Cristobal Morales, endocrinólogo del Hospital Vithas y el Virgen de la Macarena de Sevilla.

Cristobal Morales, endocrinólogo del Hospital Vithas y el Virgen de la Macarena de Sevilla.

Salud

Morales, el médico español tras el fármaco para perder hasta 24 kg: "Tiene una potencia nunca vista"

"Me preocupa la extensión de su uso en la población no obesa" / "No son medicamentos para utilizar en una clínica de estética" / "El objetivo no es un número en la balanza, es dar calidad de vida",

26 junio, 2024 02:42

La farmacéutica Lilly presentó el pasado lunes Mounjaro, su nuevo fármaco para combatir la obesidad. Comenzará a comercializarse el 1 de julio y se suma a una lista cada vez más amplia que incluye nombres como Wegovy y Ozempic, ambas de la empresa Novo Nordisk. El último está indicado para diabetes y los otros dos para tratar la obesidad, lo que hace que Ozempic sí lo financie el sistema público de salud. El producto de Lilly se administra semanalmente con una inyección subcutánea y las farmacias españolas lo tendrán disponibles bajo receta médica y en dosis de 5 o 10 miligramos.

Este nuevo medicamento promete mayores beneficios respecto a los que ya se comercializan. Los resultados de los ensayos clínicos han demostrado que se alcanzan pérdidas de peso superiores al 20%, de hasta 24 kilos (adelantando a Wegovy). Además, reduce el perímetro de la cintura, controla el colesterol y la tención arterial, entre otras ventajas cardiovasculares. Un gran conocedor de Mounjaro es Cristobal Morales, endocrinólogo del Hospital Vithas Sevilla e investigador de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO). El especialista ha participado en los ensayos clínicos realizados en España con esta medicina y asegura: "Rompe todas las guías clínicas actuales de abordaje de la persona con sobrepeso, con obesidad y con diabetes".

En una entrevista anterior con EL ESPAÑOL decía que con Mounjaro los pacientes podían volver a ponerse el traje de boda ¿Como lo definiría ahora?

La perspectiva del tiempo nos ha hecho ver que, más allá de la pérdida del peso, no es un fármaco para adelgazar, sino que es un fármaco para ganar salud. Estos fármacos no se pueden plantear como solución milagro a la obesidad, porque son parte de una solución que debe incluir serias medidas sociales, un plan nacional de obesidad y mucha prevención.

Esta luz que nos da la investigación nos hace entender a los pacientes, tener empatía por ellos y también darles un diagnóstico y una solución. Entramos en una nueva área que son medicamentos con una potencia nunca antes vista y esto nos lleva a hacer un llamamiento a un uso responsable. Deben emplearlos solo unidades especializadas hospitalarias multidisciplinares en obesidad. 

Enfocarlo solo en algo para adelgazar es un enfoque muy simplista porque van al origen de las complicaciones metabólicas, pero también de las cardiovasculares y más de 200 comorbilidades que tiene la obesidad.

También decía que Mounjaro venía para cambiar las reglas del juego. ¿Cómo lo va hacer?

Rompe todas las guías clínicas actuales de abordaje de la persona con sobrepeso, con obesidad y con diabetes. Por primera vez vamos a tener armas terapéuticas que van al origen. Tratar la diabetes tipo 2 no es bajar el azúcar, es disminuir masa grasa manteniendo masa muscular. Así, podemos acabar con esa cascada de complicaciones que tiene el paciente. Va a haber un antes y un después. 

Estos fármacos han hecho que la ciencia avance y nos demos cuenta de que hay muchos componentes: biológicos, sociales, psicológicos, metabólicos, inflamatorios… Esto no es un número en la balanza, se trata de aumentar la funcionalidad y estar más sanos metabólicamente. Cuando una persona empieza con diabetes, si vamos al origen metabólico, vamos a tener por primera vez una marcha atrás, una regresión.

¿Cómo puede este tipo de medicamentos cambiar el mercado?

La nueva generación de fármacos que va a aparecer son ya agonistas de los receptores GIP y GLP-1, como el caso de Mounjaro. Vienen a cambiar mucho más allá de un número en una balanza. Van a dar años de vida y mucha más vida en esos años. Más allá de la pérdida de peso, para lo que tiene una potencia a la cual no estamos acostumbrados (hasta un 22,5% de la masa corporal), se están publicando datos muy positivos en cuanto, por ejemplo, a disminución de enfermedad hepática metabólica, síndrome de apnea obstructiva del sueño y mejoría respiratoria. Por supuesto en diabetes, incluso mostrando remisión. También tiene un claro beneficio cardiovascular: disminuyen el riesgo de infarto y mejoran la insuficiencia cardiaca. 

Hay que tener en cuenta, además, que la competencia en la investigación de diferentes moléculas para nosotros es muy positiva. Va a permitir un tratamiento muy personalizado de la obesidad según lo que necesite cada paciente.

¿Le preocupa la extensión de su uso en población no obesa?

Por supuesto. No es un fármaco para ponerte un pinchazo y olvidarte. Son fármacos a largo plazo para mantener tu mejor peso saludable, para evitar la complicaciones. El objetivo no es un número en la balanza, es dar calidad de vida, aumentar la esperanza de vida y evitar esas complicaciones. No son medicamentos para utilizar en una clínica de estética, por el mercado negro, ni en un gimnasio. Nuestro consejo es limitar su uso a unidades hospitalarias especializadas multidisciplinares en obesidad.

¿Cuáles son los riesgos que puede tener en gente sin obesidad?

