"Me diagnosticaron el VIH en 2008. Todavía recuerdo con nitidez la frase que pronunció mi médico de familia: 'No te lo tomes a la tremenda. ¡Los dos veremos el día en el que el VIH tendrá cura!'. En aquel momento, pensé que era un pretexto. Hoy, no puedo más que sentirme orgulloso de mi equipo internacional de médicos, que han logrado curarme tanto del VIH como de la leucemia. El Día de San Valentín de este año he celebrado el décimo aniversario de mi trasplante de médula a lo grande, con mi donante como invitado de honor".
Quien habla es el conocido como 'paciente de Düsseldorf', un hombre que ahora cumple 53 años convertido en una de las tres únicas personas del mundo que presentan una curación completa del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) mediante un trasplante de células madre de la médula. Los otros dos son el 'paciente de Berlín' y el 'paciente de Londres', que escogió salir a la luz y revelar su identidad: Adam Castillejo, un venezolano residente en la capital británica que ha cumplido 42 años con una remisión total del VIH en su organismo.
Los tres casos tienen en común el trasplante medular para tratar la leucemia, sumado al tratamiento antirretroviral para combatir el VIH. Según el equipo de médicos del Hospital Universitario de Düsseldorf liderados por el infectólogo Björn Jensen y el hematólogo Guido Kobbe, el paciente a su cargo es el caso más longevo de curación comprobada y monitorizada, ya que se encuentra libre del virus transcurridos 10 años del trasplante y cuatro desde que dejó el tratamiento con antirretrovirales. Ahora, publican un informe virológico e inmunológico al detalle en la revista Nature Medicine con la esperanza de poder reproducir la cura en más pacientes.
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Según recuerdan, su paciente fue diagnosticado en 2011 con un carcinoma, la leucemia aguda mieloide. Los especialistas pudieron seleccionar a un donante que poseía una mutación específica en el gen CCR5, la variante 'CCR5Delta32', que provoca que las células inmunes carezcan de unión a la que el VIH se puede adherir para infectarlas. Esta mutación, más frecuente en poblaciones del centro y este de Europa, genera una protección "considerable" contra la infección. Según explica Kobbe, plantearon el trasplante como un tratamiento para ambas enfermedades.
En 2018, tras una una "planificación cuidadosa" y bajo control del equipo médico, se decidió interrumpir el tratamiento para suprimir los restos de virus que podrían mantenerse en reservorios celulares. "Proporcioné muestras de mi tejido intestinal y un nódulo linfático, que era donde los doctores sospechaban que podría formarse un reservorio. Así, confié al 100% en ellos cuando llegó el momento de terminar con la medicación contra el VIH", relata el paciente en una carta que se publica junto al artículo científico.
"Tras una investigación intensiva, podemos confirmar que es esencialmente posible prevenir la replicación de VIH de forma sostenida combinando dos técnicas clave", explica por su parte Jensen. "Por un lado, tenemos la depleción extensiva de los reservorios del virus en las células inmunes más longevas; por el otro, la transferencia de la resistencia al VIH por parte del donante, que permite que el virus sea incapaz de extenderse de nuevo. La investigación debe dirigirse ahora a plantear cómo esto sería posible más allá de las estrechas condiciones aquí descritas".
El paciente de Düsseldorf concluye así su carta: "Espero que los doctores reciban ahora aún más atención por su trabajo, que su proyecto siga adelante y que sigan recibiendo fondos para alcanzar la cura del VIH sin necesidad de trasplante de médula. En mi caso, era inevitable a causa de la leucemia, pero realmente ha sido un camino muy difícil. He decidido finalmente renunciar a parte de mi vida privada para apoyar la recaudación de fondos para la investigación. Y, por supuesto, seguirá siendo muy importante para mí luchar contra la estigmatización del VIH con mi historia".