La gripalización del coronavirus ha sido uno de los temas recurrentes estas últimas semanas. Pero ni es gripe ni estamos todavía en el punto de convertir en endémica una enfermedad como la Covid-19. El virus de la influenza es estacional y hace su aparición cada invierno, con la llegada del frío. Con el coronavirus, de momento, no podemos esperar lo mismo. Según las últimas investigaciones, las olas de covid están muy vinculadas a los temperaturas extremas tanto en zonas cálidas como aquellas con un clima más frío.
Investigadores estadounidenses han demostrado en un estudio publicado ahora en American Journal of Tropical Medicine and Hygiene cómo influyen las temperaturas y la zona en la que vivas en la aparición de nuevos picos de covid. Tras analizar al menos 19 puntos en todo el mundo (en Estados Unidos, India, China o Irán), los autores concluyeron que el número de casos se disparó cuando la temperatura era menor a los 17ºC o mayor a los 24ºC. Además, añadieron otro factor importante: el virus sobrevive más en ambientes secos que en aquellos más húmedos.
Hasta ahora, otras investigaciones habían apuntado a la temperatura como un factor secundario pero influyente en el desarrollo de las sucesivas olas de covid. Sin embargo, las conclusiones apuntaban a una baja humedad y unas temperaturas frías como el motor que disparaba la incidencia acumulada del covid en distintas partes del mundo.
Un ejemplo es el estudio publicado por investigadores de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) hace un año en el Biomedical Journal of Scientific & Technical Research, que analizó lo ocurrido en la primera ola de Covid-19 en España. En él concluyen que las temperaturas inferiores a 10ºC y una humedad absoluta inferior a seis gramos por metro cúbico se asociaban a una mayor tasa de transmisión en latitudes medias como era el caso de España.
De acuerdo a esta investigación, aunque relación no implica causalidad, el coronavirus aumenta su capacidad de transmisión con las bajas temperaturas y ambientes más secos. Como este, otro estudio realizado por especialistas de la Universidad de Cantabria (UC), el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (HUMV) y el Instituto de Investigación Sanitaria de Valdecilla (IDIVAL) demostraron la asociación entre temperatura media e incidencia acumulada de Covid-19 en España.
No obstante, en lo que se refiere a este último estudio, se señalaba únicamente que las provincias españolas que tuvieron menos de 10ºC duplicaron los datos epidemiológicos, en mayor medida que las que tuvieron más de 16ºC. Se pone de manifiesto, además, cómo cuando existen bajas temperaturas, también cambian los hábitos de comportamiento social. Es decir, un clima frío favorece las reuniones en espacios cerrados en los que hay una escasa o inexistente ventilación, lo que aumenta también el riesgo de transmisión del SARS-CoV-2.
Temperaturas extremas durante 14 días
En el mes de abril de 2020, un informe del Grupo de Análisis Científico del Coronavirus del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) señalaba que se estaba estudiando la relación entre la temperatura y la propagación de la covid. Entre otras cosas, apuntaban que algunos virus de tipo respiratorio, como puede ser el de la gripe, se propagaban más durante los meses de clima frío y que los demás coronavirus conocidos sobreviven peor a temperaturas más altas y a una mayor humedad que entornos más fríos o más secos.
No obstante, ya entonces los expertos señalaban en el informe que "el nuevo coronavirus se está extendiendo de manera eficaz por todo el mundo, incluso en climas cálidos y húmedos, por lo que aún es pronto para considerar la estacionalidad climática como un factor clave de su transmisibilidad".
Después de dos años de pandemia y seis olas de coronavirus, la hipótesis de que el coronavirus sólo prolifera en ambientes fríos y secos ha ido perdiendo fuerza. El nuevo estudio publicado en American Journal of Tropical Medicine and Hygiene pone de manifiesto cómo en diferentes lugares del mundo la temperatura cálida puede tener un impacto similar a la fría.
En España, por ejemplo, desde que comenzó la pandemia, hemos tenido olas de covid tanto en meses cálidos como en otros más fríos. La cuarta ola tuvo lugar en los meses de julio y agosto. Ese verano nuestro país -como el resto de Europa- atravesaba por una de las olas de calor más intensas registradas, con temperaturas superiores a los 40ºC en muchos puntos.
Esta ola, a pesar de las altas temperaturas propias de la época estival, casi igualó en número de nuevos casos diarios a la anterior ola sufrida en los meses de enero y febrero (en torno a los 30.000 nuevos casos diarios), con un clima mucho más frío y cuando tuvo lugar Filomena. El temporal dejó tras de sí nevadas históricas en nuestro país con temperaturas bajo cero durante varias semanas.
Los autores del estudio precisan que para que el virus pueda proliferar en temperaturas extremas, este clima debe mantenerse durante un promedio de 14 días. No obstante, los datos analizados sólo comprenden hasta el mes de diciembre de 2021 y la situación puede cambiar si surgen nuevas mutaciones o variantes del coronavirus.
Aún así, lo que apuntan los investigadores es que factores como la humedad y la temperatura tienen un papel importante en el tamaño de las partículas del virus y, por tanto, en su vida útil en el aire. La falta de humedad en el aire, por ejemplo, promueve la aerosolización del virus y la suspensión de partículas en el aire durante períodos de tiempo más prolongados.
Así las cosas, aunque los autores han comprobado que en un rango de temperatura entre los 17ºC y los 24ºC se han observado menos casos de covid, cobra verdadera importancia el comportamiento humano cuando se dan temperaturas extremas.
La literatura sobre la ergonomía humana sugiere que, a medida que la temperatura aumenta por encima de los 24ºC, las personas tienden a pasar más tiempo en interiores y en un ambiente climatizado. Del mismo modo ocurre con las temperaturas frías.
De acuerdo a estas conclusiones, el estudio apunta que si una región cálida no experimenta temperaturas invernales por debajo de los 17ºC, solamente tendrá picos de casos durante el verano. Igualmente, si las regiones frías no superan los 24ºC en verano, sólo verán un aumento de la incidencia de covid en invierno. No obstante, para aquellas regiones que experimenten ambos climas, lo más probable es que sufran al menos dos picos estacionales de covid.