Se debe utilizar por bajo prescripción, control y seguimiento médico. Pueden ser muy eficaces, pero si no sabes utilizar la dosis puede tener efectos como náuseas y vómitos. Cada vez evolucionan más y se toleran mejor, pero se pierde peso de manera muy rápida, tanto masa grasa como muscular. Cuando se retira el fármaco se produce un efecto rebote y se vuelve a ganar peso. El resultado es una composición corporal es más desfavorable porque tiene más cantidad de grasa y menos músculo.

Ya existen Ozempic y Wegovy. ¿Qué diferencia supone Mounjaro respecto a ellos?

Hemos pasado de la actuación de un solo receptor GP1, a la actuación sobre dos receptores. Mounjaro es el primero que va a aparecer en el mercado que actúa sobre dos receptores. Esta combinación en la actuación de receptores lo hace más potente en cuanto a la pérdida de peso.

¿Por qué Mounjaro no está financiado por el sistema público si Ozempic y otros sí lo están?

En España tenemos aprobado y financiado para usar contra la diabetes tipo 2 Trulicity, Ozempic y Rybelsus, todos de la familia de GLP 1. Los dos primeros son inyecciones y se usan semanalmente. El tercero se emplea por vía oral y a diario. En obesidad, estamos acostumbrados que ningún fármaco se financia aunque tenemos que seguir trabajando para que sea así. 

¿Qué implica que Mounjaro sólo esté disponible para las personas que puedan pagar los 271 euros que cuesta el tratamiento?

Hay que hacer un esfuerzo para que sea accesible para los pacientes. Si no llega al paciente, al final va a tener mucha limitaciones. Me da mucha tristeza cuando un paciente la consulta me dice, ojalá tenga diabetes tipo 2 para que el fármaco me salga financiado. Hay una brecha social importante y, a veces, tu código postal influye más que tu código genético. El hecho de que muchos estratos sociales tengan dificultad para acceder al fármaco hacen que se incremente la dificultad de acceso a esta innovación y no queremos que haya pacientes de primera y de segunda.

Dicen que con Mounjaro se puede perder más del 20% de la masa corporal. ¿Qué hay de la posibilidad del efecto rebote y de que, tras dejar de usarlo, se pueda recuperar parte o el total del peso perdido?

Estos fármacos sirven para acompañar al paciente en esta incorporación de hábitos de vida saludable. Estas personas se van a tener que estar cuidando siempre. Hay que ser muy honestos y, desde el punto de vista médico, decirles que la obesidad y el sobrepeso son enfermedades crónicas y toda la vida se tienen que cuidar más que otras persona porque tiene una preposición a coger peso. Incluso las personas que operamos en cirugía bariátrica, si no cambian estilo de vida vuelven a ganar el peso perdido. No es perder, es mantener tu mejor peso saludable. Aquí no buscamos un uso estético, queremos huir de ello. 

Estos fármacos nacen para combatir la diabetes tipo 2. ¿Se ha relegado este fin al ver el efecto que tiene para perder peso? 

Hacía tiempo que el objetivo de nuestro paciente con diabetes tipo 2 no era bajar el azúcar. El fin es el control del peso, de los factores biocardiovasculares y de las comorbilidades, ese es el círculo. El abordaje tiene que ser holístico, integral,  preventivo y personalizado. Si en el origen de la diabetes hay un exceso de tejido adiposo que te desarrolla complicaciones, tenemos que ir a ese origen metabólico originarios.

Queremos actuar cuanto antes con hábitos saludables para prevenir la adiposidad y evitar el desarrollo de la diabetes tipo 2. Usar este tipo de fármaco justo al inicio permite hacer remisión de la diabetes. Se ha visto que en pacientes con esta enfermedad, cuando hay una pérdida de peso importante, se pueden dar casos de normoglucemia y remisión.

Con Ozempic las personas con diabetes se quejaban de ver peligrar el acceso a su medicina cuando se descubrió su poder adelgazante. ¿Le preocupa que pueda ocurrir con Mounjaro? 

Sí. Desde la sociedad científica y la autoridad sanitaria pedimos que se haga un uso desde manos expertas, controlado, con receta electrónica y que no se empleen fuera de la  ficha técnica. Por supuesto, que no haya un fin estético. La obesidad es una patología con mayúscula muy seria, que afecta mucho la calidad de vida de las personas.

También creemos que la aparición en redes sociales de influencers que hablan de ello habría que regularla. Se hace un flaco favor aconsejando el uso frívolo de este tipo de medicación que cada vez es más potente. Me llegan a diario ofertas de productos milagrosos, de falsificaciones de productos e, incluso, para reconstituirlos. Esto no es un problema de un número en una báscula, afecta a la vida de las personas.

¿Cómo se puede garantizar un uso seguro de este medicamento para evitar la proliferación de TCA o la dismorfia corporal?

Estos son los primeros fármacos influencers de la historia y el propio paciente lo conoce por las redes o por la televisión, porque ha salido en todas las tertulias. Ha traspasado la frontera de los paper científicos a los platós. Lo importante para tratar la obesidad es acudir a un centro especializado. En salud es importante no jugársela y trabajar con equipos de confianza y certificados que sabemos que van a hacer un buen uso de Mounjaro y otros medicamentos similares. No es para todo el mundo y lo ideal sería usarlo en hospitales y equipos multidisciplinares donde se va a valorar el riesgo, el beneficio y si una persona es candidata o no. También hay que vigilar el uso que se hace la imagen corporal, por eso nunca hablamos de peso ideal, sino saludable.