Beber más alcohol de la cuenta, tener una dieta basada en comida basura o llevar una vida cada vez más sedentaria. Estos son algunos de los motivos que ofrecen los expertos cuando hablan del importante aumento de casos por hígado graso que se ha producido en España en los últimos años. Se trata de la enfermedad hepática más frecuente de este órgano entre los adultos, y afecta al 25% de la población española, según la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH).
"Son cifras tremendamente preocupantes". Quien habla es el doctor Manuel Romero, jefe de sección de Aparato Digestivo del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla y recién nombrado presidente de la AEEH. Este doctor cree que para atajar la problemática tendrá que existir, en primer lugar, una conciencia social. De hecho, el estado actual del hígado graso en España le recuerda a Romero a lo ocurrido con la hepatitis C en su origen: "En los años 80 y sobre todo en los 90, cuando ya se descubrió el virus, la mayoría de la gente pensaba que afectaba únicamente a la población joven".
Esta falta de preocupación causó una pandemia en la segunda mitad del siglo XX que parece encaminarse hacia su erradicación en los próximos años. En esta ocasión, no se trata de un virus sino de un cambio en el estilo de vida, como señala Romero a este periódico: "Se ha producido una combinación de sedentarismo y un dieta rica en calorías que finalmente no se consumen". Por tanto, no descarta que podamos ver una situación parecida a la de la hepatitis C si no se adoptan medidas preventivas.
Los médicos coinciden en que la enfermedad del hígado graso es una afección común que a menudo queda oculta o pasa desapercibida en la atención médica rutinaria. "Es una patología que no presenta síntomas, siendo diagnosticada en muchos casos en un análisis de rutina cuando se mide el índice de transaminasas o en una ecografía abdominal solicitada por otro motivo", explica la doctora Marta Abadía, hepatóloga y especialista en aparato digestivo del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas (CMED) a Europa Press.
Falta de trasplantes hepáticos
El hígado graso se produce cuando se depositan cantidades anormalmente elevadas de grasa en el hígado, lo que a veces provoca inflamación y cicatrices. Además, aumenta el riesgo cardiovascular y el desarrollo de tumores en otros órganos, como el cáncer de colon, de mama o de páncreas.
"Esta patología hepática también puede ser la antesala para desarrollar fibrosis —y posteriormente cirrosis— y un hepatocarcinoma", explica Romero. En ambos casos el único tratamiento que existe hasta la fecha pasaría por el trasplante hepático.
En España se realizaron un total de 1.159 trasplantes hepáticos en 2022, según los datos de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT). Aunque se traduce en un incremento del 8% con respecto al año anterior, es una cifra que queda lejos de los cerca de 1.900 nuevos pacientes que son diagnosticados cada año en España con fibrosis avanzada asociada al hígado graso. Aún más lejos quedan las cinco personas que donaron parte de su hígado en vida el pasado año, según el balance de la ONT.
Con motivo del Día Nacional del Trasplante, que se celebra cada último miércoles de marzo, la presidenta de la Federación Nacional de Enfermos y Trasplantados Hepáticos (FNETH), Eva Pérez Bech, aprovechó la ocasión para alertar de que "no va a haber órganos para todos".
Pérez considera que se trata de una declaración sacada de contexto tras haber intervenido durante más de una hora, aunque asegura en una entrevista a EL ESPAÑOL que va a llegar un momento en que la indicación para trasplante va a superar a la oferta que haya de donantes. "Y sobre todo que sea válida, que no sean hígados dañosos", advierte.
La presidente de la FNETH pone como ejemplo a Estados Unidos, donde el hígado graso es la primera causa de trasplante. "Esto es lo que viene. Estamos viendo que cada vez va a más, cada vez se está implantando en más países y va a llegar hasta aquí". En este sentido, Romero lamenta que en las listas de espera de trasplantes siempre tengamos mucha más demanda que órganos disponibles.
Para evitar la previsión que lanzan desde la FNETH, este doctor ve necesario integrar el hígado graso en un plan de salud hepática con el que concienciar a la población. "Si la fibrosis ni la cirrosis progresan al cáncer, no hará falta entonces realizar el trasplante". Es la única forma que tenemos de controlar esta afección, ya que no existe un tratamiento farmacológico.
Pese a ello, Romero señala que el porcentaje de pacientes con hígado graso trasplantados es muy bajo. "Ahora bien, al ser tantos pacientes, el hígado graso como causa de trasplante aumenta cada año". En el caso del Hospital Virgen del Rocío asegura que el hígado graso representa el 15% de los trasplantes. Entre el año 2021 y 2022 han visto cómo se triplicaban los trasplantes hepáticos por hígado graso en su centro hospitalario.
Una patología con estigma
La falta de concienciación social también ha provocado cierto estigma acerca de estas afecciones hepáticas. "Cuando a uno le diagnostican diabetes piensa 'qué mala suerte que me haya tocado a mí', pero si una persona tiene un hígado graso parece que se lo ha estado buscando, con falta de ejercicio físico y llevando una mala alimentación", explica Romero.
[Éstas son las personas que tienen su hígado en peligro aunque tomen una dieta sana]
Sin embargo, no es así, ya que se trata de una enfermedad multifactorial. "Hay factores genéticos, en la microbiota, de respuesta inflamatoria", ejemplifica este doctor. "En la Fundación hemos visto pacientes que prefieren decirle a su familia que tienen un cáncer de estómago antes que un hepatocarcinoma" apunta Pérez acerca de este estigma.
Ella misma es el claro ejemplo de que no basta con tener un estilo de vida saludable para evitar infecciones hepáticas. "A mí se me detectó un virus de la hepatitis B con 11 años. ¿Qué tiempo me dio a mí con esa edad de llevar una mala vida?". Aun así, el abuso de alcohol y la enfermedad hepática metabólica grasa debida a la obesidad y la diabetes siguen siendo las principales causas de trasplante hepático en España, tal y como informan desde la AEEH.
Romero los define como cócteles molotov. "Por un lado, está la comida basura; y por otro, le sumamos el alcohol. Esta combinación genera un problema de salud grave como es el hígado graso". Insiste en convencer a la población de la gravedad del asunto. "Y no es tiempo de darle vueltas a ver quién es el culpable, sino cuáles son las soluciones", concluye.