Más del 90% de los casos de glaucoma pueden ser controlados si se detecta en fases tempranas, cuando aparecen los primeros síntomas, según ha asegurado la especialista en oftalmología del Hospital Quirónsalud San José, Patricia Gómez Pérez, con motivo del Día Mundial de la enfermedad, que se celebra el 12 de marzo.
Se trata de la segunda causa de ceguera en los países desarrollados, tan sólo por detrás de la catarata, aunque se considera la primera causa de ceguera irreversible, ya que la catarata ofrece una solución quirúrgica. La prevalencia de la enfermedad es de más del tres por ciento en la población general, aumentando este porcentaje al diez por ciento en los mayores de 70 años.
"El glaucoma es una enfermedad oftalmológica que afecta al nervio óptico de forma progresiva y provoca alteración en el campo visual del paciente, siendo su estadio final la ceguera. El principal factor de riesgo de la enfermedad es la presión intraocular elevada, aunque también se observa una mayor incidencia en pacientes en tratamiento con corticoides. Afecta principalmente a personas mayores de 40 años y a aquellos con antecedentes familiares de glaucoma", explica la doctora.
La experta ha insistido en que, si la enfermedad se detecta en fases tempranas, más del 90% de los casos llegarán a ser controlados. De ahí la importancia de los controles oftalmológicos de forma periódica a toda la población, teniendo en cuenta que el glaucoma es una enfermedad asintomática hasta estados avanzados de la enfermedad, por lo que el paciente, en la mayoría de los casos, no es consciente de que la sufre.
Una vez diagnosticada la enfermedad, se le ofrecerán al paciente las opciones terapéuticas disponibles: farmacológicas, quirúrgicas y tratamiento con láser, con el objetivo de controlar su avance, manteniendo una visión compatible con una vida visual activa.
En este sentido, la doctora ha destacado la importancia del seguimiento de los pacientes de riesgo, como son los hipertensos oculares y/o los familiares de primer grado de pacientes afectados. A todos ellos se les recomienda revisión anual en el oftalmólogo, donde se realizará toma de presión ocular y un estudio del nervio óptico, realizando una perimetría y una tomografía del nervio óptico.
"Como profesionales del glaucoma aspiramos a ampliar nuestro conocimiento de la enfermedad, de los tratamientos y de las técnicas quirúrgicas más reconocidas científicamente para el control de la enfermedad y poder aplicarlas a las necesidades individualizadas en cada paciente", dilucida Gómez Pérez.
Síntomas del glaucoma
Los síntomas de esta enfermedad dependerán del tipo de glaucoma que tenga el paciente. Por un lado, existe el glaucoma de ángulo abierto, que es la forma más común y se caracteriza porque la presión ocular aumenta gradualmente y, normalmente, se desarrolla de manera bastante lenta. Entre sus síntomas está tener puntos ciegos irregulares en la visión lateral o central, que suelen darse en ambos ojos, y/o la visión de túnel, es decir, tener la sensación de estar viendo a través de un tubo estrecho.
Por otro lado, está en glaucoma de ángulo cerrado o glaucoma agudo, el cual representa apenas un 5% de la enfermedad, pero que su cuadro clínico exige ser tratado de forma inmediata, ya que la obstrucción se produce de manera repentina. En su caso, los síntomas más frecuentes son dolor de cabeza intenso, dolor ocular, náuseas y vómitos, visión borrosa, ver halos alrededor de las luces y enrojecimiento de los ojos. En el caso de la aparición de estos síntomas, se debe acudir rápidamente a urgencias.
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