Los casos de cáncer aumentan en todo el mundo, pero no todos los países se están dotando de los medios suficientes como para prevenir, tratar y paliar las consecuencias de esta enfermedad tan prevalente. Estas son las principales conclusiones del informe elaborado por la Agencia Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a partir de datos recogidos hasta 2022. Así, han podido anticipar que en 2050 se registrarán más de 35 millones de nuevos casos de cáncer en todo el planeta.
Según los últimos datos de los que dispone la agencia, actualmente se registran 20 millones de nuevos casos de cáncer cada año en todo el planeta, y 9,7 millones de muertes por ese motivo. Además, hay 53,1 millones de personas viviendo cinco años después de haber recibido el diagnóstico de cáncer. En total, se estima que una de cada cinco personas desarrollará un tumor a lo largo de su vida. Uno de cada nueve hombres y una de cada doce mujeres morirá por la enfermedad.
"Las últimas estimaciones sobre la carga mundial de esta enfermedad para 2022 muestran a nivel general que los tumores de pulmón, mama, colorrectal y próstata siguen ocupando los principales puestos en cuanto a carga de esta enfermedad", valora Pablo Fernández Navarro, investigador de la Unidad de Epidemiología del Cáncer y Ambiental del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III en declaraciones a Science Media Centre.
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"Para España, concretamente, se observa que ha habido un aumento en algunas tasas de incidencia como la de mama y una disminución en otras como en el caso de próstata respecto a 2020. Habrá que analizar en profundidad las variaciones regionales y temporales de estos indicadores, que seguro contribuirán a la vigilancia y el control del cáncer en la población", valora el especialista.
Según el Observatorio Global del Cáncer de la IARC, diez tipos de cáncer acaparan dos tercios de los nuevos casos registrados en el mundo y de las muertes por ese motivo. El cáncer de pulmón, efectivamente, encabeza la lista con una prevalencia del 12,4%, equivalente a 2,5 millones de nuevos casos. El cáncer de mama en mujeres supone un 11,6% (2,3 millones), el colorrectal un 9,6% (1,9 millones), el de próstata un 7,3% (1,5 millones) y el de estómago un 4,9% (970.000 casos).
En cuanto a la mortalidad, el cáncer de pulmón representa el 18,7% del total de muertes (1,8 millones), algo que se atribuye al tabaquismo persistente en Asia. A continuación viene el colorrectal con un 9,3% (900.000 muertes); el de hígado con un 7,8% (760.000 muertes); el de pecho con un 6,9% (670.000 muertes): y el estomacal con un 6,8% y 660.000 muertes. El cáncer de cuello uterino, finalmente, es el octavo a nivel mundial pero el primero en mujeres de 25 países, principalmente en el África Subsahariana.
En cuanto a la prevención, la OMS destaca la desigualdad entre países desarrollados y en vía de desarrollo. En los primeros, una de cada doce mujeres será diagnosticada con cáncer de mama, y una de cada 71 fallecerá. En los segundos, habrá un diagnóstico por cada 27 mujeres, y una muerte por cada 48. "En los países menos desarrollados, las mujeres tienen una 50% menos de posibilidades de ser diagnosticadas con cáncer de mama, pero las probabilidades de morir son mucho mayores por el diagnóstico tardío y la falta de acceso a los tratamientos adecuados".
"Los datos representan una señal de alerta en relación con las implicaciones actuales y futuras del cáncer en nuestra sociedad global", valora Eduard Teixidor, médico adjunto de oncología médica en el Instituto Catalán de Oncología y en el Hospital Universitario de Girona Doctor Josep Trueta. "Estostos datos muestran que el previsible aumento de casos de cáncer generará una presión adicional, especialmente en los países con índices de desarrollo más bajos".
"Cabe destacar que el aumento de casos de cáncer está relacionado con el aumento exponencial de población y mejoras en la esperanza de vida. Por otro lado, la supervivencia está más asociada con el diagnóstico precoz y el tratamiento. Si bien se están haciendo avances en el diagnóstico y tratamiento contra el cáncer, estos a menudo conllevan un alto impacto económico. La creciente inequidad entre países pondrá cada vez más de manifiesto diferencias en la capacidad para abordar las neoplasias", concluye.