A día de hoy no existe un remedio totalmente eficaz para solucionar la calvicie, y la investigación sobre la alopecia androgénica, la más común en hombres, abunda en estudios cuantiosos y diversos en busca de una solución más allá del injerto capilar ex novo. Ahora, un nuevo estudio publicado en Science Advances por investigadores japoneses va un paso más allá con pelo cultivado en laboratorio. Incluso se podría elegir su color, ofreciendo una solución duradera para las canas.
Esta nueva técnica parte de los mismos orígenes del pelo. A medida que se desarrolla un embrión en el vientre materno, se producen una serie de interacciones entre la capa externa de la piel-epidermis- y el tejido conectivo o mesénquima. Estas interacciones no son más que una especie de sistema de mensajería para desencadenar la forma del futuro folículo piloso, entre otros procesos.
Durante las últimas décadas, los investigadores han explorado los diferentes mecanismos relacionados con el desarrollo del folículo piloso usando modelos animales. A día de hoy, comprender completamente estos mecanismos sigue siendo un desafío, y la morfogénesis del folículo piloso aún no había podido llevarse a cabo en un cultivo de laboratorio.
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De forma más reciente, han cobrado protagonismo los cultivos de organoides o "mini órganos". Se trata de versiones diminutas y simplificadas, cuyo objetivo es ayudar a estudiar el desarrollo y la enfermedad de tejidos y órganos en laboratorio. Organoides de este tipo han sido la base para estudiar los mecanismos de la formación del folículo piloso in vitro, según explica el Dr. Tatsuto Kageyama, profesor de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Yokohama.
Para este nuevo estudio, los investigadores fabricaron organoides de folículos pilosos. Para ello, controlaron la estructura generada a partir de los dos tipos de células embrionarias usando una concentración muy baja de matrices extracelulares, el "marco" del cuerpo que proporciona estructura a células y tejidos.
Estas matrices ajustaron el espacio entre los dos tipos de células embrionarias de una forma de mancuerna hasta una configuración núcleo-caparazón. Así, los folículos pilosos recién formados con características típicas emergieron en grupos con forma de núcleo y caparazón. Esta configuración aumenta el área de contacto entre dos reciones celulares para mejorar los mecanismos que contribuyen al crecimiento de la célula del cabello.
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Este nuevo sistema de cultivo de organoides generó folículos pilosos y tallos pilosos con una eficiencia de casi un 100%. Produjeron células completamente maduras con tallos de pelo largos, de unos 3 mm de longitud en 23 días de cultivo. Además, a medida que se producía este crecimiento, los investigadores pudieron monitorear el proceso de morfogénesis y la pigmentación o coloración del cabello in vitro, además de comprender mejor las vías de señalización o "mensajería" implicadas en estos procesos.
Posteriormente, los investigadores han hecho pruebas con fármacos y procesos de medicina regenerativa. Se agregó al cultivo un fármaco estimulante de los melanocitos, un tipo de células clave para darle color al cabello. Cuando se asoció este compuesto, los investigadores mejoraron significativamente la pigmentación del cabello cultivado. Por otro lado, al trasplantar los organoides de folículos pilosos, también se logró una regeneración eficiente del folículo con ciclos repetidos.
Según declaran los investigadores, gracias a estos hallazgos será posible entender mejor cómo se forman los folículos pilosos, cómo adquieren su pigmentación o coloración, qué medicamentos pueden ayudar al crecimiento del pelo o cómo se podría regenerarlo. Además, también se quieren estudiar otro tipo de células en el futuro usando este mismo sistema de cultivo de organoides, con el objetivo de explorar el desarrollo de fármacos implicados en la medicina regenerativa.