Si nos duele la cabeza de sopetón o nos sube la fiebre recurrimos rápidamente a alguna pastilla de nuestro botiquín: generalmente, un paracetamol o un ibuprofeno resuelve la situación. El siguiente paso es hacerlo pasar por la garganta y en este caso hay quien los traga sin ningún tipo de problema y quien piensa que la pastilla se le puede quedar pegada en la garganta. ¿Es esto último posible? "Los comprimidos hay que tomarlos con mucha agua y en principio no pueden quedarse pegados si lo hacemos de esta manera", explica Pablo Caballero, farmacéutico del área de Divulgación Científica del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos.
"Otra cosa es que estas pastillas sean muy grandes", continúa el experto. Este problema es especialmente grave para los niños y las personas mayores, además de pacientes de ictus, de párkinson o que presenten problemas de disfagia. En estos casos, triturar un comprimido puede llegar a ser la única manera de poder administrar un tratamiento importante. Eso sí, los medicamentos vienen en formatos muy diferentes entre ellos y no todos se pueden partir en dos o en varios trozos. Pero, ¿cómo podemos distinguir los que se pueden morder de los que no?
"Masticar un comprimido afecta a su composición y a su posterior absorción: algunos fármacos tienen una película que protege su estructura, y si la rompes antes de tiempo, el contenido puede perder efectividad", explica Silvia Rodrigo, farmacéutica. "Esto pasa porque el medicamento pierde estabilidad frente al ácido del estómago". Pero además, Rodrigo explica que partir y triturar los comprimidos puede tener como resultado que no tomemos la dosis que nos corresponde. Por eso, siempre hay que consultar al farmacéutico.
Reducción de efecto
En cualquier caso, en la farmacia es fácil encontrar los fármacos que más empleamos, como el paracetamol o el ibuprofeno, en formatos fáciles de tragar. Pueden ser en sobres para disolver, pastillas efervescentes o líquidos, aunque presentan una ligera diferencia frente a los comprimidos. "La efectividad de estos formatos es igual a la de los comprimidos, pero al estar el medicamento ya disgregado suelen tener un efecto más rápido porque se absorbe antes", aclara Pablo Caballero. Estas opciones son las mejores para quienes no tragan bien los comprimidos.
En general, se recomienda no partir las cápsulas —menos los antisecretores gástricos como el omeprazol, según el Consejo General de Farmacéuticos—, los comprimidos o cápsulas que sean gastrorresistentes o de liberación modificada y cualquier comprimido que no tenga una ranura que lo separe en dos mitades. "Por muy perfecto que hagas el corte de la pastilla por la mitad, si no hay ranura en el medio significa que no te aseguran que el principio activo esté repartido de manera homogénea. Te puedes dejar parte de tu dosis", advierte Rodrigo.
La mayoría de los medicamentos se absorben en el intestino delgado, pero las opciones de liberación modificada suelen estar elaboradas para que la dosis se absorba de manera sostenida en diferentes puntos y, por eso, si se rompe la cobertura este efecto se pierde. De todas formas, Caballero recuerda que es importante consultar al farmacéutico estas cuestiones o revisarlas en el prospecto del medicamento. "En el caso de los paracetamoles o en el de los ibuprofenos, morderlos no va a hacer que se vuelvan tóxicos, pero hay que mirar si tienen película gastrorresistente. Ahora bien, morder un comprimido puede ser desagradable por su sabor amargo", avisa Caballero.
Cómo tomar una pastilla
La clave para saber si puedes morder una pastilla en concreto se encuentra en la ranura o hendidura que la separa en dos mitades: si tu pastilla tiene esta señal, adelante. "Si incluyen una línea de partición, la norma es que se pueden partir y así facilitar la deglución, sobre todo cuando son de gran tamaño. Normalmente, si se pueden partir, también se podrán triturar o masticar aunque es posible que el sabor no sea agradable", recoge la página web del Consejo General de Farmacéuticos.
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Sin embargo, es posible que éste no sea el único error que cometes a la hora de tomar tus medicamentos. Según este artículo de EL ESPAÑOL, tanto la postura en la que tomamos las pastillas hasta si lo hacemos con leche o con zumo pueden afectar a la cantidad de principio activo que finalmente absorbe el cuerpo. De hecho, los farmacéuticos recomiendan que cada vez que vayamos a tomar un comprimido lo hagamos con el tronco en posición recta, ya sea de pie o sentados.
Esto se debe a la motilidad intestinal: "Las contracciones del estómago inducen presiones que pueden generar trayectorias complejas en la píldora, lo que resulta en las variaciones en la tasa de disolución del medicamento y en un vaciado no uniforme en el duodeno", explica el artículo de EL ESPAÑOL. Por tanto, cuidar los detalles a la hora de tomar una pastilla es muy importante: recuerda, no muerdas ni partas la pastilla si no tiene ranura, tómala con suficiente agua y hazlo en posición erguida.