El aire que respiramos tiene un 21% de oxígeno. Pero en una cámara hiperbárica se respira el 100%. Esta terapia utiliza oxígeno puro a mayor presión que la normal con el objetivo de tratar condiciones médicas muy diversas, desde heridas, infecciones y lesiones deportivas hasta como ayuda para mejorar la toxicidad de tratamientos como la radioterapia o la quimioterapia.

“Hay muchas enfermedades donde la medicina hiperbárica ha demostrado científicamente el beneficio terapéutico. Cualquier enfermedad que curse con hipoxia (disminución de oxígeno en los tejidos), se puede beneficiar”, asegura la doctora Ane Escribano, médico hiperbarista de Olympia-Quirónsalud. Esto se debe a que, durante una sesión de cámara hiperbárica, el paciente respira oxígeno puro en gran cantidad, consiguiendo concentraciones de oxígeno en sangre muy altas, favoreciendo así que éste llegue a todos los tejidos.

¿Cómo se utiliza la cámara hiperbárica?

Dra. Ane Escribano

El tratamiento (tiempo y número de sesiones) en la cámara hiperbárica -un habitáculo hermético en el que se puede controlar la presión del aire- dependerá de la patología, así como de la evolución y respuesta de cada paciente. Por ejemplo, explica la doctora Escribano, “en heridas que no cicatrizan hay que administrar entre 30 y 40 sesiones, pero si se quiere conseguir la recuperación de la fatiga muscular tras el esfuerzo físico serán suficientes tres sesiones”.

La mayoría de tratamientos se distribuyen entre tres y cinco sesiones por semana y cada sesión tiene una duración aproximada de entre 60 y 90 minutos. “La sensación es la misma que cuando viajamos en avión o subimos una montaña”, comenta la doctora Escribano, por lo que se enseña previamente al paciente métodos para evitar los traumas que se producen habitualmente en el oído ante los cambios bruscos de sesión.

Aunque la medicina hiperbárica ha demostrado beneficio terapéutico en multitud de enfermedades, debe ser un especialista el que indique si un paciente es apto para el tratamiento. “Las principales contraindicaciones son la claustrofobia o un neumotórax (colapso pulmonar) no tratado”, apunta la especialista. Entre los efectos secundarios, se puede sentir dolor de oídos y en algunos casos se puede dar una miopía transitoria, “aunque se trata de un efecto infrecuente que desaparece unos días después de finalizar el tratamiento”, afirma la doctora Escribano.

Beneficios de la medicina hiperbárica

  • Vasoconstricción y acción antiinflamatoria
  • Generación de nuevos vasos sanguíneos
  • Aceleración de la regeneración de los tejidos
  • Estimula la creación de colágeno
  • Disminuye el estrés oxidativo
  • Incrementa la actividad inmunológica
  • Reduce la fatiga y el estrés muscular

Diversidad de patologías

Los beneficios de la terapia hiperbárica se empezaron a explorar hace más de 300 años (el primer prototipo de lo que es hoy la cámara hiperbárica se creó en 1662), aunque a día de hoy se siguen encontrando usos para este tratamiento. Actualmente se está investigando su utilidad en enfermedades como la fibromialgia, cefaleas, parálisis facial, acúfenos y sordera súbita, secuelas post-Covid, accidentes cerebrovasculares o enfermedades inmunológicas como la esclerodermia. En otras, está sobradamente probada su efectividad.

Una de las primeras afecciones en las que se aplicó la medicina hiperbárica fue para tratar el síndrome de descompresión de los buceadores o las intoxicaciones por monóxido de carbono. El tratamiento también juega un papel fundamental en “algunas infecciones necrotizantes como la gangrena gaseosa, donde las sesiones en cámara hiperbárica asociadas al tratamiento estándar disminuyen la mortalidad”, asegura la doctora Escribano.

Por otro lado, cualquier persona con problemas de cicatrización puede beneficiarse del tratamiento en cámara hiperbárica. Según explica la facultativa, “esto es muy típico en pacientes diabéticos donde las heridas o úlceras que no cicatrizan a veces obligan a realizar amputaciones. Esto se puede evitar con la oxigenoterapia hiperbárica”.

En los últimos años también ha cogido fuerza el uso de este tratamiento en el ámbito deportivo. “Se ha visto que el oxígeno hiperbárico reduce la fatiga y estrés muscular que se produce por el sobreesfuerzo físico después del deporte”, señala la especialista. Además, “el oxígeno hiperbárico disminuye el edema, la inflamación y aumenta la producción de fibroblastos, colágeno y angiogénesis. También se utiliza en el postoperatorio de lesiones musculares o articulares donde se acelera la regeneración de los tejidos”, comenta la doctora Escribano.

Asimismo, cabe destacar la importancia de la medicina hiperbárica en el tratamiento del cáncer. Un fenómeno común de esta enfermedad es la hipoxia tumoral: a medida que el tumor crece, los tejidos del mismo experimentan una disminución significativa del suministro de oxígeno, debido al rápido crecimiento de las células tumorales. Esta condición tiene importantes implicaciones en la respuesta a los tratamientos, pues “sabemos que las células hipóxicas son más resistentes al tratamiento radioterápico o quimioterápico”, aclara la doctora Escribano, que además de médico hiperbarista es oncóloga radioterápica.

“Actualmente hay ensayos clínicos en los que se ve que al oxigenar el tumor hay una mayor respuesta. Lo ideal es que el paciente reciba una sesión de oxigenación hiperbárica, 15 o 30 minutos antes de recibir la sesión de radioterapia”, concluye la especialista.

La cámara hiperbárica se utiliza cada vez más también por su efecto estético, ya que el oxígeno ayuda a “atenuar el daño de las toxinas oxidantes que de manera natural propician el envejecimiento de las células y aumenta la producción de colágeno”. En cirugía plástica se recurre a la terapia hiperbárica para conseguir “mejores resultados, menos complicaciones quirúrgicas y una cicatrización más rápida”.