Sufrir la mordedura, o incluso un simple arañazo de un gato callejero, puede tener más consecuencias de lo que se suele pensar. Si bien es sobradamente conocido el peligro de contraer la rabia si se recibe la mordedura de un perro o gato callejeros, no siempre es tan "fácil" identificar la infección.
De hecho, eso es lo que le ha ocurrido recientemente a un hombre de 48 años procedente de Reino Unido: sufrió la mordedura de un gato callejero, pero la bacteria causante de su infección era totalmente desconocida para la ciencia.
Así lo indica el nuevo informe del caso publicado en Emerging Infectious Disesases: el paciente sufrió una respuesta inmune sobredimensionada tras el contacto con el extraño microorganismo; apenas ocho horas después de la mordedura, su mano se hinchó de tal forma que precisó atención médica urgente.
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Se le limpiaron las heridas y se le vendaron, además de recibir un recordatorio de la vacuna contra el tétanos y la habitual dosis de antibiótico.
Sin embargo, apenas 24 horas después necesitó volver a ser atendido. Sus dedos meñique y medio de la mano izquierda se agrandaron y ambos antebrazos se volvieron rojos e hinchados. De hecho, precisó una extirpación quirúrgica del tejido dañado alrededor de sus heridas, y hasta tres antibióticos diferentes por vía intravenosa, tras lo cual pudo volver a casa con antibióticos por vía oral.
Tras analizar los microorganismos presentes en las heridas del paciente, se detectó un Streptococcus desconocido. Recordemos que el nombre "Streptococcus" tan solo hace referencia a un género de bacterias grampositivas, las cuales se han relacionado con patologías como la meningitis, la faringitis, la neumonía e incluso las conjuntivitis. Pero hay muchos tipos de especies en un mismo género bacteriano.
Cuando los investigadores secuenciaron parte del genoma de esta bacteria, no coincidía con ninguna cepa registrada. Se trataba de un nuevo microorganismo nunca documentado, que finalmente se identificó como otro género bacteriano: Globicatella.
La secuenciación completa del genoma de la bacteria sugirió que era diferente a otras cepas relacionadas, como la Globicatella sulfidfaciens, difiriendo entorno a un 20%. En definitiva, sería una nueva especie jamás descrita.
Además, cabe destacar que G. sulfidifaciens, la especie más parecida a la nueva bacteria, es conocida por ser resistente a los antibióticos. Por suerte, la nueva cepa descubierta en esta mordedura de gato fue más sensible a algunos de dichos antibióticos.
A pesar de todo, los autores del estudio tienen clara la moraleja de la historia: los gatos son un reservorio de especies bacterianas aún no identificadas, las cuales pueden ser patógenas para el ser humano. Las mordeduras de gato y sus arañazos provocan 66.000 visitas anuales a los servicios de emergencias solo en Estados Unidos, y muchos de estos casos necesitan antibióticos o incluso cirugía, con el objetivo de prevenir infecciones graves.
En caso de sufrir un ataque de un gato callejero, explican, se debe lavar inmediatamente la herida de forma suave con jabón o sal, y posteriormente consultar a un médico de inmediato para poder hacer un seguimiento el caso. Si la situación se tuerce, hay que estar preparados.