Que se apruebe un nuevo medicamento para la diabetes tipo 2 podría parecer una noticia sin mucho interés; al fin y al cabo, existen ya varios fármacos de nueva generación contra esta patología y sí, bueno, parece interesante que sea de una familia hasta ahora desconocida, pero...
La cosa cambia si ese mismo medicamento, tirzetapida, que se venderá en España con el nombre de Mounjaro, resulta que no sólo ha conseguido una aprobación rápida para la enfermedad metabólica, al menos en EEUU, sino que, además, parece tener una impresionante eficacia para el manejo de una patología todavía mucho más prevalente: la obesidad.
Aunque todavía no se ha publicado en ninguna revista científica, una nota de prensa del laboratorio fabricante -Lilly- ha puesto en cifras el milagro. Según los resultados del ensayo clínico Surmount-1, un fase 3 llevado a cabo en EEUU, el 63% de los 2.500 participantes lograron perder un 20% de su peso. En kilos, que al final es lo que importa, esto supuso que algunos participantes de los que consumieron la dosis más alta se deshicieran de 24 kilos en un año y cinco meses.
Hasta ahora, cuando se hablaba de un medicamento eficaz para la obesidad, se presumía que podía conseguir una pérdida de peso del 5%, por lo que este medicamento se promete rompedor. O game changer, expresión en inglés que significa algo así como que cambia las reglas del juego.
Si hay alguien en España que conoce bien Mounjaro es Cristóbal Morales, endocrinólogo del Hospital Vithas Sevilla y del Hospital Universitario Virgen Macarena también en la capital andaluza. Sería algo así como un padre del fármaco en nuestro país, puesto que lo ha visto crecer. Lo empezó a usar en ensayos clínicos hace ya tres años y ha visto como pasaba de ser una molécula prometedora a ser ya una realidad para la diabetes en EEUU y presumiblemente pronto una alternativa para la obesidad en pacientes sanos.
Aunque Morales no ha estudiado la tirzetapida como fármaco para la obesidad sin diabetes, empezará a hacerlo en septiembre, en obesos con riesgo cardiovascular. Pero él, aunque insiste en que habrá que esperar a los resultados, ya ha visto espectaculares pérdidas de peso en sus pacientes diabéticos: "Algunos han vuelto a ponerse el traje de la boda".
Pregunta.- Ha tenido más de 100 pacientes que han recibido tirzetapida en ensayos clínicos dirigidos por usted. ¿Cómo resumiría su experiencia con el medicamento?
Respuesta.- He tenido la suerte de coordinar cuatro ensayos clínicos. El primero fue en mayo de 2019, por lo que tengo ya tres años de experiencia con más de 100 pacientes. Es una experiencia temprana muy valiosa. En España tenemos en el ADN investigar, no conformarnos sólo con lo que hay.
P.- ¿Y cómo se decidió a participar en los ensayos, en concreto los de diabetes?
R.- Nosotros tenemos ese compromiso de seguir investigando y conocíamos el ensayo clínico en fase 2, que se llama Surpass. Sabía por tanto que el medicamento que se estaba investigando era el primero de un nuevo grupo farmacológico, el de los coagonistas de los receptores de GIP y GLP-1. Teníamos datos de su potencia y pensábamos que podría ser algo revolucionario, pero para demostrarlo había que hacer ensayos en fase 3. Como nos interesaba mucho tener experiencia, de manera proactiva nos pusimos en contacto con Lilly.
P.- Entiendo que en ese momento sólo para conocer su efecto en diabetes
R.- La diabetes es una problemática a nivel mundial, la pandemia del siglo XXI. En España, hay casi un 14% de población con diabetes tipo 2. Es una enfermedad muy prevalente, que va creciendo. Es verdad que hemos tenido la suerte de que se han descubierto nuevas moléculas y dianas terapéuticas., que han permitido un abordaje mucho más centrado en el origen de la enfermedad, que era el peso.
