Tras los reveses que ha sufrido la investigación sobre la enfermedad de Alzheimer en el último año, vienen por fin las noticias positivas. Un fármaco, lecanemab, desarrollado por las compañías Biogen y Eisai, ha mostrado una reducción del 27% en el deterioro cognitivo de las personas con alzhéimer leve.
Se trata del primer medicamento que consigue un beneficio clínico por primera vez en mucho tiempo, y es que los tratamientos actuales contra la enfermedad neurodegenerativa tienen más de 20 años de existencia.
En una nota conjunta, los laboratorios farmacéuticas dan cuenta de los principales resultados del ensayo clínico en fase 3 –el último paso antes de pedir la aprobación-– 'Clarity AD'. De los 1.795 participantes elegidos, aquellos que recibieron lecanemab dos veces por semana durante 18 meses mostraron una mejoría de 0,45 puntos en una escala estandarizada de la progresión del alzhéimer frente a los que tomaron un placebo.
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Esta escala, conocida como CDR-SB, está subdividida en seis áreas, que miden, entre otras cosas, la orientación, la capacidad de realizar tareas del día a día, la memoria o la capacidad de resolución de problemas. Contiene 14 puntos y el declive es de un punto por año.
Los investigadores califican los resultados de un "momento histórico", tal y como ha destacado Susan Koohlhaas, directora del Alzheimer's Research UK, al diario británico The Guardian. "Este es el primer ensayo de un medicamento en fase 3 en toda una generación que ralentiza el declive cognitivo exitosamente".
Hipótesis amiloide
Los resultados, que se presentarán a finales de noviembre en un congreso internacional, serían un espaldarazo para la llamada hipótesis amiloide, la principal teoría para explicar el mecanismo del alzhéimer, según la cual el deterioro cognitivo se debe a la acumulación de la proteína beta amiloide en el cerebro en forma de placas.
Esta teoría estaba poniéndose en entredicho en los últimos años al comprobarse cómo fármacos experimentales que destruían exitosamente esas placas no lograban mejorías clínicas en los pacientes. Solo un fármaco de este tipo ha logrado ser aprobado, solo en Estados Unidos y con una gran polémica. Llamado aducanumab, la agencia reguladora federal, FDA, lo autorizó de forma condicional: el laboratorio (Biogen, uno de los responsables de lecanemab) debía probar que el fármaco sí mejoraba la evolución de los pacientes de alzhéimer en la vida real.
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Sin embargo, el alto precio del medicamento y las dudas sobre su eficacia hicieron que las aseguradoras se negaran a comprarlo, por lo que, tan solo unos meses después de aprobarse, Biogen decidió dejar de comercializarlo y solo ofrecerlo a aquellos pacientes que ya lo tomaban, es decir, los que habían participado en los ensayos clínicos.
La puntilla, sin embargo, llegó desde otra parte: una investigación, desvelada por la revista Science, mostraba cómo un buen número de imágenes utilizadas en los estudios que conformaron la hipótesis amiloide actual a mediados de la primera década del siglo XXI habían sido, con una alta probabilidad, manipuladas.
El anuncio de los buenos resultados de lecanemab –un anticuerpo monoclonal de unión a las protofibrillas con acción anti-amiloide– parece dar oxígeno a esta hipótesis. Las compañías farmacéuticas prevén presentar las solicitudes de autorización en Europa, Japón y Estados Unidos a finales del año fiscal 2022, que para Eisai finaliza el 31 de marzo de 2023.
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Con todo, el camino no parece sencillo. Una mejoría de 0,45 puntos en una escala de 14 no es algo espectacular, y tradicionalmente se establece un mínimo de entre medio y un punto como umbral para recomendar el fármaco. La escasez de tratamientos hace posible que las agencias acepten los datos, aunque el caso aducanumab les hace ser precavidas.
Además, el número de efectos secundarios de lecanemab observados en el cerebro de los pacientes mediante técnicas de escaneado no es pequeño: 12,5% de edemas o derrames, aunque solo el 2,8% fue sintomático. Además, se observaron un 17% de microhemorragias, pero las sintomáticas solo fueron un 0,7%. El total de efectos secundarios observados mediante tomografía fue del 21,3%, algo que entraba dentro de lo esperado, según las compañías.
En el aspecto positivo, el ensayo Clarity AD ha incluido un perfil de pacientes que, aun en formas leves de deterioro relacionado con el alzhéimer, sí muestra las características de las personas con la enfermedad en la vida real. Es decir, con otras enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes, obesidad o insuficiencia renal.
Este hecho da confianza en que los resultados de lecanemab puedan ser trasladables a la vida real. Muchas veces, los pacientes reclutados en ensayos clínicos tienen un perfil muy específico que puede no corresponderse con el paciente normal. Esto es así porque se busca que no haya condiciones que puedan interferir en los resultados del ensayo, para bien o para mal.