¿Es necesario poner en cuarentena a las mascotas que hayan estado en contacto con un caso positivo de viruela del mono? El catedrático de la Universidad de Zaragoza y epidemiólogo Juan José Badiola considera que esta alerta hay que "ponerla en cuestión" porque, según explica, las mascotas que hay en España mayoritariamente son el perro y el gato, que no son receptivos. "Este virus se ha descrito en monos, en roedores, y en antílopes", aclara.
Por tanto, los animales domésticos que podrían contagiarse o transmitir la enfermedad serían los hámsteres, ratas, ratones, conejos, o cobayas, explica el especialista a Europa Press. Sin embargo, no suelen salir a la calle, por lo que no habría en su opinión problema en caso de que se contagiara el dueño, puesto que estos animales no estarán en contacto con otros.
"Y si pudiera haber síntomas, son los mismos que en las personas: cuadro febril, de dolor, y sobre todo esa erupción vesiculosa de costras y característica de la viruela del mono. En esos casos hay que llevarlo al veterinario y que le hagan PCR para comprobar", recomienda Badiola.
Por su parte, el catedrático del Departamento de Sanidad y Anatomía Animal de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), Joaquim Segalés, considera que la posibilidad de que un humano infecte a su mascota animal (llamado técnicamente 'antropozoonosis') es una "posibilidad que no se puede desmerecer".
Segalés es miembro del grupo de trabajo sobre modelos animales de COVID-19 de la OMS e investigador del Centro de Investigación en Sanidad Animal (CReSA) del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA). En el caso de la infección del SARS-CoV-2 se sabía que los perros y los gatos eran los animales más susceptibles a contagiarse de sus dueños. "Por tanto, la posibilidad de que se generara un reservorio era más preocupante en las mascotas con el SARS-COV-2".
El riesgo es bajo
En consecuencia, Segalés opina que la posibilidad de una transmisión efectiva de personas a animales, y concretamente hacia algunos que puedan representar un riesgo de reservorio de la viruela del mono, es relativamente bajo.
"No hay que olvidar que la transmisión se da especialmente entre las personas, y esta ya es difícil de por sí porque se necesita un contacto directo, casi íntimo. La relación que tenga con los animales puede ser muy cercana, pero es difícil que esta se produzca, y hoy en día no hay ninguna evidencia de que los animales que sean mascotas sean susceptibles a este virus", argumenta.
"También es cierto que en las ciudades, o incluso en las granjas, puede haber colonias de ratas o de ratones, y uno tiene que ser también cauto y lo más preventivo posible en el sentido, si hay unas mínimas medidas de aislamiento, esto puede ayudar y es recomendable en este sentido", añade. Es más, destaca Segalés: con otras enfermedades sucede lo mismo, y es mejor que los enfermos no tengan contacto estrecho con sus mascotas.