Los herpes son una infección de lo más común y de lo más conocida en la sociedad. Por ejemplo, es bastante habitual ver anunciados por televisión parches o pomadas para poder tratar el herpes labial. Sin embargo, su capacidad de afectación va mucho más allá y también puede darse en zonas íntimas y otras mucosas, como es el caso de los ojos.
El herpes ocular es, quizás, el más desconocido. Precisamente por ello, hay que tener cierta conciencia de las consecuencias que puede tener en la salud. Si bien, en la mayoría de los casos no causará daño alguno, en otros puede provocar una queratitis herpética, que es una de las principales causas de ceguera, como detalla el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega.
Uno de los últimos testimonios sobre este problema ha sido el de Ibai Llanos, que reconocía públicamente padecer una ceguera del 70% en el ojo izquierdo causada por un herpes. Según el streamer, todo comenzó con la pérdida de visión en el ojo, la cual achacaba en un primer momento a la exposición constante a dispositivos de luz azul. Sin embargo, en la revisión con el oftalmólogo vieron que sus daños no derivaban del uso prolongado de pantallas, sino de un herpes que tuvo cuando era pequeño.
Llanos no entró en más detalles sobre qué tipo de herpes padeció y cómo pudo provocarle la ceguera, pero hay dos opciones de que eso pasara. La primera, virus por herpes simple (VHS-1), que es la más común y se suele dar sobre todo en la infancia.
Las infecciones primarias del ojo por herpes simple causan una queratoconjuntivitis leve, que se traduce en una inflamación de la córnea y de la conjuntiva (la membrana que cubre los párpados y la parte blanca del ojo). Además, también pueden aparecer ampollas de pequeño tamaño.
Los síntomas más frecuentes del VHS-1, descritos por la Clínica Mayo, son dolor ocular, ojo rojo, lagrimeo, enrojecimiento, visión borrosa, sensación de tener un cuerpo extraño en el ojo e hipersensibilidad a la luz brillante. Esta enumeración es muy parecida al cuadro de la conjuntivitis, por eso siempre es recomendable acudir a un especialista para que valore la enfermedad.
Un virus latente
En la mayoría de los casos, el herpes no causará estragos más allá de los síntomas expuestos. Su mayor problema, sin embargo, es que el virus nunca abandona el cuerpo tras una infección inicial y se queda en una fase latente. Alguno de los factores que pueden 'despertarlo' son la fiebre, el estrés emocional o la inhibición del sistema inmunitario.
El drama de que se reitere la infección es que, cuantas más veces se repita, más probabilidades hay de que dañe de forma grave la superficie de la córnea, llegando a poder causar úlceras profundas, cicatrices permanentes, crecimiento de vasos sanguíneos en la córnea, pérdida de sensibilidad en la superficie del ojo y/o una complicación de la infección que torne en queratitis y provoque pérdida visual temporal o permanente.
Según los últimos datos de la OMS, se estima que un 67% de la población está afectada por el virus del herpes simple (en cualquier zona). Además, es probable que muchos sean portadores sin saberlo, ya que han podido contagiarse y no haberlo despertado nunca.
El contagio se produce por contacto directo con el virus. "Por ejemplo, nos sequemos la cara con la misma toalla de una persona afectada por el herpes ocular e, incluso, si nosotros mismos tenemos un herpes (calentura) en los labios y lo tocamos y, posteriormente, nos llevamos la mano a los ojos", como detalla David Antolín, jefe de servicio de oftalmología del Hospital La Milagrosa, en un artículo sobre las causas del herpes ocular.
El herpes zoster
El tratamiento de esta enfermedad debe hacerlo siempre un profesional y se basa, fundamentalmente, en la prescripción de medicamentos antivirales y antiiflamatarios. No obstante, puede pasar, como dillucida el oftalmólogo en el artículo citado, que el herpes provoque alguna herida pequeña. En ese caso, "habría que añadir antibióticos, para evitar que la herida se infecte y acabe provocando cicatrices corneales que puedan conllevar a una pérdida de visión".
La Sociedad Española de Oftalmología aclara que también puede darse una queratitis herpética debido a la infección por otro tipo de herpes, el herpes zoster (HZ), el mismo que causa la varicela (VVZ).
Este herpes se produce por una reactivación del herpes VVZ que provoca la varicela, por lo que cualquiera que la haya padecido puede desarrollarlo, aunque lo más normal es que la persona se haya vuelto inmune al virus y que éste permanezca inactivo. Los casos donde es más probable que se despierte son por alguna enfermedad que disminuya la respuesta inmune o por el envejecimiento.
En el caso del herpes zoster, los síntomas consisten en hormigueo en la frente, ampollas en la zona y también punta de la nariz, dolor ocular, ojo rojo, hinchazón en los párpados y sensibilidad a la luz.
Al igual que en el caso anterior, lo que debe hacer el paciente es acudir al oftalmólogo y que le prescriba un tratamiento adecuado para frenar las posibles consecuencias que pueda tener la enfermedad.