La pandemia de la Covid-19 ha evolucionado (las mascarillas no son necesarias en interiores, no se guardan cuarentenas y los positivos no se contabilizan en los informes diarios), pero hay algunas medidas que han venido para quedarse. Una de ellas es el Certificado Digital Covid-19, conocido como pasaporte Covid, que sigue siendo imprescindible para viajar entre países de la Unión Europea, aunque millones de españoles lo tengan caducado.
Así lo ha confirmado el propio Gobierno de España en un documento al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL y que asegura que más de 2,5 millones de personas tienen el certificado verde caducado y, aun así, no deben vacunarse hasta junio.
Hay que recordar que el 1 de febrero entró en vigor un cambio normativo por el cual el certificado Covid caducaba a los 270 días (9 meses) desde la última dosis de la pauta completa de vacunación (2 dosis de Pfizer, Moderna o AstraZeneca o 1 de Janssen). Sólo era posible volver a tenerlo vigente recibiendo una dosis de refuerzo (es decir, la tercera vacuna), que se debe retrasar en las personas enfermas de la Covid.
Según los datos de vacunación proporcionados por las Comunidades autónomas y contenidos en el Registro de Vacunación Covid, el Ejecutivo estima que en el mes de marzo había 1.513.780 personas cuyo Certificado Covid Digital (CCD) de vacunación estaba caducado "y que no deberían vacunarse antes de mayo". En el mes de abril, la cifra de personas cuyo CCD de vacunación caduca y que no deben vacunarse antes de junio asciende otras 913.488 personas.
Sanidad concreta que estas personas "no deberían vacunarse antes de mayo" porque, como explico el Ministerio en una de las últimas actualizaciones de la Estrategia de Vacunación, existe un margen de tiempo muy amplio para inyectarse la tercera dosis de refuerzo.
La estrategia explica que, en el caso de que una persona se haya contagiado tras recibir las dos primeras dosis, "la administración de la vacuna de recuerdo puede realizarse con un intervalo mínimo de 4 semanas, pero se recomienda su administración a los 5 meses tras el diagnóstico de la infección".
Esto hay que contextualizarlo en España, donde la sexta ola de la Covid coincidió con la puesta en marcha de esta medida y se retrasó la tercera dosis en un alto porcentaje de la población. Es por eso por lo que, ahora, muchos ciudadanos quedan en un limbo legal al no tener recomendada su vacunación, pero tampoco el pasaporte Covid vigente.
Soluciones del Ministerio
Para solucionar esta disyuntiva, el Ministerio recuerda que a finales de febrero el Diario Oficial de la Unión Europea habilitó a los estados miembros a expedir, previa solicitud, certificados de recuperación tras un resultado positivo de una prueba rápida de antígenos hecha en el entorno hospitalario.
Es decir, que una persona que precise del pasaporte Covid puede acercarse a su centro de salud para que le realicen una prueba rápida (24 horas antes del viaje) para obtener su nuevo certificado.
Del mismo modo, el Ministerio de Sanidad asegura que ha proporcionado "los servicios de consulta y el soporte técnico necesarios para que las CCAA puedan cumplir con la obligación de expedir el certificado de recuperación a las personas que lo soliciten".
Las regiones consultadas dicen que las soluciones que están aportando a estas personas en limbo legal se han decidido de "manera individual" en cada CCAA y sin el beneplácito de Sanidad.
Tercera dosis
Que ahora haga falta una tercera dosis tras pasar la infección marca un punto y aparte respeto a la estrategia que había puesto en marcha el Ministerio de Sanidad. En marzo de 2020, el equipo de Carolina Darias decidió que, en contra del prospecto de las vacunas y las indicaciones del fabricante, las personas que se habían contagiado de la Covid-19 debían ponerse sólo una vacuna.
La medida se extendió entre miles de personas que, tras pasar la infección, dejaban pasar seis meses hasta vacunarse de su primera y única dosis. El problema llegó con la aparición del Green Pass (conocido como pasaporte de vacunación). En muchos países en los que se solicitaba para acceder no se entendía el criterio seguido por el Ministerio y se exigía una segunda dosis.
Sanidad decidió no cambiar de criterio, pero con la tercera dosis sí ha asumido el discurso de Europa.
En septiembre se consideró la necesidad de una pauta extra sólo para personas vulnerables (mayores o personas inmunodeprimidas) y no había ningún problema. Para ellos, como para los mayores de 65 años, siempre se ha decidido no contabilizar la infección y completar la pauta vacunal (dos dosis en el caso de la 'pauta completa' y la tercera de recuerdo).
Pero, según se empezó a bajar la media de edad de esas terceras dosis, comenzaban las dudas. La aparición de ómicron, que disparó las reinfecciones, precisaba de una puntualización. Y es ahí donde el equipo de la ministra Carolina Darias decidió que las personas con doble pauta y que se han contagiado después de la Covid se pongan una tercera vacuna.
Esto rompe completamente el mensaje del Ministerio y, según los expertos, es una forma de evitar que existan problemas como los que hubo con la doble pauta para viajar al extranjero. Pero las intenciones del equipo de Darias no han funcionado y el problema sigue ahí: 2,5 millones de personas tienen el pasaporte Covid-19 caducado y están esperando a inyectarse la tercera dosis.
Su dilema es el siguiente: si se vacunan sin haber esperado los cinco meses, no estarán cumpliendo las recomendaciones de los expertos de salud pública y estarán adquiriendo un refuerzo de la inmunidad que parece no ser necesario, pero (frente a todo eso) podrán viajar por Europa.
Los que decidan seguir las indicaciones de Sanidad se quedarán sin un pasaporte Covid vigente y el suyo estará caducado hasta que pasen los meses suficientes para vacunarse (previsiblemente mayo, junio y julio). Esto les obligará a tomar otras vías para viajar como hacerse PCR o test rápidos en las horas previas al vuelo.