El 86,8% de los españoles mayores de 50 años ha recibido una tercera dosis de la vacuna Covid, porcentaje que se reduce bruscamente en franjas de edad inferiores, pero eso puede estar a punto de cambiar por dos razones: han pasado cinco meses desde la llegada de ómicron y las vacaciones de verano se acercan.
Y es que, a pesar del levantamiento de las restricciones dentro sus fronteras, muchos países –entre ellos, el nuestro– siguen exigiendo el pasaporte Covid o pruebas de antígenos para poder acceder, una situación que se antoja anacrónica en un entorno en el que, salvo excepciones como China, la mayoría de los estados han avanzado hacia una estrategia de convivencia con la Covid.
Hay países que han asumido todas las consecuencias de esta estrategia. Reino Unido y Dinamarca, que fueron los pioneros dentro de Europa en levantar todas las medidas excepcionales que se tomaron durante los dos primeros años de pandemia, no exigen ni pasaporte de vacunación ni un test de detección de SARS-CoV-2 negativo.
En cambio, España sigue pidiendo a todo aquel que acceda dentro de nuestras fronteras, nacionales incluidos, un pasaporte Covid actualizado o un test negativo. Además, en los aeropuertos se siguen realizando pruebas aleatorias de toma de temperatura. Una vez sales de allí, sin embargo, tu enfermedad queda fuera del foco de la vigilancia si tienes menos de 60 años: no se te exigen aislamientos y solo deberás llevar la mascarilla puesta dentro del transporte público o en entornos sanitarios.
"Es un anacronismo, no tiene mucho sentido", opina Juan Antonio Sanz Salanova, médico preventivista del Hospital de Laredo y portavoz de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública y Gestión Sanitaria. "No tiene mucha lógica. Si resulta que podemos ir por todos los sitios, si no estamos haciendo vigilancia ni seguimiento de casos y contactos, no le veo sentido".
Caducidad del pasaporte Covid
En diciembre se contagiaron alrededor de millón y medio de personas en España. Más de la mitad de ellas tenían entre 20 y 50 años, una gran parte de las mismas estando ya vacunadas con la pauta completa.
En la última actualización de la estrategia de vacunación contra la Covid, el Ministerio de Sanidad recomendaba que pasaran cinco meses desde la infección hasta la inoculación de la vacuna de refuerzo, algo que muchos expertos veían como innecesario, ya que la propia infección reforzaba las defensas conferidas por la pauta completa.
El problema es que la duración del pasaporte Covid, instrumento esencial para viajar a otros países de la Unión Europea, estima la duración del mismo en nueve meses. Tras 270 días el pasaporte caduca, aunque tu sistema inmune se haya reforzado con la infección.
Eso quiere decir que, si la persona completó su pauta de vacunación antes de otoño, el certificado ya no será válido este verano, por lo que muchos de ellos tendrán que inocularse una vacuna de refuerzo que muchos especialistas ven como innecesaria en población no de riesgo solo para poder coger un avión.
Y es que, en los últimos dos meses, la vacunación ha estado prácticamente paralizada. Desde el 1 de marzo solo ha aumentado la vacunación un 2% en personas entre 40 y 49 años (tienen tres dosis el 61,24%), un 3,5% en aquellas entre 30 y 39 años (44,83% en total) y un 5% entre las de 20 y 29 (en total, un 38,12%).
Tercera dosis 'natural'
Sanz Salanova considera que las personas que han pasado la Covid "han recibido una tercera dosis por vía natural", por lo que no ve demasiado beneficio en recibir una vacuna que, además, está basada en la variante original que salió de Wuhan.
"Sigo pensando que la mejor estrategia a valorar sería modificar la composición de la vacuna, pero las farmacéuticas dijeron que en 90 días cambiarían la vacunacón para adaptarlas a las nuevas variantes y aún estamos esperando". Entre las vacunas desarrolladas para las nuevas variantes se encuentra la de la española Hipra, basada en las variantes alfa y beta, que continen mutaciones presentes en ómicron, y que estará disponible a finales de este mes o principios de junio.
Ángela Domínguez, catedrática de Salud Pública en la Universidad de Barcelona y portavoz de la Sociedad Española de Epidemiología, no se muestra tan tajante al respecto. "De momento, las nuevas vacunas no las tenemos; por tanto, utilizar los instrumentos de que disponemos ahora es lo más adecuado".
Aunque se muestra partidaria de la vacunación de refuerzo en toda la población mayor de 18 años, sí considera que el mantenimiento del pasaporte Covid o los tests negativos para viajar "probablemente tiene mucho menos sentido que antes. Puede contribuir a frenar la introducción del virus pero, como ya circula de manera amplia esta variante ómicron, es una medida que puede tener muy poco impacto".
Un pasaporte polémico
El pasaporte Covid es una medida que siempre ha estado envuelta en polémica. Muchos expertos se opusieron al mismo por la discriminación que podía suponer para las personas que no tenían acceso a la vacunación, aunque lo valoraban como instrumento para motivar a vacunarse a aquellos que sí tenían inoculaciones disponibles.
La controversia continuó cuando se fue comprobando que las vacunas reducían pero no frenaban la transmisión del virus. "Eso era válido en las primeras olas: aunque se dijo que las vacunas no eran capaces de prevenir los contagios, nosotros sí teníamos esa sensación, al menos frenaron los brotes en residencias", recuerda Juan Antonio Sanz Salanova.
"Cuando se ha visto, con delta y ómicron, que no impedía los contagios, realmente la utilidad ya no era mucha", apunta, señalando cuando muchos países restringieron los viajes desde Sudáfrica y eso no frenó en ningún momento la expansión de la nueva variante.
"Hay países que se querrán proteger del posible contagio exterior pero eso es poner puertas al mar. El virus ya lo tienes en tu casa, no lo están vigilando y estás permitiendo que circule. Con incidencias superiores a mil en mayores de 60, para qué quiero muestrear".
España no es el único país que ha levantado o aligerado restricciones pero sigue exigiendo garantías anti-Covid para entrar. En Estados Unidos es necesario el pasaporte vacunal (vale con pauta completa) y una prueba negativa realizada el día anterior al vuelo.
Francia e Italia exigen certificado Covid, un test negativo o haber pasado la Covid en los últimos 6 meses. Alemania pide lo mismo, aunque la vacunación de refuerzo solo la exigirá a partir del 30 de septiembre.
"La utilidad que tendrá [el pasaporte Covid] será puramente administrativa", valora Sanz Salanova. No obstante, si el certificado es un anacronismo, la pandemia sigue vigente. "Seguimos teniendo casos graves y fallecidos", pero es porque el virus circula libremente dentro de nuestras fronteras.