El Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) era hace pocas décadas la infección más temida del mundo. Sin embargo, la investigación científica ha permitido que quienes la padecen hayan pasado de un pronóstico mortal a una esperanza de vida similar a la de la población no infectada; esta población ha pasado de pacientes a personas que viven con el VIH. Sin embargo, un reciente estudio científico ha descubierto una variante del VIH más virulenta y más transmisible.
Hasta ahora conocíamos dos tipos de VIH: el más conocido es el VIH-1, que es el causante de la mayoría de los casos en el mundo y es muy virulento —a sus espaldas lleva 38 millones de casos en el mundo y ha causado 33 millones de muertes—; y el VIH-2, que es menos frecuente y menos agresivo. Ambos terminan provocando el Síndrome de la Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), pero el primero a mayor velocidad que el segundo.
La tercera versión del VIH ha sido descubierta recientemente en Países Bajos en un estudio conducido por el Big Data Institute de la Universidad de Oxford. Sus resultados, que se han publicado este jueves en la revista Science, apuntan a que se trata de una variante altamente virulenta. Esta versión se ha denominado como variante VB —por subtipo virulento B— y viene a confirmar uno de los mayores temores de los investigadores de este virus: que, al igual que el SARS-CoV-2, la transmisibilidad y el daño VIH pudieran variar, la transmisibilidad y el daño VIH pudiese variar tras una mutación genética.
Tratamiento efectivo
Las principales diferencias entre el VIH y la variante VB se observan antes de aplicar el tratamiento antirretroviral: las personas infectadas con esta variante recién descubierta presentaban una carga viral mayor —entre 3,5 y 5,5 veces más—, su disminución de defensas CD4 se daba el doble de rápido —y, en consecuencia, el SIDA se desarrolla antes en estos casos— y se observó un mayor riesgo de transmitirlo a otras personas. Por suerte, el tratamiento antirretroviral era igualmente efectivo en estos pacientes.
Este hecho supone un gran alivio para pacientes, médicos e investigadores: el tratamiento actual del VIH permite que los pacientes lleguen a tener una carga viral indetectable y esto significa, a su vez, que no transmiten la enfermedad. Fue a mediados de la década de 1990 cuando aparecieron las terapias triples con antivirales. "Ahí descubrimos que éramos capaces de revivir a pacientes que estaban al borde de la muerte. De hecho, durante una época se acuñó lo que llamábamos el síndrome de Lázaro", explica José Ramón Arribas, presidente de GeSIDA, en este artículo de EL ESPAÑOL.
Al iniciar el tratamiento contra el VIH, los pacientes de la variante VB presentan una recuperación del sistema inmune y una supervivencia similar a la de los pacientes de las variantes más conocidas. Eso sí, al tratarse de un virus que puede derivar en SIDA a una mayor velocidad, los expertos destacan la importancia que tiene detectar estos casos rápidamente y empezar cuanto antes el tratamiento.
Diagnóstico temprano
Todavía no se ha determinado por qué esta variante es más dañina y más transmisible, pero sí se ha observado que presenta muchas mutaciones repartidas por todo su genoma; esto indica que no se puede determinar una única causa genética. Las investigaciones sobre los mecanismos de esta variante del VIH pueden conducir a nuevas dianas terapéuticas a las que enfocar los tratamientos antirretrovirales de nueva generación.
"Nuestros descubrimientos enfatizan la importancia de que los individuos en riesgo de infectarse con el VIH tengan acceso a los test para diagnosticar de manera temprana y administrar el tratamiento de manera inmediata, como orienta la Organización Mundial de la Salud (OMS)", afirma Christophe Fraser, autor del estudio y miembro del Big Data Institute de la Universidad de Oxford y el departamento de Medicina de Nuffield. "Este procedimiento acorta el tiempo en el que el VIH puede dañar el sistema inmune de un individuo y poner en riesgo su salud. Además, también se previene, de esta manera, la transmisión a otros individuos".
La variante VB fue identificada por primera vez en 17 individuos con VIH procedentes del BEEHIVE project, un estudio en marcha que recopila muestras en Europa y en Uganda. De estas personas, 15 procedían de los Países Bajos y, por eso, los investigadores analizaron datos de una cohorte de más de 6.700 individuos con VIH en Países Bajos. Tras ello, identificaron a 92 individuos más con la variante que provenían de todas las regiones de Países Bajos y haciendo un total de 109.
No es nueva
Tras analizar los patrones de variación genética entre las muestras, los investigadores estimaron que la variante VB emergió en Países Bajos entre los últimos años de la década de 1980 y comienzos de la década de 1990. Después, se expandió más rápido que otras variantes durante los 2000, pero disminuyó en torno a la década de 2010. Según el equipo de la investigación, la variante VB emergió a pesar de la generalización del tratamiento en Países Bajos y no a causa de éste, ya que el tratamiento es efectivo para suprimir la transmisión.
"Antes de este estudio, se sabía que la genética del VIH era relevante para su virulencia y que la evolución de una nueva variante puede cambiar el impacto del virus en la salud. Ahora, el descubrimiento de la variante VB lo ha demostrado y ha aportado un ejemplo poco común del riesgo que plantea la evolución de la virulencia", apunta Chris Wymant, autor del estudio y miembro del Big Data Institute de la Universidad de Oxford y el departamento de Medicina de Nuffield.
Los individuos observados que presentaban la variante VB muestran características similares a las personas que viven con el VIH en los Países Bajos, incluyendo edad, sexo y el modo por el que se sospecha que se transmitió la infección. Esto indica que el incremento de la transmisibilidad se debe a una propiedad del propio virus más que a una característica de las personas que se infectaron.