La Viagra es por excelencia el fármaco más vendido para luchar contra la disfunción eréctil. A estas alturas, no es necesario explicar cuáles son las bondades de la archiconocida pastillita azul, pero sí merece la pena mencionar que nació por error. Su uso primigenio era ser una herramienta más en el tratamiento de la hipertensión y la angina de pecho, pero los laboratorios que la desarrollaban —hace ya 25 años— se dieron cuenta de que su efecto secundario podía ser mucho más revolucionario.
En los últimos años, el sildenafilo —nombre químico de la Viagra— ha demostrado ser también un agente eficaz en el tratamiento de la hipertensión arterial pulmonar primaria. Desde hace algún tiempo, su uso también se vincula con la prevención del alzhéimer. Según un estudio recién publicado en la revista Neurology, podría ayudar a prevenir el desarrollo de dicha enfermedad hasta en un 18% de los casos.
La hipótesis parece prometedora, pero los expertos aclaran que debe ser tomada con muchísima precaución.
Qué dicen los estudios
La investigación publicada en Neurology sugiere que los inhibidores de la fosfodiesterasa tipo 5, un grupo de fármacos para tratar la disfunción eréctil -entre ellos la Viagra- podrían estar relacionados con un menor riesgo de alzhéimer.
La conclusión llega después de cinco años de seguimiento a un grupo de 269.725 hombres a quienes se les había diagnosticado disfunción eréctil recientemente. El 55% recibió una receta de estos medicamentos y el 45% no. Tras comparar datos y ajustar factores que podrían afectar a los resultados —como la edad, el tabaquismo o el alcohol— comprobaron que aquellos que habían recibido una receta de estos medicamos tenían un 18% menos de probabilidades de haber desarrollado este tipo de demencia al finalizar el estudio.
Unos años antes, en 2021, otra investigación similar, esta vez publicada en Nature Aging, apuntaba algo parecido. En ese caso, se examinó una base de datos con más de siete millones de pacientes. El estudio determinó que el sildenafilo se asociaba con una reducción del 69% en la incidencia de alzhéimer.
Correlación no implica causalidad
Todo lo dicho suena muy prometedor, sin embargo, hay algunos factores que tener en cuenta. "Esto es un estudio epidemiológico. Por lo tanto, no está diseñado específicamente para ver la causa-efecto. Lo que se ve es una asociación entre mejor rendimiento cognitivo y la toma de Viagra. Hasta aquí podemos decir. La cuestión ahora es demostrar si la toma de Viagra modifica o afecta de alguna manera a la enfermedad. Eso hay que demostrarlo. Hay que verlo en un ensayo clínico específico", explica a EL ESPAÑOL Guillermo García Ribas, miembro del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
"A lo mejor, las personas que han tomado este tipo de estimulantes eran también más sanas o tenían una actividad mayor", indica García Ribas. El facultativo también advierte de que el estudio se ha hecho en varones, y la enfermedad de Alzheimer es menos frecuente en ellos que en mujeres, "por lo que puede haber un sesgo con el sexo".
Sus palabras coinciden con lo expresado por otros expertos en materia, como Ivan Koychev, investigador clínico principal de la Plataforma de Demencia del Reino Unido, de la Universidad de Oxford.
"El estudio está limitado por el reto que supone establecer relaciones causales en los estudios epidemiológicos. Además, este tipo de fármacos suele tomarse según las necesidades, por lo que es difícil saber qué cantidad se tomó realmente y con qué frecuencia. Además, la relación con la enfermedad de Alzheimer en particular es controvertida, ya que se sabe que una proporción significativa de los casos de demencia diagnosticados clínicamente como alzhéimer presentan patologías adicionales o alternativas", dice en declaraciones a Science Media Centre.
El mecanismo de acción
Ahora bien, en el caso de que la pastilla pudiese ayudar a prevenir el alzhéimer, ¿cuál sería el mecanismo de acción? "El efecto no es porque la persona tenga una mejor actividad sexual", aclara el doctor. La clave podría estar en ese origen primigenio para el que nació la Viagra: cambiar y modular la capacidad del riego sanguíneo gracias al óxido nítrico.
El óxido nítrico actúa en el cuerpo de diversas formas. En el caso de las arterias, como vasodilatador. En su presencia, éstas se relajan y dejan pasar más caudal sanguíneo. De ahí el poder de la Viagra para lograr la erección. "Este fármaco impide la degradación del óxido nítrico", explica para los más profanos García Rivas.
En esta línea, Francesco Tamagnini, neurofisiólogo de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Reading, apunta en SMC que el óxido nítrico también ha demostrado tener un cometido en el mantenimiento de la memoria, por lo que esa podría ser una explicación. Si bien, volvemos al punto anterior, al ser un estudio epidemiológico y no un ensayo clínico, no se puede aseverar nada.
Prevenir el alzhéimer, según la ciencia
Lo que sí tiene aval científico son una serie de hábitos que han demostrado ser clave para el desarrollo de cualquier tipo de demencia, incluido el alzhéimer. Fueron establecidos en 2020 por la Comisión Lancet sobre prevención, intervención y atención de esta enfermedad. En total, encontraron 12 factores de riesgo modificables que podrían "evitar o retrasar" el 40% de los casos.
Estos son: hipertensión, tabaquismo, depresión, falta de actividad física, aislamiento social, golpes en la cabeza, problemas de audición, obesidad, consumo excesivo de alcohol, diabetes, exposición prolongada a contaminación atmosférica y falta de educación.