La obesidad afecta a unas 8 millones de personas en España. Es el 17% de la población, según la Encuesta Europea de Salud que realiza el Ministerio de Sanidad, y la cifra no ha dejado de aumentar en lo que llevamos de siglo. El creciente problema del sobrepeso es un fenómeno internacional, que resulta especialmente preocupante porque se trata de un factor de riesgo para multitud de enfermedades.
Los hábitos para bajar de peso -alimentación saludable, ejercicio regular…- están instaurados en la consciencia colectiva, pero no siempre resultan fáciles de cumplir. Es por ello que, en ocasiones, y cada vez con más frecuencia, los procedimientos médicos resultan un aliado fundamental para ayudar a las personas a bajar de peso y mejorar su calidad de vida. Métodos como la reducción de estómago o el balón gástrico suponen un complemento esperanzador para estos pacientes, “una ayuda de saciedad desde dentro del estómago para cumplir la dieta”, asegura el doctor Gontrand López-Nava, médico especialista en Aparato Digestivo y Endoscopia y director de la Unidad de Endoscopia Bariátrica del Hospital Universitario HM Sanchinarro.
Esta especialidad se ocupa del tratamiento de la obesidad mediante métodos alejados de la cirugía convencional (endoscópicos, a través de orificios naturales como la boca) y fue constituida hace 15 años por el doctor López-Nava. Los tratamientos fueron “evolucionando con muchas ayudas técnicas y cuando vi que íbamos a ser pioneros en el mundo, realizando las primeras reducciones de estómago por la boca de Europa, nos consolidamos como una especialidad nueva”. Desde entonces se han mantenido pioneros en este campo, contribuyendo a las últimas innovaciones en endoscopia a través de acciones como su reciente participación en el primer estudio en humanos de una nueva técnica de sutura gástrica endoscópica mediante un procedimiento automatizado.
¿Cuáles son los pasos a seguir desde que un paciente con un problema de sobrepeso llega a la consulta?
Los pacientes solicitan la información y vienen a una consulta informativa gratuita, que es muy importante porque les contamos en qué consiste el tratamiento global, para que sepan que necesitamos que venga al menos una vez al mes, mínimo durante un año, a nutrición y también al psicólogo, que de una manera conductual les ayude a conseguir su objetivo.
Cuando hablamos de la técnica tenemos que sentar las expectativas para quitar la percepción de milagro e inculcar que vamos a ser una ayuda muy grande en un proceso difícil. Los pacientes nos buscan, les informamos y aquellos que vemos que van a ser capaces de hacerlo con los tres pilares que tenemos (reducción endoscópica, nutrición y psicología) son los pacientes que vamos a intervenir.
¿Qué determina a un posible candidato para estos tratamientos?
Teóricamente todos son candidatos pero tenemos que ver quién está dispuesto a este proceso educacional y de trabajo. Si vemos que el paciente realmente no busca un milagro y se ve involucrado en un trabajo a medio o largo plazo, pues es un paciente candidato. Yo creo que son ellos mismos los que se dan cuenta cuando les explicamos qué se necesita por ambas partes. Desde la pandemia tenemos mucha consulta de nutrición y psicología online que ayuda al paciente a cumplir sus consultas, pero aun así no deja de ser una cosa que se cuela en nuestras agendas y que hay que poder cumplir.
Uno de los aspectos más característicos de su unidad es que el proceso de adelgazamiento dura unos dos años. Una vez se ha realizado la intervención no significa que haya terminado.
En el mismo día de la intervención el paciente se va a su domicilio y tras un proceso de dieta blanda que dura un par de semanas, empezamos a educar y a trabajar con las dietas. Así están mínimo un año, aunque el seguimiento es de dos años.
¿Qué diferentes tratamientos existen?
Básicamente son dos, la reducción de estómago por endoscopia o endo reducción gástrica, que hacemos con técnicas diferentes (método Apollo y Pose) y el balón gástrico. El balón no reduce el estómago pero lo ocupa con una prótesis de silicona que simula una reducción de estómago.
¿Qué beneficios tienen los métodos endoscópicos frente a la cirugía tradicional?
Al ser a través de la boca, que es un orificio natural, llegamos directamente al interior del estómago. Si lo hiciéramos a través de la pared abdominal, tenemos que atravesar la piel, la grasa, los músculos, romper la pared del estómago... Ese trayecto puede tener muchas complicaciones y es agresivo. A través de la boca puedes entrar y salir las veces que sea necesario. En segundo lugar, el riesgo de complicaciones es muchísimo menor y si tienes que reintervenir por alguna causa, no tienes que volver a abrir una cicatriz. Luego la recuperación es rapidísima, el paciente se va a casa en el mismo día o a la mañana siguiente.