P.- Pero a pesar de las bondades de las nuevas moléculas ya aprobadas, se animó a investigar con esta nueva familia...
R.- Siempre estás buscando mejores resultados, si tú ves que lo que se investiga no supera a lo que ya hay no se sigue investigando. Esto era una nueva familia y activas los dos receptores con una misma molécula. Hasta ahora tenemos los agonistas del receptor de GLP-1, que están funcionando con unos resultados excelentes. Y se administran en forma de inyecciones semanales. Pero sobre este nuevo fármaco lo que se presumía y luego se ha comprobado en ensayos clínicos es que iba a ser más potente en cuanto a control glucémico y que con él se obtendrían mejores beneficios en cuanto a pérdida de peso. Se comparó a las moléculas estándar que tenemos en la actualidad en los ensayos clínicos Surpass. Con los cinco primeros resultados de los cinco primeros ensayos clínicos, ya se vio y la semana pasada la FDA aprobó por vía rápida el medicamento para diabetes. Y es posible que pronto lo haga para la obesidad.
P.- ¿Y para cuándo se espera la aprobación en España?
R.- En Europa dependemos de otra autoridad regulatoria, la Agencia Europea del Medicamento; no le puedo contestar, pero esperemos que para la indicación de diabetes pronto. Para la de obesidad, habrá que esperar más. En tres o cuatro años, o incluso antes.
P.- Me decía que el 14% de la población española tiene diabetes, pero entiendo que la gente con obesidad será más, por lo que serían muchos más los potenciales usuarios del fármaco si se aprobara en este sentido.
R.- Hace muy poco, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado un informe con datos que nos alertan y alarman mucho. Somos como Chanel, de los primeros. [Un 61,6% de los adultos españoles tiene obesidad o sobrepeso; un 23,8%, obesidad, ambos datos por encima de la media europea]. Hay que tener en cuenta que la obesidad es una enfermedad crónica muy compleja y con muchos orígenes y que hay que abordar prácticamente desde el colegio.
P.-Ante esta situación, parecería importante contar con una nueva alternativa farmacológica. Si Mounjaro va a ser pronto realidad en diabetes y ya se ha estudiado mucho para esta enfermedad, ¿no aceleraría esto su aprobación para la obesidad?
R.- No. Hay que tener en cuenta que para obesidad tiene un desarrollo clínico diferente. Ya se ha hecho en EEUU un gran ensayo clínicos en fase 3 para evaluar sólo esa indicación, pero se van a hacer más. Yo tengo la suerte de participar en uno para evaluar la eficacia en pacientes obesos no diabéticos, pero con riesgo cardiovascular establecido. Empezará después del verano. Pero los resultados de la fase 3 que ya se han hecho públicos -en nota de prensa de la compañía- ya anuncian que son espectaculares. La pérdida de peso se aproxima casi a una cirugía bariátrica, algo nunca visto en obesidad. Es una molécula muy esperanzadora tanto por los resultados en peso como por el control glucémico. Tenga en cuenta que ha conseguido en diabéticos meter a uno de cada nueve pacientes en objetivos de control glucémico, pero uno de cada 2 se queda en niveles de remisión de diabetes, lo que equivale casi a una curación. aunque no lo llamemos así.
P.- ¿Y cómo se consigue esa pérdida de peso? Al fin y al cabo, la obesidad suele estar ligada a hábitos pocos saludables.
R- Lo que se ha visto es que produce una disminución del apetito a nivel del Sistema Nervioso Central, lo que hace que al paciente le resulte fácil la pérdida de peso, sobre todo de tejido de grasa.
P.- ¿Y la inyección sería para toda la vida?
R.- Es pronto para responder a esta pregunta. En principio son fármacos que suelen ser crónicos, como los de la hipertensión. Pero si has perdido 20 kilos, como estamos viendo en ensayos clínicos, que la gente te dice que ha vuelto a ponerse el traje de su boda, pues a lo mejor no tiene por qué ser para toda la vida, como la cirugía bariátrica.
