La ciudad de España con la menor esperanza de vida: por qué en Ceuta viven 5 años menos que los demás

Este dato demuestra que la situación se ha mantenido desde principios de siglo, cuando la esperanza de vida también giraba en torno a los 78 años. "En Ceuta la asistencia sanitaria depende del Estado, pero la salud pública está transferida a la ciudad autónoma. Pero durante más de 30 años no se ha desarrollado como en otros lugares", denuncia el jefe del servicio de Medicina Preventiva del Hospital Universitario de Ceuta, Julián Domínguez.

Y es que, a diferencia de lo que sucede en el resto de comunidades autónomas, el ministerio de Sanidad gestiona la asistencia sanitaria en Ceuta y Melilla a través del Insituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA). No obstante, esta no es el principal motivo a tener en cuenta para Domínguez: "La primera causa relacionada con la esperanza de vida es el índice de riesgo de pobreza".

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Según la encuesta de condiciones de vida del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 40,7% de la población ceutí estaba en riesgo de pobreza o exclusión social en 2022. Por su parte, la tasa de desempleo en Ceuta era del 27,4% en junio de este año. En el grupo de edad de entre 15 y 29 años, el porcentaje asciende hasta un 42,4%, la tasa más alta de toda la Unión Europea.

El primer Atlas de Mortalidad, elaborado por la Consejería de Sanidad y Consumo de Ceuta con datos de 1999 a 2008, también reveló las diferencias que existen dentro de la propia ciudad. Un ciudadano del centro podía vivir hasta los 82 años. En cambio, alguien que hubiera nacido en el barrio de El Príncipe tendría una esperanza de vida de 75 años. "Son siete años menos en una zona que en otra", destaca Domínguez, "y aunque no contemos con cifras actualizadas, creo que no ha cambiado mucho".

La ciudad más sedentaria

Las condiciones de vida también influyen en los niveles de actividad física. El 31,7% de los adultos de clase alta son inactivos físicamente en su tiempo libre, mientras que en las clases más bajas el porcentaje sube hasta un 52,5%, como advierte esta revisión. En el caso de Ceuta, la situación económica tal vez explique que sea la ciudad con más prevalencia de sedentarismo, con un 61,48%, seguida de cerca por Cantabria (60,42%) y las islas Baleares (49,73%), según la Encuesta europea de salud en España correspondiente a 2020.

"Que seis de cada 10 personas se declaren sedentarias puede suponer una catástrofe para el sistema sanitario local", asegura en esta ocasión el doctor Francisco Ávila, vocal de médicos residentes del Colegio Oficial de Médicos de Ceuta. "A los profesionales médicos, tanto de Atención Primaria como de atención especializada, nos supone una sobrecarga en nuestro quehacer diario, pues tenemos más enfermos obesos, hipertensos, con enfermedades cardiocirculatorias o diabéticos".

De hecho, en Ceuta y Melilla la tasa de mortalidad por diabetes apenas ha mejorado durante el periodo 1998-2013, como apunta este estudio publicado en la Revista Española de Cardiología. En este tiempo, la tasa ha pasado de 63,5 a 58,1 casos mientras que la media nacional ha evolucionado de 31,4 a 20,7. Por tanto, la ratio local casi triplica la estatal.

Esta no es la única enfermedad en la que la ciudad autónoma destaca de forma negativa. Según el último informe de vigilancia epidemiológica de tuberculosis en España, en todas las comunidades autónomas se produjo un descenso en la tasa de notificación en 2021 con respecto a 2015, excepto Ceuta.

"Para echarse a llorar"

La falta de detección precoz es, según los expertos consultados por EL ESPAÑOL, otra de las causas que explica la baja esperanza de vida. En 2021 al 31,9% de la población española de 50 a 69 años le realizaron una prueba de sangre oculta en heces (PSOH), como parte del programa de detección precoz de cáncer de colon.

Por comunidades autónomas, Navarra alcanzó la cobertura más alta con un 68,7%. Ceuta, en cambio, registró un 4,1%, la más baja de toda España. "Los valores que tenemos de los programas de cribado son para echarse a llorar", lamenta el jefe del servicio de Medicina Preventiva del Hospital Universitario de Ceuta.

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Domínguez cree que la respuesta asistencial falla, entre otros motivos, por el número tan bajo de enfermeros y médicos. "Ceuta es una zona de difícil cobertura sanitaria", añade Ávila, "debido a una mayor dificultad de accesibilidad de los pacientes a las consultas médicas".

Además, en la ciudad autónoma no hay una bolsa de médicos parados, de tal manera que las ausencias de estos no son sustituidas. "Nos vemos perjudicados y tenemos que doblar cupos de pacientes de tal manera que es imposible llevar a cabo medidas preventivas". Ávila pone como ejemplo la especialidad de traumatología: "Existen siete plazas, pero sólo están cubiertas tres".

Pese a que no hay datos oficiales acerca de este año, todo apunta a que el escenario será aún más complejo. Y es que desde el pasado 9 de marzo los médicos del servicio mixto de Ceuta y Melilla se encuentran en huelga con la reivindicación principal de atraer nuevos facultativos y tomar medidas para mantener a los especialistas en los hospitales. "La huelga ha empeorado la situación, pues se suspenden intervenciones quirúrgicas y consultas que podrían tener su repercusión en un incremento de la mortalidad esperada", valora Ávila.

Bajas en el padrón

Otro de los factores a tener en cuenta es que muchas personas mayores se dan de baja del padrón municipal. "Algunas veces lo hacen para vivir la última fase de sus vidas cerca de sus hijos, que residen en la Península Ibérica", explica Ávila. Este 'exilio' provoco, a su juicio, que la cifra de esperanza de vida al nacer se desvirtualice.

Aun así, este médico de familia recomienda la promoción de la "tríada de la salud": realizar actividad física, llevar una buena alimentación y evitar el consumo de tóxicos (tabaco y alcohol). Esta última recomendación sí que se cumple en Ceuta; o al menos, así lo revela la última Encuesta europea de salud en España: la población ceutí mayor de 15 años que nunca ha fumado es del 66,56%, mientras que de alcohol era del 59,56%.

Como indica Ávila, el nivel formativo también influye: "Al tener los conocimientos de las ventajas de los hábitos saludables es más fácil tomar conciencia". Sin embargo, en este aspecto Ceuta presenta los peores datos a nivel nacional: el porcentaje de analfabetos en 2021 era del 3,4%, siendo en España de 1,6%.

Por su parte, Domínguez vería necesaria la creación de un Instituto Ceutí para la Innovación en Salud Pública: "Este consorcio, que propuso la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Ceuta (ADESCE) a finales del pasado año, coordinaría la asistencia sanitaria y la salud pública de la ciudad. El problema es que todo el mundo intenta endiñar la culpa al otro", remacha el facultativo ceutí.