Realizar actividad física con regularidad es una de las claves para mantenernos sanos. Sin embargo, casi la mitad de los europeos no practica ningún deporte según el último Eurobarómetro de la Comisión Europea. España se encuentra por encima de la media, pero un 47% de los españoles reconoce que no hace ningún tipo de ejercicio y esa cifra sitúa a nuestro país como el noveno más sedentario. Y sin embargo, sabemos que no solo ayuda a fortalecer la musculatura. Ayuda a cuidar órganos vitales como el hígado, y ahora también sabemos que es bueno para el cerebro.
La actividad física regular a cualquier edad está relacionada con una mejor función cerebral en la vejez. Sin embargo, es especialmente importante mantener una rutina de ejercicios en la edad adulta para preservar la agudeza mental y la memoria. Esto es lo que sugiere un estudio a largo plazo que se ha publicado en Journal of Neurology Neurosurgery & Phychiatry. Aunque sus conclusiones se han visto debilitadas por factores como la capacidad cognitiva en la infancia, los ingresos familiares o la educación, sus hallazgos siguen siendo significativos.
Se trata de una investigación impulsada desde la Unidad para la salud y el envejecimiento del University College London (Reino Unido), el Departamento de Psiquiatría del Chang Gung Memorial Hospital Kaohsiung Branch (Taiwán), el Departamento de Salud de la Universidad de Oxford (Reino Unido) y el Centro de Investigación de Demencia de Londres. Los investigadores estaban particularmente interesados en saber si la actividad física podría ser más beneficiosa en períodos particulares a lo largo de la vida.
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Más actividad, mejor cognición
La actividad física se ha venido asociando modestamente con un menor riesgo de demencia, deterioro cognitivo y pérdida de agudeza mental, pero no se sabe si el momento, la frecuencia o el mantenimiento de ese ejercicio en el tiempo a lo largo de la vida podría ser clave para las capacidades cognitivas posteriores. Para intentar averiguarlo, los investigadores observaron las asociaciones entre una serie de pruebas cognitivas a los 69 años y la actividad física durante las décadas previas en 1.417 personas de ambos sexos nacidas en 1946, que participaron en el estudio británico.
Los niveles de actividad física se clasificaron en inactivo, moderadamente activo (de una a cuatro veces al mes) y más activos (cinco o más veces al mes). Se realizaron cinco evaluaciones para crear una puntuación total que va desde el 0 -inactivo en todas las edades- al 5 -activo en todas las edades. Alrededor del 11% de los participantes estuvieron físicamente inactivos hasta el punto de 'sacar' un cero. El 17% tuvo una puntuación de 1 o 4, el 20% de 2 y 3, y el 15% de 5.
El rendimiento cognitivo a los 69 años se evaluó mediante el test ACE-111, que mide la atención y orientación, la fluidez verbal, la memoria, el lenguaje y la función visoespacial. También plantea pruebas de memoria verbal (prueba de aprendizaje de palabras) y velocidad de procesamiento (velocidad de búsqueda visual). Asimismo, se evaluaron los factores asociados con un mayor riesgo de deterioro cognitivo -salud cardiovascular y mental-) para ver si modificaban alguna de las asociaciones observadas.
El análisis de los resultados mostró que estar físicamente activo en los 5 puntos temporales se asoció con un mayor rendimiento cognitivo, memoria verbal y velocidad de procesamiento al cumplir los 69 años. El efecto fue similar en todas las edades adultos. "Esto sugiere que estar físicamente activo en cualquier momento de la edad adulta, incluso si se hace una vez al mes, está relacionado con una mayor cognición", apuntan los investigadores.
Cualquier actividad física es buena
No obstante, la asociación más fuerte se observó en la actividad física acumulada y sostenida en el tiempo para aquellos que eran más activos en todas las edades. "Estos resultados sugieren que el inicio y el mantenimiento de la actividad física durante la edad adulta pueden ser más importantes que la frecuencia del ejercicio en un período específico", dicen los investigadores. Al ser un estudio observacional, sin embargo, no pueden establecer una causa-efecto.
Con todo, a pesar de ello, concluyen que sus hallazgos "respaldan las pautas para recomendar la participación en cualquier actividad física durante la edad adulta y brindan evidencia de que alentar a los adultos inactivos a ser más activos en cualquier momento y a los que ya son activos a mantener la actividad, podría conferir beneficios en la cognición posterior de la vida".