P.- ¿En qué momento se decide estudiar este medicamento para la obesidad sola, sin diabetes?
R.- Como le he dicho, este nuevo medicamento es un coagonista de dos receptores hormonales en una sola molécula, pero nosotros ya conocemos muy bien los agonistas de uno de estos receptores, el GLP-1. Son fármacos que ya usamos como Ozempic o Trulicity (dulaglutida), que producen pérdidas de peso muy importante y beneficio cardiovascular.
P.- ¿Y qué se puede esperar del tratamiento de la obesidad con Mounjaro a diferencia a estos fármacos que menciona?
R.- Si los resultados han sido tan buenos como parece indicar la nota de prensa del Surmont 1 todo parece indicar que realmente es diferente, en medicina hablamos de game changer. Es como Michael Jordan cuando salía a la cancha, que cambiaba el partido. Parece que va a ser espectacular, pero tenemos que esperar a los resultados de los ensayos clínicos. El problema es que la obesidad es una enfermedad que tiene muchas complicaciones: cardiovasculares, mecánicas, mentales, metabólicas...
P.- Otro problema a priori parece justo la indicación de que la administración del fármaco tendría que ir acompañada de la prescripción de una dieta saludable y de ejercicio, algo que suele costar a las personas con obesidad.
R.- Estamos luchando, para que todo el mundo pueda tener acceso a unidades de referencia de la obesidad y para que se les pueda ayudar farmacológicamente siempre junto a dieta y ejercicio; siempre son fármacos añadidos al estilo de vida.
P.- Ante las primeras noticias sobre la eficacia del fármaco en obesidad, algunos nutricionistas se han mostrado preocupados por un posible uso del medicamento sin estos cambios en el estilo de vida.
R.- Huimos de la polémica, porque los nutricionistas están en nuestro equipo, igual que los psicólogos los especialistas en medicina del deporte, los cirujanos bariátricos y los médicos digestivos. Yo le digo una cosa: quien sólo tiene un martillo, sólo da martillazos. Desde la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) estamos a favor de un tratamiento integral, interdisciplinar, de hacer un traje a medida para cada paciente. Estamos a favor de un cambio en el estilo de vida, intentando incorporar a profesionales del deporte en equipos de obesidad. Los nutricionistas son muy importantes para nuestro trabajo y la base del tratamiento es el estilo de vida. Eso sí, sabiendo que la obesidad es una enfermedad muy compleja con raíces muy profundas, que empieza en el útero materno, con muchos factores sociológicos, psicológicos, mentales, de microbiota. Hay que evaluar bien al paciente, para dar un tratamiento integral, muy precoz, mucho antes de que tenga complicaciones. Y darle a cada paciente lo que necesita. Estamos a favor de ese tratamiento integral con dieta, ejercicio, tratamiento farmacológico personalizado y con una perspectiva muy preventiva. Los psicólogos están en las unidades de tratamiento de la obesidad, Dentro de la SEEDO se ha lanzado la campaña Tu experto en Obesidad (TEO) y una política de acreditación de unidades de obesidad para que las personas contacten con un equipo sanitario para que le ponga una solución personalizada.
P.- Ahora mismo hay un fármaco similar, que también se administra en inyecciones y que está aprobado para la obesidad y el sobrepeso elevado, la liraglutida (Saxenda). ¿Les preocupa el uso fuera de indicación, en personas que no tienen que perder tanto peso?
R.- Tanto Saxenda como este nuevo fármaco si llega tiene que estar autorizado por un equipo médico y asociado a dieta y ejercicio. Son fármacos que ayudan a ese paciente que ha hecho dieta millones de veces sin resultado y le ayudan a tratar la obesidad como la enfermedad que es, ayudando a la pérdida de peso. Está aprobado para obesidad y sobrepeso con IMC mayor de 27 con patología asociada. Es un producto como cualquier fármaco que tiene que llevar su control médico. Los resultados son espectaculares, estamos dando soluciones y ayudando a pacientes como antes nunca.
