Encarar la vida con optimismo no es un simple consejo manido: las mujeres que registran mayores niveles de actitudes optimistas tienen tendencia a una mayor longevidad y a cumplir más de 90 años. Así lo afirma un estudio publicado en la revista Journal of the American Geriatrics Society a cargo de investigadores de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard (EEUU).
"Aunque el optimismo, por si solo, se puede ver afectado por varios factores sociales estructurales como la raza y la etnia, nuestra investigación sugiere que sus beneficios son consistentes independientemente de los grupos de población", afirma Hayami Koga, investigador de doctorado en el Departamento de Ciencias Sociales y del Comportamiento de la Escuela, y líder de este trabajo.
"Gran parte del trabajo previo se ha enfocado en los déficits o los factores de riesgo que incrementan la posibilidad de sufrir enfermedades y muerte prematura. Nuestros hallazgos apuntan a la necesidad de centrarnos en factores psicológicos positivos como el optimismo, como una posible nueva manera de fomentar la longevidad y el envejecimiento saludable entre grupos diversos", prosigue Koga.
En un estudio anterior, los investigadores determinaron que el optimismo se relacionaba con una esperanza de vida mayor y una longevidad excepcional, definida como vivir más allá de los 85 años. Pero se habían centrado principalmente en personas de raza blanca, por lo que se plantearon ampliarlo con participantes de múltiples orígenes raciales y étnicos.
Según explica Koga, incluir poblaciones diversas en la investigación es importante de cara a la salud pública ya que suelen tener tasas de mortalidad más elevadas que la población blanca en países desarrollados. Además, la cantidad de información disponible para tomar decisiones sanitarias adecuadas es limitada.
Para completar por tanto la base de datos, el equipo recurrió a las respuestas informadas de 159.255 participantes de la Women’s Health Initiative, una encuesta de salud nacional que incluyó a mujeres posmenopáusicas de EEUU. Las voluntarias tenían entre 50 y 79 años entre 1993 y 1998, cuando comenzó el estudio, y fueron objeto de seguimiento durante 26 años.
Entre las participantes, el 25% que declaraba tener una actitud más optimista ante la vida mostró una tendencia a alargar su vida un 5,4% de media con respecto a los más pesimistas, y un 10% más de probabilidades de vivir más allá de los 90 años.
En ese sentido, los investigadores no encontraron interacciones significativas entre el optimismo y los factores raciales o étnicos. Esta tendencia se mantenía con independencia de la demografía, las enfermedades crónicas y la depresión.
Además, hábitos de vida como el ejercicio físico y la alimentación saludable apenas supusieron una cuarta parte de las asociaciones entre optimismo y longevidad, lo que sugiere según Koga que hay otros factores ocultos a valorar a la hora de tomar decisiones vitales.
"Tendemos a enfocarnos en los factores de riesgo negativos que afectan a la salud. Pero también es importante tener en mente los recursos positivos, como el optimismo, que pueden beneficiar a nuestro organismo, especialmente cuando su eficacia se ha comprobado independientemente del origen de la persona", concluye el investigador.