El viaje al olvido de Ana de Inglaterra: "Hay pacientes que no recuerdan siquiera que tienen un hijo"
El paciente puede perder la capacidad de generar recuerdos nuevos según el tipo de amnesia que sufran tras un golpe en la cabeza.
29 junio, 2024 01:04Cuando alguien piensa en el concepto de amnesia, probablemente, le venga a la mente la escena de alguna película o serie. Normalmente, en ellas se representa a un paciente que no sabe quién es ni reconoce a las personas de su alrededor. Suele ocurrir tras un accidente aparatoso y de cierta gravedad y, generalmente, le hace olvidar años de su vida. Esta semana, Ana de Inglaterra, hermana del rey Carlos III, ha sufrido un traumatismo craneoencefálico al golpearle un caballo la cabeza y no recuerda nada de lo ocurrido.
Esta complicación que ha sufrido la royal se llama amnesia retrógrada y puede ocurrir por dos motivos. Tras el golpe, se puede producir un hematoma en alguna de las zonas encargadas de la memoria, explica Marta Ochoa, directora de Neurología de HM Hospitales en Madrid. Otra razón puede ser la potencia del impacto (muy típico en caballos y accidentes de coche): si es muy fuerte, el cerebro puede moverse dentro del cráneo y golpearse, añade. Un caso como el de la princesa de Inglaterra suele ser bastante común.
En traumatismos craneoencefálicos, aunque sean leves, suele ser típica la pérdida de memoria, detalla Ochoa. Lo más habitual es que desaparezca la memoria de las horas más próximas. Así, el paciente no recuerda cómo ha sido el accidente, como le ocurre a la princesa de Inglaterra. Eso no significa que no haya pacientes que puedan olvidar un periodo de tiempo más largo que puede, incluso abarcar años. “Hemos tenido pacientes que no recordaban que habían tenido un hijo”, cuenta Myrtha O'Valle, directora de Irenea Instituto de Neurorrehabilitación de Vithas Sevilla.
Las dos neurólogas envían un mensaje de calma y aclaran que, en la mayoría de los casos, los pacientes recuperan esos recuerdos borrados. Puede ser que los pacientes que no saben cómo ha sido su accidente no recuperen ese recuerdo porque no han llegado a guardarlo en su memoria, dice Ochoa. “Como si apagas el ordenador sin guardar un archivo”, ejemplifica la neuróloga de HM Hospitales. Lo más habitual es que la persona que la sufre olvide las últimas horas o los últimos días. Cuando se produce una amnesia prolongada, sobre todo de años, el origen suele ser psicológico, explica Ochoa.
La pérdida de recuerdos en estos casos no tiene por qué ser cronológica y pueden tener lagunas de varios periodos de tiempo, según O’Valle. Cuando las memorias tienen una carga emocional, se almacenan en una parte distinta del cerebro y se destinan más neurona a conservarlas, cuenta Ochoa. “A lo mejor he podido perder los recuerdos de mi trabajo, pero no los de la vida con mis hijos”.
Lo primero que le preguntan los facultativos a un paciente con un traumatismo craneoencefálico es si ha perdido el conocimiento y si recuerda lo sucedido. La conciencia de la persona es un criterio para saber la gravedad del pronóstico y la amnesia sirve como señal para detectar lesiones cerebrales. Si alguien no recuerda qué ha pasado tras un golpe, se le harán pruebas para comprobar el estado de su cerebro, detalla la neuróloga de HM Hospitales. O’Valle, de Vithas, señala que el riesgo de perder la memoria tras una conmoción cerebral es bastante alto porque una de las zonas más afectadas es el lóbulo temporal, que se encarga de la memoria.
Si una persona recibe un golpe en la cabeza y pierde el conocimiento, lo adecuado es llamar a emergencias. “El paciente debe ser valorado aunque después no sea grave”, destaca Ochoa. También es importante tranquilizarlo, si vuelve en sí, y evitar que se altere. En ningún caso, se le debe mover: muchas veces se relacionan estos accidentes con lesiones en las cervicales y se puede empeorar su situación, incluso dejándolo parapléjico, según la neuróloga de HM Hospitales.
Amnesia anterógrada
Lo realmente preocupante en estas situaciones, es que el paciente pierda la capacidad de generar recuerdos nuevos. Este fenómeno se llama amnesia anterógrada y quienes la sufren no pueden asimilar nuevas vivencias tras el accidente. Es, además, “un dato pronóstico de la gravedad del traumatismo”, indica Ochoa. Esta secuela se asocia, además, con trastornos de conducta, irritabilidad, y desorientación, entre otros.
Si un paciente no es capaz de acordarse de lo que hace, tendrá muchos problemas en su día a día. Pueden, incluso, olvidar que han comido y vuelven a hacerlo, ejemplifica O’Valle. Lo que se recomienda a estas personas es que anoten las acciones realizadas para que puedan saber lo que han hecho y lo que no, agrega Ochoa.
¿Cómo se trabaja con los pacientes?
La forma de tratar una y otra amnesia es diferente. Si el paciente no puede generar nuevos recuerdos, lo primero es rehabilitar los procesos atencionales, expone O’Valle. “Normalmente, tras un problema de memoria puede haber otro de atención”. Después se trabaja la capacidad de aprendizaje para que se puedan adquirir conocimientos nuevos. El proceso se llama rehabilitación cognitiva y se trabaja con sesiones de neuropsicología, dice Ochoa.
Cuando lo afectado son las memorias del pasado, se trabaja con materiales autobiográficos. “Les decimos a los familiares que les hablen de recuerdos en común, que les enseñen fotos”, cuenta la neuróloga de HM Hospitales. O’Valle destaca que ese material debe ser importante para los pacientes. Para esta rehabilitación, los ejercicios son muy personalizados y se busca que sean de su ámbito de interés para poder establecer un “hilo emocional” que vuelva a conectar al paciente con su memoria.
No siempre ocurre así. Hay casos en los que estas personas no se pueden acordar de algunos momentos pasados, pero sí los conocen a través de sus seres queridos. “Nos dicen que no lo recuerdan, pero se lo han contado”, desarrolla la neuróloga de Vithas. De esta forma se genera lo que llama “un falso recuerdo” porque realmente no es consciente de que ha ocurrido. Esta es una de las secuelas que sufre José Marín, vocalista de Supersubmarina, tras el accidente que sufrió el grupo. No tiene recuerdos de cuando la banda estaba en activo.
Sufrir amnesia afecta enormemente a la calidad de vida del paciente, sobre todo si es anterógrada. Cuando una persona pierde la capacidad de aprendizaje no puede consolidar la información y esto afecta a todos los ámbitos de la vida, expone O’Valle. “Sin memoria y sin poder tener recuerdos nuevos, como seres humanos somos inútiles”, sentencia Ochoa.
Sufrir esta secuela puede ser un factor de riesgo para desarrollar un deterioro cognitivo posterior como la demencia, advierte Ochoa. Las dos neurólogas hacen hincapié en que si un paciente cree que tiene pérdidas de memoria tras un traumatismo craneoencefálico, grave o no, debe comunicárselo a su médico. “Con rehabilitación cognitiva, puede mejorar”, concluye la neuróloga de HM Hospitales.