¿En qué casos puede ser más indicado cada uno de los métodos?
La endo reducción gástrica (lo que llamamos métodos Apollo y método Pose) es un poquito más efectiva, solo requiere una intervención. El balón intragástrico hay que quitarlo a los 7 u 8 meses, entonces ya son dos intervenciones, y aunque puede ser muy efectivo también, el paciente identifica demasiado el día que le quitan el balón como el día que deja de tener ayuda. Pero es verdad que los pacientes que lo cumplen bien, cuando les quitas el balón, han aprendido una conducta alimentaria buena y no solo se mantienen, sino que muchos siguen perdiendo peso.
La reducción de estómago por endoscopia, ¿es definitiva?
Uno no adelgaza porque tenga el estómago pequeño, adelgaza por lo que deja de comer. Lo que hay que hacer es cambiar esos hábitos y costumbres y luego mantenerse a base de comer de otra manera. Hemos visto que no hace falta reducir de una manera definitiva el estómago, sino que simplemente con dos, tres años y luego un estómago normal, realmente el paciente puede percibir que ha cambiado de hábitos y es una persona nueva. Lo bueno de esta reducción de estómago es que a los tres o cuatro años, el estómago poco a poco vuelve a la normalidad.
¿Cuál es el perfil de paciente más habitual?
Nuestro paciente más frecuente y característico antes era una mujer de entre 30 y 40 años, ahora esa proporción se tiende a igualar entre hombres y mujeres. Es gente que ya ha intentado hacer dieta, y que entiende que esto es meterse a hacer una dieta seria, supervisada por médicos, nutricionistas y psicólogos, pero con una ayuda para que sea más efectiva y más fácil cumplirla. A todos nos animaría mucho hacer dieta sabiendo que va a ser sin pasar tanta hambre.
En las personas que están constantemente de dieta y no consiguen perder peso, ¿qué es lo que está fallando en estos casos?
Se ha visto que el diseño de la dieta no es lo más importante. Lo que marca la diferencia de un paciente a otro es el cumplimiento de esa dieta. Y lo que hacemos dentro del estómago -la endo reducción o el balón- lo que hacen es aumentar enormemente, hasta en un 80%, la tasa de cumplimiento de esa dieta.
La creciente demanda de este tipo de tratamientos, ¿se debe a una mayor conciencia de nuestra salud?
Se sabe que cuando hay sobrepeso u obesidad aumenta de una manera estadísticamente significativa, y muy clara, el riesgo de morir. Aumenta el riesgo de comorbilidades, que pueden provocar una muerte más precoz. La obesidad significa tener 10 veces más probabilidades de sufrir un infarto de miocardio o más riesgo para 20 tipos de cáncer. Creo que eso se ha impregnado ya en la cultura, la gente sabe ya que la obesidad es un enemigo de la salud. Nos viene muy poca gente con intención estética.
Se habla de la obesidad como la epidemia de este siglo, ¿cuál es la gravedad real de este problema?
No hay más que leer estadísticas. La obesidad es una auténtica pandemia, hay muy pocos países que no la tengan y afecta a todos los niveles. Es absolutamente evidente que si hay obesidad hay más mortalidad y más gasto sanitario y muchísima peor calidad de vida. Creo que está empezando a haber un pequeño giro en el concepto de nutrición sana y prevenir llegar a la obesidad.
Luego, cuando la obesidad ya está instaurada, tenemos que saber que existen soluciones. Si una persona tiene obesidad no tiene por qué convivir con esa situación de riesgo. Igual hay personas a las que les sobran 20 kilos, que se mantienen con 20 kilos de más. Pues esa persona, que ha demostrado que puede mantener su peso, es una pena que no le quitemos esos 20 kilos y se mantenga en normopeso en lugar de obesidad.
¿Cómo solucionan a largo plazo estos pacientes la relación con la comida?
Me gustaría quitar el estigma que tenemos del paciente obeso. La gran mayoría son pacientes normales, pero algunos tienen más sensación de hambre, otros tienen una relación emocional un poco patológica con la comida… El perfil más frecuente son pacientes que tienen ansiedad, porque nuestros estilos de vida pueden provocar ansiedad generalizada y la comida es un aliado. Esa ansiedad nos hace comer diferente porque no escuchamos esa saciedad y comemos más de lo que necesitamos. Por eso vamos de la mano la cirugía endoscópica, la nutrición y la psicología.