Lleó ha percibido un cambio en el perfil del paciente con alzhéimer desde que comenzó en el año 2000.

Lleó ha percibido un cambio en el perfil del paciente con alzhéimer desde que comenzó en el año 2000. P.G.S.

Salud

Alberto Lleó, neurólogo: "Me preocupa más que la gente deje de leer a que no memorice un teléfono"

"En 2024 podremos hacer análisis que detecten alzhéimer en personas con síntomas" / "De qué sirve detectar el alzhéimer en personas sin síntomas si no hay un tratamiento claramente eficaz" / "Mucha gente piensa que hacer un diagnóstico de alzhéimer no sirve para nada".

31 enero, 2024 02:32

Al neurólogo Alberto Lleó (París, 1972) le basta con eliminar las dos primeras cifras del año en el que estemos —en este caso, 2024— para saber cuántos lleva atendiendo a pacientes con alzhéimer. Reconoce que desde entonces el escenario ha cambiado. Antes, los pacientes llegaban ya con signos muy evidentes. Ahora, acuden en cuanto se presentan fallos de memoria (aunque estos se deban al envejecimiento, y no a esta enfermedad neurodegenerativa).

Tal vez en unos años se producirá un nuevo avance, con el que las personas que tengan un riesgo alto de alzhéimer puedan recibir el diagnóstico con un simple análisis de sangre. Por el momento, este año se utilizará esta metodología en aquellos pacientes que tengan síntomas de deterioro cognitivo.

"Todos los estudios han confirmado que [los análisis de sangre] son útiles, ya sólo falta introducirlo en la rutina clínica", afirma Lleó. El director del Servicio de Neurología del Hospital de Sant Pau e investigador del Grupo de Neurobiología de las Demencias en el Instituto de Investigación de Sant Pau atiende a EL ESPAÑOL tras haber participado en un estudio de reciente publicación en el que se ha demostrado que con un análisis de sangre es posible diagnosticar el alzhéimer con una precisión del 95%.

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Pese a este avance con participación española, Lleó critica la falta de financiación que existe en nuestro país frente al alzhéimer: "Es muy inferior, en comparación con el impacto que tiene en la sociedad". Confía en que se produzca un cambio con la llegada de las nuevas terapias, aunque para entonces pueda ser tarde. "España nunca ha sido un país planificador. Reaccionamos cuando tenemos el problema encima", lamenta.

¿Por qué se decantó por las enfermedades neurodegenerativas, teniendo en cuenta la dificultad que esto implica?

Siempre me han fascinado las enfermedades del cerebro. Suelo decir que lo que yo hago es la última frontera que nos queda dentro de la medicina. En el resto de campos, como el cáncer o la cardiología, se ha avanzado muchísimo en estas últimas décadas. Pero el cerebro sigue siendo un gran desconocido.

Todavía estamos lidiando con poder detectar estas enfermedades porque los signos son microscópicos y obviamente no podemos hacer una biopsia cerebral. Por lo tanto, ha costado mucho desarrollar herramientas para saber qué es lo que está pasando en el cerebro humano.

Algunos 'sabios' del cerebro con los que hemos hablado en este periódico coincidían en compaginar su labor con la música. En su caso, ¿también es así?

No, no [se ríe]. Tengo muy poco oído musical. El arte en general sí que me atrae, sobre todo la pintura. De hecho, durante una época me dediqué a pintar.

¿Aplica los consejos que da a sus pacientes para evitar el deterioro cognitivo en su día a día?

Intento hacerlo, sí. Intento mantenerme en forma haciendo ejercicio y estar pediente de los factores de riesgo vascular, aunque por suerte no tengo ninguno todavía. Hay otras dos cosas que también intento aplicar: el beneficio de un sueño regular y un ejercicio físico constante.

¿Hasta qué punto influye en la capacidad cognitiva el estilo de vida que llevamos, en el que dejamos que el móvil 'recuerde' por nosotros?

Es cierto que la tecnología nos ha permitido dedicar nuestro cerebro a otras cosas. No creo que sea especialmente preocupante el hecho de que ya no recordemos de memoria los números de teléfono, como hacíamos antes. Lo que es más preocupante es el hecho de dejar de hacer actividades de estimulación cerebral. Eso es lo que veo más preocupante, que la gente deje de leer o que pase mucho tiempo delante de la televisión.

[Esta es la sencilla técnica que mejora nuestra memoria al usar el móvil según los investigadores]

El uso del móvil también nos quita tiempo para tener relaciones sociales, lo cual tiene un impacto muy positivo para evitar el alzhéimer, como ya han demostrado algunos estudios.

Claro, la cuestión aquí es qué se deja de hacer por el consumo del móvil. En los niños ha quedado claro que los videojuegos hacen dediquen menos tiempo a hacer deporte. En personas mayores puede pasar igual, pero con el móvil.

¿Ha tenido casos de pacientes que se han obsesionado con que tenían alzhéimer cuando en realidad eran fallos de memoria por la edad?

Sí. Lo vemos mucho en consulta. Aunque creo que es algo positivo. Es decir, hemos pasado de un escenario donde las personas llegaban ya con signos muy evidentes de alzhéimer —por ejemplo, cuando se desorientaban por la calle o no reconocían a alguien— a un momento en el que la gente se pregunta en consulta si estos olvidos son el principio de algo.

Teniendo en cuenta que lleva tratando con "miles de pacientes" desde que comenzó en el año 2000. ¿Ha percibido que ha cambiado el perfil?

Sí, claramente ahora hay más conciencia social. Aunque todavía encontramos mucha gente que piensa que hacer un diagnóstico para la enfermedad de Alzheimer no sirve para nada. Con lo cual, hace falta mucha educación al respecto.

