Las altas temperaturas provocada por la ola de calor han causado la muerte de 360 personas en los últimos ocho días, según el Instituto de Salud Carlos III, dependiente del Ministerio de Sanidad. Una de las víctimas ha sido un barrendero de Madrid mientras trabajaba a las 17:30 horas de la tarde. Un momento del día en el que su temperatura corporal estaba a 41,6 grados. Pese a ser intubado en el Hospital Gregorio Marañón, el hombre, de 60 años, fallecía el pasado sábado, sumándose así a una lista de fallecidos cuya tendencia ha sido ascendente desde comienzos de junio.
El pasado verano la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, presentaba el primer plan de Inspección de Trabajo para combatir los riesgos por golpes de calor. Justificaba esta medida para "evitar que ocurra lo que vimos el año pasado". Sin embargo, los fallecidos en esta ola de calor durante su jornada laboral demuestran que la situación no ha mejorado con respecto al año anterior.
En el caso del barrendero se produjo de forma rápida porque se encontraba trabajando bajo un calor extremo. Sin embargo, esta situación potencialmente mortal también puede darse en un ambiente caluroso y cerrado. Lo que sucede cuando nos da un golpe de calor es que nuestro cuerpo es incapaz de controlar su temperatura porque los mecanismos termorreguladores no funcionan correctamente, como en condiciones normales.
[Sanidad eleva a 360 las muertes por la ola de calor en sus primeros cinco días]
Ante un golpe de calor, el principal objetivo es que la temperatura corporal baje de los 37 grados. El primer paso a seguir será recostar a la persona en una zona sombría y ventilada. El agua también cumple un papel esencial en este tipo de situaciones, ya que se debe aplicar sobre cuello, cabeza y axilas. Y si la persona estuviera consciente, se le podría ofrecer beber un poco. Cuando no se consigue alcanzar la temperatura debida, el afectado tendrá que ser trasladado a urgencias.
Los niños y las personas mayores, junto con los pacientes de algunas enfermedades crónicas, son más vulnerables a los efectos del calor en el organismo. Aunque los expertos recomiendan que todo el mundo tome las medidas necesarias para prevenir un golpe de calor y sobre todo conocer los síntomas que pueden producirlo.
Síntomas principales
En estos días de elevadas temperaturas no nos llama la atención que sudemos más que de costumbre. De hecho, la ausencia de sudor es considerada uno de los principales síntomas a tener en cuenta. Aunque no en todos los casos es tan 'fácil' de detectar, pues la piel caliente y la sed intensa también nos indicarán que nos estamos deshidratando rápidamente.
La respiración también es otra de las cuestiones a tener en cuenta si queremos evitar que nuestra temperatura corporal no exceda los 40 grados. Y es que la sensación de falta de aire y la taquicardia son claros indicativos de que no está ocurriendo así.
Uno de los síntomas más preocupantes será el dolor de cabeza, que puede causar mareos y náuseas que lleguen incluso a la pérdida de conocimiento. En estos casos se recomienda buscar lo antes posible un lugar fresco y a la sombra. Debido a la alteración cerebral que se produce en estos momentos, podemos manifestar confusión y desorientación en los momentos previos.
Medidas de prevención
La llegada del verano hace que prácticamente a diario escuchemos lo importante que es evitar las horas de mayor calor en las calles y mantener una hidratación de forma regular. Sin embargo, nunca está de más recordar algunas pautas que nos pueden ayudar a prevenir un golpe de calor.
Una de las principales medidas es que llevemos ropa holgada y fresca de colores claros. En este sentido, el uso de gorras o sombreros también sirve para que el sol no incida de forma tan directa en nuestra piel. Lo ideal a la hora de hacer ejercicio será evitar las horas de mayor calor, entre las 12 y las 16 horas.
Los expertos también desaconsejan permanecer en un coche estacionado al sol, como en algunas ocasiones se ha producido con animales de compañía, quienes lidian peor con el calor por su sistema de regulación de temperatura. Consultar con el médico siempre será una buena medida para evitar un golpe de calor, sobre todo si se tiene algún problema de salud o se está tomando alguna medicación.
Aunque no solo se trata de medidas a evitar, también podemos adaptar nuestro estilo de vida a las altas temperaturas, como en el caso de la alimentación. Si bien es cierto que el agua siempre será el elemento indispensable para estas fechas, los científicos nos amplían esta lista de productos baratos y saludables para sobrevivir al calor.