Ómicron sigue ganando terreno en nuestro país. Los más de 100.000 contagios diarios de Covid-19 continúan ejerciendo presión sobre el sistema hospitalario, pero también sobre Atención Primaria, que cada vez ve más saturadas sus consultas. A ellas, acuden también pacientes preocupados por desinformación relacionada con el covid. Lo último, tratar a los niños con aspirina para calmar los síntomas del coronavirus. Una práctica tan contraindicada como peligrosa.
El último estudio del Instituto de Salud Carlos III sobre la situación de la Covid-19 en España publica que en esta sexta ola se han contagiado al menos un 40% de los niños menores de 10 años infectados en toda la pandemia. En cuanto a hospitalizaciones, hasta un 25% de todos los niños hospitalizados por covid hasta ahora han ingresado en esta última ola.
Por el momento, son el grupo de población menos vacunado. Según datos de la última actualización del Ministerio de Sanidad, desde que se comenzó la vacunación en menores el pasado 15 de diciembre, sólo el 43,9% cuenta con al menos una dosis de la vacuna.
En el caso de ómicron, los niños con síntomas presentan cuadros de fiebre, escalofríos, congestión nasal y, en algunos casos, otros como fatiga o diarrea. El miedo a la evolución de la enfermedad en los más pequeños o la desinformación recibida a través de las redes sociales o internet pueden llevar a decisiones equivocadas. El hecho de administrar aspirina a los más jóvenes puede tener un peor desenlace que la presencia de síntomas como la fiebre o el dolor de garganta.
Precisamente esto, además de no estar recomendado para el tratamiento de la Covid-19, está contraindicado en niños y adolescentes por las consecuencias que puede tener en su salud. Médicos como Miguel Marcos, internista en el Hospital Universitario de Salamanca, piden no administrar aspirina, a menos que lo indique un pediatra, porque su uso en infecciones virales puede causar lo que se conoce como síndrome de Reye.
Esta enfermedad afecta generalmente a niños y adolescentes cuando se están recuperando de infecciones virales como la gripe o la varicela. Aunque es poco común -pues afecta a uno entre un millón-, presenta cuadros muy graves, porque provoca inflamación en el hígado y en el cerebro, por lo que requieren tratamiento de emergencia. Entre sus síntomas están la confusión, las convulsiones o la pérdida de conocimiento, y pueden aparecer hasta cinco días después del comienzo de una infección viral.
Aunque no es la única causa, el tratamiento de enfermedades o infecciones virales en niños con aspirina es uno de los factores que se han relacionado con el desarrollo de este síndrome. La razón es que este medicamento conocido como ácido acetilsalicílico se ha relacionado con este síndrome durante la fase viral prodrómica en niños pequeños, un hallazgo que condujo a la emisión de una advertencia contra su administración en niños en la década de los 80.
En esos años, el uso de la aspirina infantil era la norma en muchos hogares para el tratamiento sintomático de numerosas enfermedades y la incidencia de dicho síndrome era de un caso por cada cien mil niños. Roi Piñeiro, pediatra y miembro del Comité de Medicamentos de la Asociación Española de Pediatría (AEP), explica que ahora se trata de "un efecto adverso muy raro, pero posible". Añade que también se ha postulado que el origen del síndrome de Reye pueda ser una respuesta anormal del organismo a una infección vírica.
Como consecuencia, las autoridades sanitarias de varios países prohibieron su utilización en procesos víricos en niños. En España, por ejemplo, la aspirina infantil fue retirada del mercado español en 2003 y su administración en menores de 16 años continúa contraindicada. Lo cierto es que existen otros medicamentos que pueden tratar dolencias similares y que son mucho más seguros para la edad pediátrica.
Como cuenta Piñero, "para el tratamiento sintomático de una infección respiratoria en pediatría, como Covid-19, existen otros medicamentos con un perfil de seguridad mejor, como por ejemplo paracetamol o ibuprofeno".
Asimismo, el doctor reconoce que no ha conocido hasta ahora en sus consultas ningún caso en el que se haya administrado aspirinas contra la covid. No obstante, recuerda que sí han circulado fake news sobre que la aspirina cura la Covid-19.
"Como tantas cosas que podemos leer en redes sociales y en los servicios de mensajería instantánea, es falso, y se basa en los resultados de algunos ensayos clínicos en los que se ha utilizado ácido acetilsalicílico para reducir el riesgo de trombosis en pacientes con Covid-19 grave. Nada que ver prevenir una trombosis con curar la Covid-19", cuenta el doctor.
Los bulos en pandemia
El último estudio de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) sobre bulos en salud concluía que nueve de cada diez especialistas han atendido a pacientes que estaban preocupados por las fake news sobre la Covid-19. Muchas de ellas llegan a través de las redes sociales y otras aplicaciones de mensajería instantánea.
La doctora Marta Martínez, secretaria de información de la SEMG, explica en un comunicado que "los bulos interfieren en nuestro día a día porque debemos dedicarles un tiempo importante que se lo quitamos a otro tipo de actuaciones médicas más importantes". No obstante, subraya que "es necesario que los profesionales trabajemos la comunicación con los pacientes porque va a favorecer que esa desinformación no llegue a ningún sitio".
Muchos de estos bulos adquieren importancia en parte porque, como indica el estudio, los pacientes siguen utilizando internet como una herramienta para resolver dudas sobre salud. De hecho, el 82% de los especialistas afirma que, en general, sus pacientes consultan información en línea antes de asistir a la visita. En este contexto, 8 de cada 10 especialistas tienen la sensación de que existe una falta de confianza por parte de los pacientes.
Entre los temas que más han detectado los especialistas en sus consultas son, en gran medida, los relacionados con las vacunas (en un 81%), pero también sobre el origen del virus (un 53%) o sobre el tratamiento de la enfermedad (en un 33%). No obstante, lo realmente peligroso de estos bulos es que pueden tener consecuencias directas sobre la salud, como es el caso de dar aspirina a niños y adolescentes para calmar la fiebre u otros posibles síntomas que pueda causar el coronavirus.