¿De qué suelen tener miedo los pacientes cuando empiezan a tener síntomas claros de Alzheimer?

Una vez hecho el diagnóstico, están preocupados por el momento en el que ya no reconozcan a sus familiares. Pero por otro lado, también hay pacientes que nos dicen que les da tranquilidad recibir el diagnóstico.

¿Tiene algún caso al que le guarde especial recuerdo?

Son muchos, podría escribir un libro de anécdotas. Pero sí que recuerdo un paciente que no veía bien las líneas continua y discontinua cuando conducía. Era una persona joven a la que luego se le diagnosticó de enfermedad de Alzheimer, que es lo que conocemos hoy como la forma visual de la enfermedad de Alzheimer. Fue un caso desgraciado porque fruto de este trastorno visual tuvo un accidente importante. Estos son pacientes que se te quedan siempre en el recuerdo.

El neurólogo Albert Lleó en el Hospital de Sant Pau de Barcelona.

El neurólogo Albert Lleó en el Hospital de Sant Pau de Barcelona. Cedida

¿Llegará un momento en el que se diagnostique el alzhéimer únicamente con una analítica de sangre?

Todavía es un poco pronto. Hace falta más experiencia, no estamos en ese momento. En jóvenes todavía será necesario otra prueba para confirmar el diagnóstico. Pero puede ser útil puesto que nuestra experiencia nos dice que el 50% de las personas que se hacen una punción lumbar no tienen alzhéimer. Por tanto, si a esas personas podemos ahorrarles la punción lumbar, pues ya sería de gran utilidad. También en personas mayores o personas que tienen problemas de columna, o que tienen una anticoagulación, a las que tampoco les podemos hacer una punción lumbar.

¿Se está utilizando ya en algunos pacientes?

No, de momento no forma parte de la rutina clínica, aunque todos los estudios han confirmado que son útiles. Para este 2024 nos planteamos hacerlo a personas que tienen una pérdida de memoria u otros síntomas cognitivos y que vienen al hospital para ver cuáles son las causas. No se plantea en estos momentos hacerlo a personas sin síntomas.

¿Por qué en personas sin síntomas tardaremos más en verlo?

El gran problema es que cuando no hay un tratamiento claramente demostrado siempre surge la pregunta de hasta qué punto es útil hacer este diagnóstico. Estamos en un momento en el que se están investigando medicamentos para esas fases de la enfermedad. Con lo cual, es posible que dentro de unos años nos planteemos que esos marcadores en sangre también deben hacerse para seleccionar las personas que tienen un riesgo alto de alzhéimer.

¿Cree que la investigación frente al alzhéimer recibe la misma financiación en España en comparación con otras áreas, como el cáncer o la enfermedad cardiovascular?

No. A nivel mundial se invierte menos en la enfermedad de Alzheimer que en otras enfermedades vasculares o el cáncer, pese a que el impacto en la población es igual o mayor. Está demostrado que se investiga mucho más para sida que para alzhéimer, cuando la frecuencia de la enfermedad es muchísimo mayor.

En Estados Unidos sí que se ha aumentado la financiación para la investigación frente al alzhéimer. Sin embargo, en otros países como España no ha variado apenas y seguimos teniendo una financiación muy inferior del peso específico que tiene esta enfermedad en la sociedad.

¿Confía en que pueda cambiar en España?

Creo que puede cambiar. Pero no tanto por una política del gobierno, como ha ocurrido en EE.UU., sino que será más por una obligación fruto de la llegada de nuevas terapias. Estas obligarán al Ministerio de Sanidad a mover ficha porque entonces no se podrán dar los medicamentos si los hospitales no tienen unos centros con suficiente experiencia.

¿Pero entonces actuaremos tarde?

Bueno, es que España nunca ha sido un país planificador donde nos adelantemos a los acontecimientos. Reaccionamos ya cuando tenemos el problema encima. Por eso creo que es importante que nos empecemos a preparar.

¿Estos nuevos medicamentos pueden dar lugar a la cura del alzhéimer?

Hablar de cura ahora... Es cierto que hemos conseguido por primera vez un tratamiento que no frena la enfermedad, pero sí que retrasa el curso de la misma alrededor de un 30%. Esto ya es un gran avance respecto a los tratamientos sintomáticos que teníamos.

¿No se atreve a dar una fecha estimada?

Con el cáncer no la hemos conseguido y llevamos más de 40 años investigando una curación. El objetivo es retrasar la progresión de la enfermedad, como sucede con la esclerosis múltiple, donde uno puede frenar la actividad durante muchos años.

En septiembre de 2022 atendió al expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol, a causa de un ictus. ¿Le sorprendió recibir a una personalidad como esta?

Hace tiempo que tengo experiencia en el trato con personas como el expresident. Recientemente también hicimos un acto con el expresident Pasqual Maragall para divulgar acerca de esta enfermedad. En el caso de Pujol, quedó demostrado que incluso en edades avanzadas hay que intentar un tratamiento con el fin de que la persona mantenga la calidad de vida.

¿Los políticos son peores pacientes que el común de los mortales, por eso que suelen ser personas acostumbradas a ser escuchadas, y no a escuchar?

Son pacientes normales. Vienen aquí y se les cita como se haría en cualquier caso. No se hace nada de lo que se haría con una persona normal. Tienen sus familias, igual que cada uno tiene las suyas. No diría que tienen ninguna particularidad en concreto. En el caso del expresident, se decidió que la edad no era una contraindicación para hacer una trombectomía y cumplía los criterios, igual que se había hecho en ocasiones anteriores, independientemente de su condición y su cargo previo.