El investigador de la UAB Albert Quintana.

El investigador de la UAB Albert Quintana. Albert Quintana

Salud

"Mi mujer me dijo que estaba loco": el español que sabe cómo luchar contra las superbacterias

Un equipo dirigido por el investigador Albert Quintana desarrolla un kit de diagnóstico que detecta la resistencia a los antibióticos en menos de dos horas.

14 noviembre, 2022 02:11

Hay tratamientos en los que la frase de "cada persona es un mundo" no puede tener más sentido. Los médicos deben decidir —en el menor tiempo posible— el antibiótico idóneo para cada uno de sus pacientes. Sin embargo, no todos los organismos responden igual, por lo que a veces el proceso de curación se demora. E incluso este fracaso antibiótico también puede provocar la muerte en cuatro días de alguien que haya ingresado en el hospital por una infección generalizada. Aunque la indecisión médica para escoger el tratamiento más apropiado parece tener las horas contadas.

Así es, un grupo de investigadores españoles diseña ya un nuevo método que detecta en tan solo dos horas la resistencia a antibióticos de una persona. Este rápido diagnóstico también serviría para evitar un uso indiscriminado de antibióticos, pues la aparición de cepas resistentes a dichos fármacos se facilitaría. 

"Estamos trabajando en ello", aclara al otro lado del teléfono el investigador de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) Albert Quintana. Hace una semana varios medios daban por finalizado el proyecto que lidera. Pero nada más lejos de la realidad, ya que aún se encuentra en fase de financiación, por lo que se espera que llegue a los hospitales y centros de atención primaria en un plazo de tres a cinco años.

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Otra de las aclaraciones que realiza el propio Quintana es que ni el resto de investigadores del Departamento de Biología Celular y del Instituto de Neurociencias de UAB son microbiólogos ni médicos. Aun así, considera que el nuevo método de diagnóstico en el que se encuentra trabajando serviría para tener una mayor muestra de las bacterias y poder detectarlas con más antelación.

"He salido de mi zona de confort", bromea el investigador catalán. Y es que su línea de investigación nunca se centró en las bacterias. "Nuestra especialidad siempre habían sido las neuronas y las mitocondrias". Pero en un contexto para nada científico, Quintana se dio cuenta de que tal vez el camino recorrido hasta ese momento podría tener una aplicación distinta a la original.

Cómo surgió la idea

El investigador español Albert Quintana se marchó a Estados Unidos cuando la crisis económica de 2008 golpeaba a España. Siete años más tarde volvería con una buena noticia: una prometedora investigación sobre enfermedades raras. En concreto, acerca de aquellas patologías mitocondriales que afectan especialmente a los más pequeños. 

Este tipo de enfermedades afectan a las neuronas de forma indiscriminada, por lo que Quintana se propuso descubrir por qué mueren solo algunas de ellas. Así, consiguieron "desarrollar un sistema que permite ver qué sucede dentro de las neuronas a nivel genético y mitocondrial", como aseguraba el propio científico en una entrevista a El País.

A raíz de esta investigación, recibiría a sus 36 años la ayuda Starting Grant del Consejo Europeo de Investigación, que fue la que le permitió volver a España para continuar con el estudio. Sin embargo, no fue en el laboratorio donde Quintana se dio cuenta de que podría aplicar todo lo que había investigado hasta entonces acerca de las mitocondrias en la resistencia de las bacterias. "Iba en el tren leyendo una noticia sobre el problema de las resistencias bacterianas, ya que cada vez generamos más resistencia a los antibióticos", comienza relatando Quintana.

El interés de este investigador era en balde, ya que la resistencia a los antibióticos causa más muertes al año que el SIDA o la malaria, como demostraba el mayor análisis realizado hasta la fecha. El estudio, que se publicó en The Lancet en enero de este año, señaló que las superbacterias resistentes a los antibióticos provocó 1,27 millones de muertes en el año 2019. Por tanto, Quintana no iba tan mal encaminado en su preocupación.

[El drama de las superbacterias para el que no existe ningún tratamiento médico]

"¿Y si aplicamos nuestra tecnología a la resistencia de bacterias?". Por "nuestra tecnología" Quintana se refiere a la técnica que habían desarrollado anteriormente aplicada a neuronas y mitocondrias. "Mi mujer, que iba conmigo en el tren y también es neurocientífica, me dijo que estaba loco". Aunque esta 'locura' fue aceptada por el Consejo Europeo de Investigación, quien acepta que los beneficiarios de la ayuda Starting Grant reciban una nueva cuantía económica cuando pretenden llevar a cabo nuevas aplicaciones de su proyecto original.

Así, desarrollaron un método para concentrar y purificar las bacterias. Sin embargo, se trataban de "unas condiciones perfectas", pues eran los propios investigadores quienes cultivaban la bacteria. Es entonces cuando entre en escena la colaboración con el I3PT del Hospital Parc Taulí de Sabadell para trabajar con muestras humanas. De éstas pretenden aislar el ácido ribonucleico (ARN) para secuenciarlo e identificar así qué patógenos y qué genes de resistencia tienen. "Cuando cuentas con la muestra, haces el cultivo y lo siembras en una placa para ver qué bacterias están creciendo. Una vez las tienes, las sometes en otra placa a diferentes antibióticos para comprobar su resistencia".

Santo Grial de la detección 

Actualmente el tiempo medio que se dedica a detectar la resistencia a antibióticos suele ser de entre dos y tres días. En algunos casos pueden llegar incluso hasta una semana. Aunque no sea médico, Quintana entiende que la duración en la detección es fundamental en muchos casos. Incluso pone el ejemplo de la sepsis, una enfermedad infecciosa que puede matar en cuatro días y que ha acabado con la vida de 11 millones de personas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Por este motivo, el investigador catalán valora otros sistemas que ya están en el mercado, aunque tan solo detecta algunos patógenos específicos. Con su trabajo pretenden abarcar a todo tipo de enfermedades y llegar a una tiempo de detección de unas pocas horas. Ese es su objetivo, aunque, sin duda, "el Santo Grial del diagnóstico de resistencia sería obviar el cultivo". Esto es, que inmediatamente después de sacar sangre al paciente se pudieran tener los resultados.

Este kit de diagnóstico rápido no solo servirá para humanos, sino que también se podría utilizar en animalesPero la aplicación veterinaria presenta un ritmo algo más pausado, teniendo en cuenta que en estos casos tal vez el tiempo no sea tan crítico. Si en las personas los resultados se ofrecen en unas horas, para los animales habría que esperar, al menos, un día entero debido al mayor número de patógenos y genes de resistencia identificados.

Ya sea en humanos o en animales, Quintana reconoce que el desarrollo de este kit dependerá, en gran medida, del volumen de inversores que aúnen, puesto que la inversión pública recibida hasta la fecha no ha sido suficiente como para conseguir que este nuevo método de diagnóstico rápido cuente con un lanzamiento comercial.