Más de cinco millones de niños se han quedado huérfanos en dos años a causa de la Covid
Un estudio revela que los niños que han quedado huérfanos o sin cuidador por la pandemia superan el número total de muertos por Covid en el mundo.
25 febrero, 2022 03:47Noticias relacionadas
Aunque la situación de pandemia causada por la Covid-19 pueda terminar en el futuro cercano, es evidente que sus efectos persistirán en el tiempo. Los pacientes que han desarrollado covid persistente o los daños que ha recibido la economía global son un buen ejemplo de ello. Ahora un estudio publicado en la revista científica The Lancet Child & Adolescent Health alerta sobre otra grave consecuencia del SARS-CoV-2: en paralelo a las muertes que ha causado, también ha dejado a millones de niños huérfanos.
Concretamente, los autores del estudio han calculado que más de 5,2 millones de niños de todo el mundo han perdido a un padre o un cuidador durante esta pandemia. Y, por tanto, el riesgo de estos niños a padecer pobreza, explotación, violencia y abuso sexual, infecciones por VIH, problemas de salud mental y angustia grave se ha multiplicado. Además, en ciertos contextos, aumenta la probabilidad de que estos niños ingresen en pandillas que ejercen la violencia extrema.
Un dato demoledor del estudio: la cantidad de niños huérfanos por la pandemia (5,2 millones) supera la cantidad de fallecidos registrados en todo el mundo por Covid-19 (unos 5 millones de personas). De hecho, la epidemia del VIH tardó diez años en dejar el mismo número de huérfanos que la Covid-19 ha alcanzado en tan sólo dos años, según explica Lorraine Sherr, autora del estudio y miembro de la University College London. Eso sí, Sherr advierte que estos datos no tienen en cuenta todavía las muertes provocadas por la variante ómicron.
Los más afectados
Por esta razón, los firmantes del estudio han pedido que los países incorporen programas de apoyo a estos niños a sus estrategias de respuesta a la Covid-19. "Este apoyo debe tener tres componentes centrales: prevenir la muerte de los cuidadores —a través de un acceso equitativo a las vacunas, a las medidas de contención del virus y al tratamiento—, preparar a las familias en condiciones de apoyar a estos niños —a través de la adopción y otras fórmulas— y diseñar estrategias para prevenir a los niños de la pobreza y la violencia", enumera Susan Hillis, autora principal del estudio.
"Por cada persona que ha muerto por Covid-19, un niño ha quedado huérfano o ha perdido a un cuidador. Esto equivale a que cada seis segundos un niño se enfrenta a un mayor riesgo de adversidad durante toda su vida en todo el mundo", calcula Hillis. Además, este estudio también confirma la sospecha de que la Covid-19 mata a más hombres que a mujeres. Según el estudio, el 76,5% de los niños perdieron a su padre y el 23,5%, a su madre —es decir, que tres de cada cuatro de estos niños huérfanos perdieron a su padre—.
Los niños que tenían entre 10 y 17 años constituyen el grupo de edad más afectado en este sentido. El 63,6% de los niños huérfanos a causa de la pandemia pertenecían a esta horquilla de edad. Por detrás de ellos, se encontraba el grupo de niños con edades entre los 5 y los 9 años, que comprende el 21,8% del total, y, por último, los niños entre los 0 y los 4 años, que forman el 14,6% de los individuos contabilizados en este estudio. Además, las mayores tasas de orfandad per cápita se dieron en Perú y en Sudáfrica, con 8 y 7 niños de cada 1.000 afectados, respectivamente.
Datos reales
Uno de los períodos más duros de la pandemia para la orfandad y la muerte de cuidadores asociada a la Covid-19 tuvo lugar entre el 1 de mayo y el 31 de octubre de 2021. Durante estos seis meses casi se dobló el número de niños afectados con respecto a los datos tomados en los 14 primeros meses de la pandemia —entre el 1 de marzo de 2020 y el 30 de abril de 2021—. De todas formas, algunos autores del estudio advierten de que los malos datos del estudio podrían ser incluso peores.
"Por desgracia, aunque nuestras estimaciones de orfandad y muerte de cuidadores son altas, creemos que aumentarán a medida que los datos de todo el mundo vayan quedando disponibles", explica Juliette Unwin. "Por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que los datos de muertes en África están limitados y las estimaciones deben ser 10 veces más altas. La pandemia sigue azotando al mundo y, por tanto, la orfandad asociada a la Covid-19 seguirá aumentando".
Antes de la pandemia de la Covid, había unos 140 millones de niños huérfanos en todo el mundo. Durante los 20 meses que duró este estudio, el equipo estimó que, como mínimo, 3.367.000 niños habían experimentado la muerte de un padre en todo el mundo y 1.833.300 niños habían sufrido la pérdida de un abuelo o un cuidador adulto que vivía con ellos. El cálculo de estos datos se llevó a cabo a través de modelos matemáticos y, aunque son fiables, no pueden medir las cifras reales.
Atender necesidades
"Estos hallazgos muestran la necesidad urgente de invertir en planes de respuesta centrados en los niños con más riesgo y localizados en las zonas más afectadas", dice Chris Desmond, de la Universidad de KwaZulu-Natal en Sudáfrica. "La experiencia de dos décadas apoyando a niños vulnerables a causa de la epidemia del VIH debe servir para construir una comunidad que les ofrezca ayuda. Perder a un padre o a un abuelo es una experiencia angustiosa para cualquier niño que, según la fase de desarrollo en la que se encuentre, tiene necesidades específicas".
Los expertos consideran imprescindible que las respuestas a las futuras pandemias incluyan servicios de encuestas para controlar el número de niños afectados por la muerte de sus padres o de sus cuidadores a fin de hacer un seguimiento de sus necesidades y aportar plataformas de referencia. "La orfandad asociada a la Covid nos confronta en un momento en el que nos acercamos al agotamiento de los recursos en muchos sistemas. Pero debemos tener en cuenta que las consecuencias de la orfandad afectan al curso de toda una vida y al futuro de familias, comunidades y sociedades", reflexiona Michael Goodman de la University of Texas Medical Branch.