El párkinson es el trastorno neurodegenerativo más prevalente en España, después del alzhéimer. Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), afecta a 150.000 españoles y cada año se diagnostican unos 10.000 nuevos casos. Ante estas cifras, no hay duda de que cualquier hallazgo que sirva para detectar de una manera rápida la enfermedad es una buena noticia.
Desde la SEN aseguran que los pacientes con párkinson tardan una media de entre uno y tres años en obtener un diagnóstico correcto. Ahora, un estudio publicado en la revista Neurology ha sido capaz de identificar síntomas con siete años de antelación. Por primera vez se ha comprobado que el grosor reducido de la capa plexiforme interna de células ganglionares (GCIPL, por sus siglas en inglés) y la capa nuclear interna (INL) de la retina se asocia con un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson.
Los resultados han sido posibles debido al mayor estudio realizado hasta la fecha sobre imágenes retinianas en la enfermedad de Parkinson. Así es, el equipo de investigadores de la University College London (UCL) y del Moordfields Eye Hospital han identificado marcadores de esta enfermedad en las exploraciones oculares que han realizado utilizando inteligencia artificial (IA).
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Para ello, los autores analizaron en primer lugar los datos de AlzEye (la mayor base de datos de imágenes retinianas del mundo). El análisis se repitió con los registros del Biobanco del Reino Unido, del que se obtuvo el mismo resultado. El uso de estas bases de datos ha permitido al equipo identificar estos marcadores sutiles, pese a que el párkinson tiene una prevalencia relativamente baja.
Adelantarse a los síntomas
"Me sigue sorprendiendo lo que podemos descubrir a través de los escáneres oculares", reconoce el autor principal del citado trabajo, el doctor Siegfried Wagner. "Aunque todavía no estamos preparados para predecir si un individuo desarrollará párkinson, esperamos que este método pueda convertirse pronto en una herramienta de preselección para las personas con riesgo de padecer la enfermedad".
Wagner considera que el hecho de descubrir signos de esta enfermedad antes de que aparezcan los síntomas supone que en el futuro las personas puedan tener tiempo para hacer cambio en su estilo de vida para prevenir la aparición de algunas afecciones. "Los médicos también podrían retrasar la aparición y el impacto de este trastorno neurodegenerativo".
Por su parte, el oftalmólogo de Hospital Universitario de Birmingham y otro de los autores, el doctor Alistair Denniston, ha valorado este trabajo como una muestra del potencial de los datos oculares: "Aprovechados por la tecnología, es posible captar signos y cambios demasiado sutiles para el ojo humano". Y no sólo eso, sino que al detectar signos muy tempranos, se abre la puerta a nuevos tratamientos contra el párkinson.
La directora médica del Moorfields Eye Hospital, Louisa Wickham, ha señalado que el aumento de la obtención de imágenes en una población más amplia tendría un enorme impacto. "Con el tiempo, dará lugar a análisis predictivos", vaticina la oftalmóloga, que no ha participado en el estudio. Los propios autores, de hecho, han indicado que se necesitan más estudios para determinar si las imágenes de la retina podrían apoyar el diagnóstico, pronóstico y manejo complejo de los pacientes afectados por la enfermedad de Parkinson.
Potencial del escáner ocular
Es la primera vez que a través de un escáner ocular se consigue una detección temprana para el párkinson. Sin embargo, esta técnica ya ha revelado síntomas de otras enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer, la esclerosis múltiple y la esquizofrenia. También ha permitido hallar la predisposición a la hipertensión arterial, las enfermedades cardiovasculares —incluidos los accidentes cerebrovasculares— y la diabetes.
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Los médicos saben desde hace tiempo que el ojo puede actuar como si se tratara de una 'ventana' al resto del cuerpo. En la actualidad, las imágenes de alta resolución de la retina forman parte de la rutina oftalmológica; en concreto, un tipo de escáner 3D que se conoce como tomografía de coherencia óptica (OCT, por sus siglas en inglés). Esta herramienta, muy utilizada en las clínicas oftalmológicas, muestra un corte transversal de la retina en menos de un minuto y con un nivel de detalle increíble: hasta una milésima de milímetro.
Estas imágenes también son muy útiles para vigilar la salud ocular. Aunque su valor va mucho más allá, puesto que la exploración de la retina es la única forma no intrusiva de ver las capas de células que se encuentran bajo la superficie de la piel. En los últimos años, los investigadores han comenzado a utilizar las nuevas tecnologías para analizar con precisión un gran número de OCT y otras imágenes oculares, en una fracción del tiempo que tardaría un ser humano.