P.- ¿Intuís que con el nuevo fármaco la pérdida de peso será todavía mayor, ¿no?
R.- Si ya con Saxenda los resultados son muy buenos, se espera que con el próximo lanzamiento, la semaglutida semanal -Wegovy, otro agonista del GLP-1, que se espera se apruebe pronto para el tratamiento de la obesidad, puesto que ya tiene esta indicación en EEUU-, los resultados serán mejores y con la nueva era de los coagonistas como la tirzetapida -éste es el primero, pero hay más empresas que están desarrollando coagonistas- todavía mejor. Con ese doble estímulo conseguimos pérdidas de peso muy importantes. Hablamos de 10,15 o 20% de pérdida de peso, algo muy importante. Al paciente le cambia la vida. No te hablo ya de mejorar la analítica, de perder peso, te hablo de que pierde materia grasa, mantienen músculos, mejoran su calidad de vida, son life changers, te cambian la vida.
P.- Disculpe que insista pero, ¿qué pasa si uno sigue este tipo de tratamientos y sigue comiendo mal, hinchándose por ejemplo de comida basura?
R.- Yo le puedo hablar de lo que es recomendable, que es el abordaje integral del tratamiento de la obesidad y que implica que a cada persona se le haga un traje a medida de su tratamiento. Va con un plan de ejercicio, dieta -hay muchos tipos de los que nos podemos beneficiar- y tratamiento psicológico y farmacológico. Estos fármacos te ayudan porque disminuyen mucho la sensación de apetito y dan saciedad. Pero los estilos de vida son importantes y tienen que acompañar al tratamiento farmacológico dentro del seguimiento. Son patologías crónicas y hay que tener seguimiento no sólo para llegar a objetivos sino para luego mantener la pérdida de peso.
P.- ¿Y no le preocupa que la gente tome estos fármacos sin control o sin necesitar perder tanto peso como dice la ficha técnica?
R.- Recuerdo que son un tipo de tratamientos que van con prescripción médica; no te lo puede dar un nutricionista, ni lo puedes comprar en la farmacia o por tu cuenta. Es algo muy serio.
P.- Pero, ¿es usted consciente de que no siempre se cumple esta premisa; que hay clínicas que prescriben los fármacos actuales a personas que sólo han de perder algo de peso?
R.- Desde la SEEDO llevamos tiempo dándonos cuenta de que hay gente tratando la obesidad mal. Lo que le puedo decir es que igual que cuando uno se opera del corazón trata de buscar al mejor cirujano o si uno tiene una avería en el coche intenta llevarlo al taller oficial en vez de a un clandestino, con esto ha de pasar lo mismo, porque aquí es todavía más importante, porque hablamos de salud. Bajo control médico con la indicación para la que está aprobada no pasaría nada por usar estos medicamentos y sí, somos conscientes de que se sobreprescribe. Por eso hemos hecho las campañas. Estamos preocupándonos para la gente vayas a un concesionario de confianza. Ningún equipo serio de obesidad va a hacer una prescripción fuera de ficha técnica.
P.- Otro problema asociado a estos medicamentos, que es lógico pensar que también afectaría a la tirzetapida cuando se apruebe, es que son caros y no suelen estar financiados por la Seguridad Social, al menos en su indicación de obesidad. Sin embargo, esta enfermedad afecta especialmente a las clases económicamente más desfavorecidas. ¿Qué opina de esta situación paradójica?
R.- Efectivamente, los nuevos datos de la OMS han vuelto a poner de manifiesto que el que tiene peor nivel socioeconómico, también presenta peor nivel de obesidad. Así que los especialistas estamos en campaña para buscar un perfil de pacientes que se puedan beneficiar más de estos fármacos y conseguir que al menos para ellos estén parcialmente financiados. Hay que hacer mucha concienciación de que la obesidad es una enfermedad.