No es un secreto que, cuando una administración quiere aligerar sus listas de espera, una de las vías más socorridas es doblar turnos en las cirugías de cataratas. Aunque se trata de una intervención rápida, una incisión en el ojo no es lo más agradable para muchos pacientes. Un nuevo estudio en ratones abre la puerta a la posibilidad de tratar farmacológicamente esta afección y decir adiós al bisturí.
A finales del año pasado había 113.925 personas en lista de espera para una intervención de cataratas, dato muy superior al del resto de procedimientos comunes: triplica a las hernias y multiplica por diez los juanetes, por ejemplo.
Pese a su frecuencia, se trata de un procedimiento extraordinario por su uso de tecnología puntera: tras anestesiar el ojo con unas gotas, se realiza una incisión en la córnea y se disuelve la catarata con un facoemulsificador, que utiliza ultrasonidos para cortarla en fragmentos, que serán aspirados fuera del ojo. Después, se coloca una lente intraocular en el lugar que ocupaba el cristalino. Esta lente puede estar graduada, corrigiendo los problemas (miopía, astigmatismo, etc.) que podía tener el paciente.
Ahora, un equipo de científicos liderado por Usha Andley, del Departamento de Oftalmología y Ciencias Visuales de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington, ha probado un compuesto en ratones que parece mejorar la catarata sin necesidad de cirugía.
Los investigadores administraron un compuesto derivado del colesterol llamado VP1-001 en el ojo derecho de 26 ratones que empezaron a desarrollar cataratas a las tres semanas de edad. Se trataba de una gota que aplicaron tres veces por semana durante dos semanas, siendo un total de siete tratamientos.
Una parte de los ratones tenían mutaciones que se relacionan con la aparición temprana de cataratas en humanos. Las cataratas están causadas por la desorganización y aglomeración de proteínas del cristalino, que van reduciendo la capacidad de transmisión de la luz a la retina. Estas mutaciones afectan a dos tipos de proteínas, las cristalinas alfa (que supone cerca del 50% de la masa del cristalino) y beta.
Mejora en la refracción y la opacidad
A través de ténicas de biomicroscopía y de tomografía por rayos X, los investigadores midieron en los ratones –sin necesidad de sacrificarlos– la variación en la refracción del ojo y observaron una mejora del 61% en los cristalinos tratados con VP1-001. Además, redujo la opacidad en el 46% de los especímenes analizados (otros nueve ratones adicionales que no fueron tratados sirvieron de comparativa).
Barbara Pierscionek, vicedecana de la Facultad de Salud, Educación y Cuidado Social de la Universidad Anglia Ruskin, en Reino Unido, y una de las autoras de la investigación, que ha sido publicada en la revista Investigative Ophthalmology and Visual Science, ha valorado los resultados "extremadamente positivos" del estudio. "Es la primera investigación de este tipo en el mundo".
Sin embargo, también ha explicado que "las mejoras ocurrieron en algunos tipos de cataratas [especialmente cuando las mutaciones estaban solo en uno del par de cromosomas involucrado] pero no en todas, indicando que puede ser un tratamiento para cataratas específicas. Esto sugiere distinciones que pueden necesitar realizarse entre tipos de cataratas a la hora de desarrollar estas medicaciones".
El presidente de la Sociedad Española de Cirugía Ocular Implanto-Refractaria, Ramón Lorente, considera que la posibilidad de un fármaco contra las cataratas "qué duda cabe de que facilitaría nuestra labor". Evita pronunciarse sobre este estudio porque no ha podido verlo en profundidad pero se muestra escéptico dado que ha habido otros intentos anteriores de tratar las cataratas con medicamentos.
"Una vez al año salen estudios con tratamientos farmacológicos que impiden el avance de la catarata. Incluso, hace 25-30 años llegó a comercializarse un producto en pastillas, pero se vio que no hacía gran efecto y dejó de fabricarse".
Mejoras en la cirugía
Por el contrario, la tecnología de la cirugía de cataratas ha avanzado enormemente. "Si nos remitimos a hace 10 años, los aparatos de facoemulsificación han mejorado una barbaridad, también las lentes intraoculares y, dentro de ellas, las multifocales para la presbicia".
Lorente explica que no hay pacientes a los que no se les pueda practicar la cirugía y que un tratamiento farmacológico sería un gran avance para ellos: no solo por las más de 100.000 personas en lista de espera sino porque tienen que esperar, de media, 73 días para ser operados.
Hay un gran número de factores que incluyen en la aparición de cataratas, desde el tabaco y la hipertensión hasta el uso prolongado de algunos fármacos como los corticoides, pero el principal, sin duda, es la edad. "Como ahora se vive mucho más, es muy raro el que se muere sin que tenga algo de cataratas", apunta. Poder retrasar su aparición sería algo muy atractivo para todos.
El precedente del lanosterol
Los profesores de la Universidad Complutense Pilar Rojas, Manuel Cadena y Elena Salobrar, apuntan a EL ESPAÑOL que el estudio "es importante, ya que abre una nueva ventana terapéutica, y serían múltiples los pacientes que potencialmente se beneficiarían de un tratamiento médico que mejorase la transparencia del cristalino aunque solo fuera de manera parcial".
Así, indican que sería interesante para tratar las cataratas pediátricas o hacerlo en países en vías de desarrollo, "con escasa o nula accesibilidad a un buen sistema sanitario". También lo sería en pacientes pluripatológicos o cuando las listas de espera aumentan de forma imponente, como tras la Covid.
"Pero hay que recalcar que el camino farmacológico para el tratamiento de las cataratas todavía es muy largo y requiere una exhaustiva investigación", indican.
Así, recuerdan el caso del lanosterol, un fármaco que se probó en perros y conejos vivos y logró reducir la agregación de proteínas preformadas en el cristalino, "lo cual podría reducir la gravedad de las cataratas y aumentar la transparencia en los cristalinos disecados de estos animales".
Los resultados fueron publicados en 2015 en la revista Nature. Sin embargo, no ha tenido un desarrollo clínico hasta el momento. "Siendo realistas, este fármaco en España quizás no sería la primera opción", indica Elena Salobrar. "La cirugía de cataratas mediante facoemulsificación está muy implantada en España, donde tenemos grandes profesionales y se realizan usando las técnicas más punteras".