En una campaña electoral extremadamente polarizada, es raro encontrar puntos en común en los partidos políticos hegemónicos. Quién se iba a imaginar que PSOE y PP coinciden casi palabra por palabra en una propuesta: aumentar la edad de jubilación de los médicos.
No se trata de un punto escondido de su programa electoral. La mejora de la atención primaria, aquejada de falta de médicos, es el eje fundamental de sus respectivos planes para la sanidad en la próxima legislatura, y los dos partidos proponen la misma solución.
Hoy en día, los médicos pueden elegir retrasar su jubilación hasta los 70 años (no hace mucho era obligatoria jubilarse a los 65). PP y PSOE proponen ampliarla hasta los 72 y, si bien el primero solo hace referencia explícita a médicos de familia y pediatras de primaria, el segundo habla de "especialidades deficitarias", donde cabrían muchas más.
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En pocas profesiones la experiencia es tan importante como en la medicina. El número de operaciones realizadas por un cirujano es directamente proporcional a su calidad. Sin embargo, algunos estudios han arrojado ciertas sombras sobre los beneficios de una larga carrera profesional en la atención.
Un trabajo publicado en 2017 analizó la mortalidad en los 30 días posteriores al ingreso en 736.537 pacientes mayores de 65 años en Estados Unidos que fueron ingresados entre 2011 y 2014, y los relacionó con la edad del médico que lo atendía.
Ajustando las características de los pacientes y la edad de los médicos, los investigadores observaron que, entre los médicos menores de 40 años, la mortalidad de sus pacientes era del 10,8%, mientras que entre los mayores de 60 era del 12,1%. De hecho, la mortalidad parecía acelerarse a partir de esta edad.
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Los autores del trabajo comparaban ese mayor riesgo de muerte con el impacto de las estatinas para prevenir muertes por enfermedad cardiovascular, o el uso de betabloqueantes en personas que han sufrido un infarto de miocardio. La diferencia que se observaba entre médicos no solo era estadísticamente significativa, sino que también lo era clínicamente. El único caso en que la edad no importaba era cuando el volumen de pacientes que manejaban los médicos era alto.
Los investigadores se preguntaban a qué podía deberse esta diferencia y aventuraban que los médicos jóvenes quizá se adhieren de forma más estricta a las recomendaciones clínicas basadas en las últimas evidencias o utilicen más los nuevos tratamientos.
Médicos mayores, pacientes complejos
En un comentario independiente del estudio, publicado junto al mismo en la revista The BMJ, se proponía, además, que pudiera haber un sesgo de selección, y es que los médicos mayores no tenían la especialidad de hospitalista, que se refiere a profesionales especializados en ingresos y no atienden consultas, ya que se implantó durante los 90.
Además, apunta que los médicos experimentados lo pueden hacer mejor en medidas de desempeño que no han sido tenidas en cuenta, como la comunicación con el paciente y la toma de decisiones conjunta con el mismo, quizá utilizando menos procedimientos invasivos al final de la vida.
"En nuestro caso, sería una profecía autocumplida", comenta Javier García Alegría, internista de 68 años. Él sigue trabajando en su hospital (el Costa del Sol de Marbella) pero solo se dedica a pacientes de alta complejidad y a temas de gestión, asesoramiento y tutela de su equipo. "Los pacientes más complejos se asocian a los médicos más experimentados".
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En lo que sí advierte una necesidad es en la actualización de los conocimientos de los médicos, y sabe de lo que habla: preside la Federación de Asociaciones Científico Médicas de España, Facme, que trabaja junto con el Ministerio de Sanidad para implantar un sistema que garantice que los profesionales están al día con el conocimiento médico.
Se trata de una medida que viene de Europa y que debería haberse implantado hace ya años. Las elecciones han retrasado esta cuestión nuevamente y Facme trabajará con el próximo equipo de Gobierno en un sistema basado en puntos obtenidos a base de experiencia y cursos de actualización. Aunque todavía no se ha definido cada cuánto tendrá el médico que recertificarse, se espera que sea cada cinco o seis años.
"Hay que asegurar que los profesionales comprometan unos estándares mínimos de actualización de conocimientos", sostiene, pero también apunta que hay muchas actividades de los médicos que deben gestionarse a otros niveles, sobre todo en términos burocráticos."No pueden estar haciendo cosas que puede hacer una máquina y que no aportan valor añadido".
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Otro estudio reciente, también en EEUU, se fijaba en la mortalidad de pacientes mayores pero esta vez en urgencias. A los 7 días de la admisión, el porcentaje de fallecimientos era del 1,33% entre los atendidos por médicos menores de 40 años; del 1,36% en los que tenían de 40 a 49 años; 1,40% entre los médicos de 50-59 años; y de 1,43% entre los médicos mayores de 60. Son datos de comparaciones entre médicos del mismo hospital.
Al estudio se le pueden achacar las limitaciones del anterior y los autores apuntan que las causas de esta situación son objetivos de otro estudio, pero sí es cierto que, en los servicios más demandantes físicamente la edad es un factor a tener en cuenta.
"Hay una parte importante del trbajo asistencial de primera línea que conlleva mucho esfuerzo físico y psíquico, mucha concentración", afirma Marta García, coordinadora del grupo de trabajo de Planificación, Organización y Gestión de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc).
"Muchas veces, nuestro trabajo es de actuación rápida, nos movemos mucho por el hospital (no estamos solo en la UCI), hay que hacer llamadas urgentes... y uno acaba cansado físicamente".
Guardias duras
García señala, además, que hay déficit de intensivistas en España, sobre todo de intensivistas jóvenes que puedan hacer frente a una guardia, "que requieren una buena forma física". Los médicos, a partir de los 55 años, pueden solicitar la exención de las guardias pero siempre y cuando que el centro tenga recursos para sustituirlo. Y ahí hay un problema que no se soluciona con retrasar la jubilación.
En cambio, la intensivista señala que los compañeros de más edad pueden dedicarse a otro tipo de labores, de consultores, gestión, docencia o investigación.
Quien está completamente a favor de retrasar la jubilación es Tomás Toranzo, presidente de la Confederación Estatl de Sindicatos Médicos (CESM). "Me parece una medida lógica siempre que estés en buenas condiciones".
Él, con 68 años, lo corrobora. "Hay médicos que están en su plenitud y tienen más de 70 años, por lo que no pueden trabajar para el sistema nacional de salud, que impone una edad de jubilación obligatoria".
Para Toranzo, aumentar esta edad (siempre voluntaria para el médico) hasta los 72 es "posiblemente la única solución para cubrir la falta de medicos por las jubilaciones masivas de los próximos años". Y es que un 30% de los facultativos españoles en la actualidad tiene más de 60 años.