La ketamina en pastilla tiene menos efectos secundarios que la aplicación inyectable e intranasal.

La ketamina en pastilla tiene menos efectos secundarios que la aplicación inyectable e intranasal. iStock

Salud

Un nuevo estudio respalda las pastillas de ketamina para tratar la depresión severa

La administración de esta sustancia en pastillas reduce las recaídas de los pacientes con depresión resistente al tratamiento, según una investigación.

24 junio, 2024 17:02

La depresión es uno de los grandes problemas de la última década. Este trastorno afecta a más de dos millones de personas en España, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Dentro de este trastorno, hay una serie de pacientes que desarrollan depresión resistente al tratamiento (DRT). Esta complicación se produce cuando no se experimenta ninguna mejoría tras probar varios tratamientos a lo largo del tiempo y con dosis farmacológicas adecuadas. Según los estudios, se calcula que la desarrollan entre el 30% y el 40% de las personas diagnosticadas de depresión. 

Una investigación publicada este lunes en Nature Medicine ha descubierto que la administración de ketamina en pastillas reduce las recaídas de los pacientes con DRT. También se ha observado que, de esta forma, tiene menos efectos secundarios que la aplicación inyectable e intranasal. Entre los problemas que puede causar, se encuentran la disociación, la hipertensión y la taquicardia, que pueden aparecer poco después de su administración.

El trabajo, desarrollado por un equipo de la Universidad de Otago de Nueva Zelanda, evaluó la eficacia de esta nueva formulación. Su administración en pastillas facilita su uso frente a las dosis inyectables, ya que los pacientes pueden tomarla en casa. Además, esta forma de administrarlo, libera el fármaco de una forma más lenta en la sangre. Contaron con un total de 231 participantes en la primera fase para identificar a los que respondían al tratamiento. Cinco días después, el 50% había experimentado mejoría en la depresión. Los autores querían eliminar antes de la fase de doble ciego a los pacientes en los que la ketamina no tenía efecto para reducir las tasas de fracaso observadas en otras investigaciones.

En la segunda fase, esas 168 personas se dividieron aleatoriamente en dos grupos: uno tomaría el fármaco y el otro un placebo. Durante tres meses, tomaban dos comprimidos a la semana. Los investigadores observaron que el 71% de ese segundo conjunto tuvo una recaída en la depresión a los tres meses. Al contrario, entre las personas que habían tomado ketamina, solo el 43% había empeorado su sintomatología. Los datos mostraron "una mejoría estadística y clínicamente significativa", reza el texto publicado en Nature Medicine

Respecto a los efectos adversos, los científicos no encontraron ningún cambio en la presión arterial y la disociación y la sedación observadas fueron mínimas, según los datos. En esta fase, la administración del fármaco fue, mayoritariamente, en casa de los pacientes. Los autores reconocen la preocupación de que se pueda usar este tratamiento de forma inadecuada o abusiva. Por eso, se destaca que estas pastillas son "especialmente duras y difíciles de romper". 

Estos resultados justifican la puesta en marcha de un ensayo de fase 3, más amplio, para seguir estudiando los efectos de la ketamina en la DRT, comenta profesor asociado del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Oxford (Reino Unido) en declaraciones a Science Media Center (SMC). Sería interesante centrarse en los beneficios y los riesgos de un aumento de la dosis, "dada la facilidad con la que las personas pueden optar por tomar dos comprimidos si no obtienen mejoría con uno", agrega.

Paul Keedwell, psiquiatra y miembro del Real Colegio de Psiquiatras de Reino Unido, sostiene que la administración de ketamina por vía oral puede generar grandes diferencias entre los pacientes en la absorción y el metabolismo. "Es necesario seguir investigando para determinar el régimen de dosificación ideal", ha afirmado para SMC. El psiquiatra está convencido de que este estudio destaca "el impresionante efecto antidepresivo de la ketamina".

Otros tratamientos

La depresión resistente al tratamiento se ha tratado tradicionalmente con psicofarmacología. Primero se usan distintos tipo de antidepresivos y posteriormente se pueden combinar con otros tipos de medicamentos como antiepilépticos, antipsicóticos en dosis bajas o litio, entre otros. También existen terapias neuromodularodas, que incluyen la estimulación magnética transcraneana y la terapia electroconvulsiva (TEC). La primera  estimula las células nerviosas del cerebro para conseguir mejorar los síntomas de la depresión. La segunda consiste en enviar pequeñas señales eléctricas al cerebro.

No se puede saber qué pacientes desarrollarán una DRT, pero sí que se han detectado ciertas situaciones que elevan el riesgo. Las mujeres y las personas mayores lo padecen en un porcentaje mayor y los motivos pueden ser tanto biológicos como psicológicos. También son más propensas las personas que sufren crisis depresivas graves de manera recurrente, informa la empresa farmacéutica Janssen en su web.  Otras afecciones asociadas a la DRT son el abuso de sustancias y los trastornos alimenticios y del sueño. Estos factores pueden hacer que el paciente sea más propenso a no obtener beneficios del tratamiento con antidepresivos.

En España se aprobó en 2022 el uso de Spravato, un fármaco elaborado a base de esketamina, una sustancia derivada de la ketamina. Se emplea en combinación con antidepresivos orales y el sistema público solo lo cubre en casos bastante avanzadaos. Esto es, pacientes que hayan probado más de tres estrategias de tratamiento con fármacos y no haya funcionado ninguna.