El glioblastoma sigue siendo uno de los peores diagnósticos que puede recibir un paciente de cáncer: tristemente y pese a los avances, el pronóstico de vida para los enfermos no tiende a superar los diez meses de vida. La inmunoterapia, que ha asestado un golpe importante a otros cánceres, no es eficaz en este caso. La barrera hematoencefálica corta el paso a las moléculas terapéuticas inoculadas por vía intravenosa, y la inserción a través del cráneo hace más daño que bien al tejido cerebral.
Para transformar este entorno inmunosupresivo en uno más receptivo para la terapia inmune, investigadores del Hospital Brigham and Women de Boston, Massachusetts (EEUU) han desarrollado un innovador virus oncolítico que puede infectar a las células del cáncer y estimular la respuesta antitumoral. Los resultados, publicados en la revista Nature, han demostrado su eficacia preliminar y seguridad al tratar a pacientes de glioma de alto grado y recurrente, prolongando sus meses de vida.
"El glioblastoma tiene un efecto agresivo al rodearse de un ambiente inmunosupresivo, que permite crecer al tumor mientras impide que el sistema inmune entre y lo ataque", explica el doctor E. Antonio Chiocca, director de Neurocirugía del hospital. "Con este estudio hemos demostrado que, mediante un virus de diseño, podemos modificar este 'desierto de la inmunidad' y transformarlo en un ecosistema que facilite la respuesta inmune.
[Golpe al glioblastoma: hallan la proteína 'rebelde' tras la altísima letalidad del tumor más temido]
En aquellos que ya tenían anticuerpos contra el virus del herpes simple -el 66% de los participantes, ya que más de la mitad de la humanidad lo ha contraído en algún momento-, la supervivencia se alargó en conjunto hasta los 14,2 meses. En estos pacientes, los investigadores detectaron marcadores indicativos de cambios en el microambiente tumoral, que asociaron con la activación de la respuesta inmune. Una mayor cantidad de células inmunitarias acudió a la región del tumor, atacándolo con una reacción inflamatoria.
Además, tras el tratamiento con CAN-3110, los investigadores también observaron un incremento en la diversidad de linfocitos T, las células encargadas de "recordar" al patógeno invasor. La eliminación de las células tumorales, planteaban, había podido liberar antígenos del cáncer, y se relacionaban a su vez con un incremento de la supervivencia. Los resultados, concluyen, suponen un avance prometedor contra enfermedades intratables en estos momentos, y han supuesto un salto de los descubrimientos científicos a la práctica clínica de mano del Instituto de Terapias Genéticas y Celulares del centro.
En futuros ensayos, los investigadores planean nuevos ensayos con el oncolítico con pacientes que no hayan desarrollado esta inmunidad previa contra el herpes. Tras demostrar que la dosis de una inyección viral es segura para el paciente -solo se registraron convulsiones en dos de los participantes-, plantean probar ahora con seis inyecciones a lo largo de cuatro meses. Estas 'dosis de recuerdo' aumentarían la eficacia tal y cómo lo hacen con las vacunas, argumentan.
"Prácticamente ninguna inmunoterapia ha sido capaza de mejorar la infiltración inmune en el caso del glioblastoma", valora Chiocca. "Pero el virus aquí estudiado provocó una respuesta inmune muy reactiva, con una infiltración de linfocitos capaces de matar las células tumorales. Y eso es difícil que suceda con este cáncer. Nuestros hallazgos son emocionantes, y nos llenan de esperanza para lo que queda por delante".