivolidad. De hecho, Catherine Smallwood, una de las principales responsables de la Organización Mundial de la Salud para Europa, ha mostrado su desacuerdo con el hecho de tratar el virus de forma endémica.
Sin embargo, esta semana Pedro Sánchez declaraba que el Gobierno está planteando ese paso y el Consejo Interterritorial ha debatido sobre la propuesta. Algunos expertos en salud pública han dudado de que un cambio de tal calibre pueda ponerse en marcha antes del próximo verano, pero una sociedad de médicos de primaria ha dado el campanazo pidiendo ya un cambio, justificándolo en la innecesaria carga asistencial actual que está colapsando los ambulatorios y no está aportando ningún beneficio en salud.
Más allá del ámbito médico son muchas las voces que, en redes sociales, acusan a los gobiernos central y autonómico de imponer restricciones para evitar una infección cuya letalidad a lo largo de la pandemia es del 1,2% y, durante la sexta ola, del 0,1%, según el último informe epidemiológico del Instituto de Salud Carlos III.
Estos porcentajes son inferiores a las cifras de letalidad por gripe que ofrece el mismo instituto. Esta fue del 3,5% en la temporada 2019-2020, del 6,1% en la anterior y del 3,6% en la de 2017-2018, razón por la que estos 'gripalistas' critican que se impongan cuarentenas y aislamientos que prevengan una expansión aún más rápida de la Covid.
Más allá de que los epidemiólogos alerten de que ambos porcentajes no se pueden comparar tan a la ligera, lo cierto es que solo las cifras de la sexta ola, con su menor letalidad, están provocado un impacto mucho más profundo en la salud de los españoles que cualquier temporada de gripe de las últimas décadas. Y así lo están viviendo tanto en atención primaria como en los hospitales.
La “nueva gripe” Hospital @Area7ReinaSofia
— P Piñera Salmeron (@pascualpinera) January 12, 2022
Total Ingresados: 87.
UCI: 15 #COVID19 + (79% ocupación)
2 plantas abiertas.
Organizando para abrir una tercera.
35% d sospechas #covid en Servicio de #Urgencias 120 pacientes/día.
Ninguna epidemia gripe hemos estado así. Insostenible
Los datos con contundentes. La última temporada de gripe 'normal', la del invierno de 2019-2020, arrojaba unas cifras de 619.000 casos, 27.700 hospitalizaciones, 1.800 ingresos en UCI y 3.900 muertes "atribuibles a gripe", indican las cifras del Carlos III.
Sin haber alcanzado todavía el pico de la sexta ola, la Covid (ya sea por la variante delta o la ómicron, las dos presentes en esta onda epidémica) ya deja 2,6 millones de casos y 3.591 muertes, unas 300 menos que la gripe en una temporada.
Aplicando la letalidad de la sexta ola, haría falta algo menos de medio millón de contagios para alcanzar las cifras de mortalidad de la gripe. Una cantidad que sería excepcional para cualquier otra infección respiratoria, pero no para el SARS-CoV-2 variante ómicron, cuyo ritmo actual está por encima de los 100.000 contagios diarios. Este miércoles se ha batido un nuevo récord con 179.125 casos.
Es decir, que solo con los casos que se pueden notificar de aquí al lunes la sexta ola de la Covid igualaría las cifras de la última temporada de gripe.
Retrasos en la notificación de muertes
La medición de la mortalidad no está exenta de matices. Por ejemplo, este martes se notificaron 247 muertes en un solo día, una barbaridad que no se veía desde hace casi un año, pero hay que tener en cuenta que en ese día de la semana suelen incluirse las notificaciones de fallecimientos que, por la razón que fueran, no llegaron a tiempo el lunes, por eso suelen estar abultadas.
Además, veníamos de un puente, ya que el jueves 6 de enero fue fiesta y es posible que se hayan ido arrastrando retrasos en las notificaciones desde ese día. El número diario de muertes de las últimas dos semanas, según la fecha de defunción, se sitúa entre 56 y 88.
Por otro lado, la mayoría de expertos creen que aún no hemos llegado al pico de esta onda epidémica. El cuello de botella generado en la atención primaria está afectando a los casos notificados de forma que parecen haber alcanzado una meseta, pero nadie cree que comiencen a bajar antes de una o dos semanas.
Esto implica que las hospitalizaciones seguirán subiendo al menos hasta finales de mes. El ritmo medio diario de aumento en las últimas semanas está siendo en torno al 4%, lo que implica que en la recta final de enero superaríamos el pico de ingresados de la tercera ola, cuando se registraron más de 25.000 muertes.
Según el Instituto Nacional de Estadística, en 2019 murieron 2.916 personas por el virus de la gripe y unas 10.000 por neumonía asociada a distintos agentes infecciosos, cifra que se ve de otra forma al compararla con los 60.358 muertos por Covid-19 en 2020.
Las cifras de 2021 todavía no han sido consolidadas pero, tomando como referencia los informes diarios del Ministerio de Sanidad, serían más de 38.000 los españoles que murieron por la Covid, la mayor parte de ellos en el primer semestre del año, cuando las vacunas todavía no se habían generalizado en la población: desde julio se notificaron 8.600 fallecimientos.
Ni en los momentos más tranquilos de la pandemia, entre finales de septiembre y principios de octubre, han dejado de registrarse muertes por Covid. Por aquel entonces la incidencia acumulada, esto es, el número de nuevos casos por cada 100.000 habitantes en las últimas dos semanas, apenas había bajado de 50, lo que indicaba un riesgo bajo de Covid.
El número de hospitalizaciones (unos dos millares) e ingresados en UCI (medio centenar) acompañaba esa cierta tranquilidad. Hoy esas cifras se quintuplican, los profesionales se ven desbordados y la situación no tiene visos de mejorar, al menos, en lo que queda de mes. Con los datos en la mano, el momento de tratar la Covid como una gripe está todavía lejos.