España ha salido de las navidades con nota. El número de infecciones respiratorias está disminuyendo, la Covid se ha mantenido estable los últimos meses y tanto el crecimiento de casos en China como la expansión de la variante XBB.1.5 parece que no van a alterar la perspectiva europea. Por eso, los especialistas en epidemiología y en salud pública creen que ha llegado el momento de retirar uno de los últimos símbolos de la pandemia: la mascarilla obligatoria en el transporte público.
Unas palabras calculadamente ambiguas de la ministra de Sanidad, Carolina Darias, este lunes en una entrevista en la Cadena SER abren la puerta a un levantamiento de la restricción en un plazo más o menos breve. "No será muy tarde", afirmaba, con un corolario que se ha convertido en su mantra personal: cuando la situación lo aconseje y así lo indiquen los expertos en salud pública.
Las sociedades científicas de epidemiología y salud pública creen, con matices, que ese momento ha llegado. "Antes de Navidad teníamos una incertidumbre grande con la posibilidad de que hubiera una ola pandémica", reconoce a EL ESPAÑOL Rafael Ortí, presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública y Gestión Sanitaria (Sempspgs).
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Ahora, tras el primer invierno que no ha supuesto una explosión de casos Covid, "el riesgo ha pasado, podemos retirar las mascarillas, pero tenemos que quedarnos con una lección aprendida: a lo largo del año, las infecciones respiratorias nos acechan a la población", recuerda. Se refiere a un uso individualizado y responsable del cubrebocas: en personas vulnerables o aquellas que tengan contacto con las mismas.
Para el especialista, deberían ponerse en marcha campañas que desliguen la mascarilla de la Covid y la incluyan como un consejo de salud pública similar a lavarse las manos antes de comer o ponerse crema protectora a la hora de tomar el sol. "Esto es mejorar la salud de la población: tiene poca visibilidad pero es lo realmente efectivo".
Manuel Franco, vocal de Comunicación de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas), incide en que "muy poquita gente está guardando esa medida". Entrar ahora en un vagón de metro o de tren de Cercanías se parece bastante a hace unos años: las mascarillas ya no abundan.
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También recuerda que la evidencia científica sobre el uso de mascarilla en el transporte público no es concluyente. Sin más medidas, "su eficacia es muy bajita". Por eso, aunque cree que su presencia es una forma de recordar que la pandemia no ha terminado, aboga por "mantener las campañas de vacunación y recordar, una y otra vez, que el sistema sanitario tiene que ser reforzado, apoyado y ayudado, sobre todo la atención primaria".
Por su parte, el presidente de la Sociedad Española de Epidemiología, Óscar Zurriaga, introduce un matiz: "Hace bastantes semanas o incluso meses que podría haberse producido esta eliminación de la obligatoriedad" pero "ahora no sería tan apropiado retirarlas como hace unos meses por la amplia distribución de los virus".
Menos gripe y bronquiolitis
La Covid se ha mantenido estable desde finales del verano. La incidencia actual, de 124 casos por 100.000 habitantes a 14 días, es la más baja en más de un año, aunque antes se calculaba en toda la población y ahora solo en mayores de 60 años. Tras un ligero repunte en octubre, ha ido bajando desde entonces. También lo hacen los hospitalizados y en UCI por Covid, aunque de forma lenta.
Sin embargo, gripe y virus respiratorio sincitial (VRS) han estado muy activos en los últimos meses. Sobre todo el segundo, que colapsó las urgencias pediátricas con bronquiolitis durante el otoño, con picos asistenciales mayores que los vistos antes de la pandemia.
El último informe del Sistema de Vigilancia de Infección Respiratoria Aguda en España, publicado por el Instituto de Salud Carlos III, da cuenta de que el pico de infecciones de estos otros dos virus parece haber pasado, y los casos vistos en atención primaria van reduciéndose paulatinamente. Eso sí, puede haber algún retraso en la notificación debido a que las festividades están recientes.
Por eso, Zurriaga aboga por la prudencia. De haber quitado las mascarillas en otoño no habría hecho falta recuperarlas pero, dado que estamos en la peor época para las infecciones respiratorias, prefiere esperar algunas semanas a que el número de infecciones baje más antes de levantar la restricción.
"La obligatoriedad debe producirse cuando es absolutamente imprescindible", comenta a este periódico. "Desde hace unos meses, esa obligatoriedad era cuestionable". Eso sí, recuerda que el fin de la obligatoriedad no debe ser el fin de las mascarillas: las personas con síntomas, en contacto con individuos vulnerables, etc. deben tenerlas en cuenta "independientemente de la obligatoriedad de la medida".
China no es peligrosa
Ninguno de los expertos consultados por EL ESPAÑOL cree que la explosión de casos en China o el auge de una nueva variante más contagiosa en Estados Unidos puede influir en la evolución de la Covid en nuestro país.
"China está pasando variantes que nosotros ya hemos pasado", apunta Salvador Peiró, investigador en salud pública de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunidad Valenciana, Fisabio. "Es probable que, en unas cuantas semanas, ellos tengan nuevas oleadas por BQ.1 o XBB. Pero el impacto en la transmisión en Europa será mínimo".
Respecto a variantes como XBB.1.5 (que algunos llaman Kraken) tampoco cree que cambiará la tendencia. "España es una población muy vacunada y muy infectada. En octubre, el 75% de la población había pasado la Covid (el porcentaje era cercano al 90% en menores de 35). Infecciones tendremos pero no es esperable un impacto importante sobre la hospitalización".
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Esta última palabra es crucial para Peiró, que no cree que haya que tener en cuenta tanto la incidencia como su impacto en el sistema sanitario. Toda España está en nivel de alerta bajo, según la última actualización del Ministerio de Sanidad, salvo las Islas Canarias, que están en nivel medio, principalmente por la ocupación de camas de agudos. Con todo, ninguna provincia se encuentra en niveles altos de ocupación. En todo el país, la ocupación de las UCI se considera baja y fuera de cualquier peligro.
España no está sola
Por eso, Peiró ve lógico que las administraciones hayan esperado a que pasen las navidades, que la vacunación con el segundo refuerzo haya avanzado y que las nuevas variantes no supongan una amenaza para tomar la decisión de levantar la obligatoriedad, pero él cree que deberían haberlo hecho ya "hace tiempo. En un contexto como el actual, el uso exclusivo en el transporte aporta muy poco a la reducción de la transmisión".
España no está sola en Europa. Otros seis países mantienen la obligatoriedad del uso de mascarillas en el transporte público: República Checa, Grecia, Eslovaquia, Estonia, Chipre y Alemania. Este último ha anunciado que, a partir del 2 de febrero, no será necesario llevar cubrebocas en viajes de larga distancia en tren o bus. En el transporte urbano, la decisión queda en manos de los lander, y muchos de ellos la mantienen.
Los especialistas con los que ha hablado este medio consideran que los viajes en avión no deben tener una consideración distinta que el resto de transporte público, y el levantamiento de la obligación también debe afectarles a ellos.
Es algo que pidió la Asociación de Líneas Aéreas ya en otoño, cuando denunciaba que España era el único país que las mantenía. Ni siquiera la ola de casos en China debería librar esa excepción. "Las medidas de control de aeropuertos y demás son parte del 'teatro' del control de la infección", opina Peiró. "No creo que la turística España quiera dar la sensación de que hay un riesgo tan alto que obligue a llevar mascarilla".