Ni hacer deporte ni comer bien: el hábito que reduce un 40% el riesgo de muerte por cualquier causa
Un nuevo estudio sugiere que las personas con un sueño irregular e insuficiente tienen un mayor riesgo de muerte prematura.
16 junio, 2023 03:30Una noche puedes dormir menos de ocho horas porque el plan nocturno se ha alargado más de la cuenta, has tomado cafeína en exceso o no paras de darle vueltas a una cuestión que te mantiene en vilo. Si esto se repite por segunda o tercera vez, puede que no te suponga un problema. Sin embargo, cuando la falta de sueño se convierte en una rutina, la salud puede verse afectada de forma considerable.
Así ha quedado demostrado en un reciente estudio que se ha publicado en la revista Sleep. Para la realización del trabajo, los investigadores han analizado los datos de 1.759 adultos durante una media de 7 años. La conclusión a la que han llegado es clara: mantener un ritmo de sueño clasificado como "regular y óptimo" reduce el riesgo de muerte por cualquier causa. De hecho, el riesgo de muerte en las personas que tenían un sueño irregular e insuficiente era de hasta un 40% más.
"Si el sueño fuera una píldora de ocho horas, sería beneficioso tomar la dosis completa a horas regulares y de forma constante", asegura el autor principal del estudio, el doctor de la Facultad de Medicina de Harvard Joon Chung.
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Los resultados, que fueron presentados en la reunión anual que celebran las Sociedades Profesionales del Sueño (APSS, por sus siglas en inglés), muestran el vínculo entre el sueño regular y la mortalidad por cualquier causa. "Cada vez hay más pruebas de que el sueño irregular se asocia a efectos adversos para la salud bastante amplios, entre los que destacan las enfermedades cardiometabólicas, la obesidad y las enfermedades cardiovasculares", reconoció Chung en declaraciones a Medscape Medical News.
Cómo reducir el riesgo
La regularidad y la duración del sueño se clasificaron utilizando datos de siete días recogidos mediante actigrafía, un dispositivo que se parece a una pulsera y con el que se puede medir cómo es el sueño de cada persona. De todos los participantes, 1.015 fueron clasificados como durmientes "regulares-óptimos". Estos tenían un riesgo de mortalidad un 39% menor que el grupo que fue catalogado bajo un sueño "irregular-insuficiente".
Los investigadores señalan que un patrón de sueño regular y óptimo puede tener posibles beneficios para la salud, siempre y cuando se sigan las recomendaciones de sueño. "Los resultados sugieren que sería beneficioso ampliar el debate público sobre 'dormir bien' y extender este objetivo a dormir bien muchas noches seguidas, entre semana y los fines de semana", afirma Chung.
El doctor también expone que dormir bien y con regularidad parece ser algo bueno para todos. "No conozco a nadie que no se beneficie", comenta incluso.
"Sabemos que nuestros cuerpos tienen un reloj interno, conocido como ritmo circadiano, que regula diversos procesos biológicos, incluidos los ciclos de sueño-vigilia. Seguir un horario de sueño constante permite al cuerpo alinear su ritmo natural con el ciclo externo día-noche. Esta sincronización favorece una mejor calidad del sueño y, por tanto, una mejor salud", apunta el portavoz de la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño, Abassi-Feinberg, en declaraciones al citado medio.
No es el primer estudio que relaciona el riesgo de muerte prematura con los hábitos diarios. Si en esta ocasión ha sido con el sueño regular, en una anterior investigación, publicada en la revista Journal of Internal Medicine, se analizaron los vínculos entre la dieta y las enfermedades crónicas.
Los resultados mostraron que las personas que consumían una dieta baja en grasas y alta en carbohidratos reducían significativamente su probabilidad de muerte prematura en comparación a una dieta alta en grasas. El riesgo de mortalidad por cualquier causa se reducía en un 21% cada año en cualquier dieta baja en grasas. Incluso una dieta baja en grasas poco saludable reducía la mortalidad un 8% en comparación a una dieta alta en grasas.
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Por su parte, una dieta baja en carbohidratos aumentaría el riesgo de muerte prematura. Las dietas cetogénicas aumentarían el riesgo de mortalidad por cualquier causa hasta un 28% en comparación con las dietas altas en carbohidratos y bajas en grasas. Una dieta baja en carbohidratos poco saludable aumentaría el riesgo de mortalidad hasta un 38% cada año.
El peligro de dormir más
Ahora bien, que una dieta baja en grasas y dormir de forma regular sean beneficiosos para la salud no significa que en exceso también puedan acarrear cierto peligro. De hecho, un estudio publicado este mismo año advertía del peligro que tiene una costumbre tan arraigada en España como es la sieta.
Tras haber analizado a más de 3.000 españoles, los investigadores del Hospital Brigham and Women's en Boston (Estados Unidos) comprobaron que existe un vínculo entre la siesta y la salud metabólica. Así es, el 19% de los que se echaban una siesta larga (más de 30 minutos) tenían más probabilidades de presentar un índice de masa corporal (IMC) más elevado.
Pese a que, según el citado estudio, la siesta pueda coger mala fama por su vínculo con un mayor riesgo de IMC elevado, también hay investigaciones que avalan esta práctica al ser beneficiosa para la memoria. Como recuerda el neurocientífico Richard Restak en sus seis consejos para no perder la memoria con 81 años, la siesta ayuda a absorber información, solidificarla y codificar la memoria para luego poder acceder a ella.
"Cuando tomamos dos grupos de estudiantes y les permitimos a uno de ellos hacer una siesta después de haber aprendido, notamos que el que durmió aprendió mucho mejor", justifica Restak, aconsejando que no se duerma menos de 20 minutos ni más de 40 porque, recuerda, "si te pasas de la hora interferirás con el sueño nocturno, así que ponte la alarma o pídele a alguien que te despierte".