El neuropsicólogo Álvaro Bilbao.

El neuropsicólogo Álvaro Bilbao.

Salud

El neuropsicólogo Álvaro Bilbao: "Un chico tiene hoy menos capacidad lectora y de cálculo que en los 80"

"Hemos perdido en conocimiento bruto, pero ganado en inteligencia fluida"/"No hay 'nativos digitales' sino usuarios de larga duración"/"Las pantallas producen ansiedad, por eso hay tantos problemas mentales". 

6 julio, 2024 02:18

Álvaro Bilbao, doctor en Psicología y neuropsicólogo formado en el Hospital Johns Hopkins y el Kennedy Krieger Institute, rechaza la imagen del adolescente apático e indiferente a nada que no salga de una pantalla. "Cuando voy a dar charlas a los institutos, con mensajes claros y experiencias reales, el tema del cerebro les encanta", explica a EL ESPAÑOL. Fruto de este aprendizaje nace Prepárate la vida [Plataforma editorial]: si obras anteriores como El cerebro del niño explicado a los padres se dirigían a adultos, Bilbao trata ahora de abordar la prevención de los problemas mentales prevalentes dirigiéndose a los propios interesados.  

Lo hace, eso sí, consciente de que el libro tradicional no es el medio favorito de los jóvenes actuales. "Es verdad que son perezosos para leer", reconoce, e irá desgranando los detalles que han llevado a una pérdida de recursos linguísticos y cognitivos en la generación actual comparada con las anteriores. No obstante, su optimismo es inextinguible. "A menudo se habla de la adolescencia como si fuera una plaga, un problema. Pero la mayoría de los adolescentes son maravillosos, y lo son la mayor parte del tiempo. Y les gusta que les hablemos desde la responsabilidad".

El neurocientífico Michel Desmurget planteaba una paradoja: los niños pequeños leen muchísimo, pero a partir de los 10-11 años se desploma. 

Es cierto. Conocemos ese dato desde hace muchos años: a mayor cantidad de libros leídos, mayor velocidad lectora, capacidad de comprensión y riqueza de vocabulario. Eso determina el desarrollo cognitivo, y muy concretamente el rendimiento académico. El lenguaje es la herramienta que nos permite expresar nuestros conocimientos, y cuanto más leamos, más afinada estará. Los que convivimos o trabajamos con adolescentes sabemos que se expresan con un lenguaje muy sencillo, bro. Acceder a la literatura les 'empapa' en un vocabulario inexistente en las redes sociales.

El pediatra Remo H. Largo hablaba de un fenómeno de 'regresión a la media'. ¿La nueva generación pierde facultades frente a las anteriores?

Hasta ahora, todas las generaciones han ido ampliando su capacidad cognitiva en base a una mejor educación, un mayor acceso a los libros y un nivel cultural social superior. Hay autores que plantean que esta puede ser la primera generación en la que ese efecto desaparezca. Que los hijos no sean más inteligentes que los padres, o incluso lo sean menos. Yo trabajo con chicos y chicas, y en algunos casos, efectivamente, ves poco interés cultural. Pero la generación actual tiene otras cosas muy importantes: son muy innovadores, tienen una capacidad de colaboración muy grande, son muy conscientes de todo lo que tiene que ver con la globalidad... Esta generación será seguramente menos cultivada que la anterior, pero tiene otras ventajas.

¿Hay alguna manera de cuantificar esta regresión en las capacidades cognitivas?

Hay muchas maneras de cuantificarlo desde el punto de vista neuropsicológico. Se pueden tomar las pruebas de inteligencia que se pasaban hace 20 años y ver cómo puntúan los chicos de hoy. Hay medidas indirectas que son buenas predictoras de la inteligencia, como la prueba de velocidad de lectura o de vocabulario. Y en ese sentido, efectivamente, se está perdiendo muchos recursos: riqueza de vocabulario, comprensión lectora, velocidad en el cálculo matemático... Un adolescente de los años 80 tendría más conocimientos de Literatura y manejaba mejor las matemáticas. Pero la sociedad actual es cada vez es más compleja, y ese mismo chaval de los 80 no tendría conocimientos de informática o idiomas extranjeros. El conocimiento bruto, la inteligencia cristalizada, puede haber disminuido, pero ganamos en inteligencia fluida.

¿La pérdida de capacidad lingüística no es también un factor que agrava los trastornos mentales? Debemos ser capaces de verbalizar el malestar.

Efectivamente, para comprender nuestras emociones necesitamos manejar un vocabulario rico. Ser capaces de comunicar a un amigo o a nuestros padres que estamos "frustrados, tristes, disgustados, decepcionados, alegres, satisfechos...".  Es una herramienta emocional muy importante, y hay estudios que señalan que los adolescentes dejan de expresar emociones blandas o débiles -miedo, tristeza- sobre los 14 años porque dejan de estar bien aceptadas en el grupo de amigos.

¿En qué consiste esta inteligencia fluida que están potenciando las nuevas generaciones?

Tenemos la inteligencia global, que se mide a partir del cociente intelectual y tiene una altísima correlación con el éxito académico y profesional. Se puede dividir en dos: la inteligencia fluida, que mide la velocidad de procesamiento de información, y la inteligencia cristalizada, que son los conocimientos fijados. Una persona es muy inteligente cuando tiene una base de conocimientos muy alta, pero a la vez logra solucionar problemas novedosos. Decimos que los ancianos son muy sabios porque han desarrollado la inteligencia cristalizada, mientras que las personas jóvenes pueden no ser tan sabias, pero tienen mucha agilidad mental.

El neuropsicólogo Álvaro Bilbao.

El neuropsicólogo Álvaro Bilbao. Cedida.

En ese sentido, se habla de la 'mentira' de los nativos digitales: no tienen grandes habilidades, son las aplicaciones que se han simplificado muchísimo.

Estoy de acuerdo al 100% en que el término 'nativos digitales' lleva a confusión y es inadecuado. Los chicos y chicas son bastante duchos a la hora de manejar aplicaciones como TikTok que son súper intuitivas. Pero eso no equivale a manejar un idioma. Para todo lo digitalizados que estamos, las escuelas y los institutos enseñan muy pocos lenguajes que sí ayudan a estructurar la mente: algo de programación, montar una pequeña página web, algo de código... no son nativos digitales, son usuarios digitales de larga duración.

¿Cómo se justifica entonces que los alumnos vayan a todas partes con su chromebook a cuestas?

De hecho, en muchos países los colegios están volviendo hacia atrás y dejando de lado lo que serían las tablets y la educación digital. Sabemos que el hecho de escribir a mano y leer un libro es más beneficioso. Además, saca al alumno de ese contexto digital. Si me preguntas qué haría yo como director de un colegio, habría seguido con la formación tradicional, sin pantallas.

¿Acabarán los colegios dando marcha atrás sobre las pantallas en España?

Muchos de los nuevos colegios ya no están adoptando ese modelo, y de los que ya lo tienen instaurado, sé que hay algunos lo están dejando. Me imagino que será una tendencia natural, y poco a poco volveremos a la libreta tradicional. No obstante, la pantalla digital se quedará porque también tiene sus ventajas. Por ejemplo, sabemos que si vamos a hablar a un niño del Imperio Romano, poner primero un documental antes de leer el libro le preparará para entender algunos conceptos.

Cuando llega el momento de tener móvil: ¿cómo deberían abordarlo las familias?

Cuando llegaron los smartphones, yo veía a padres que pensaban que su hijo de un año y medio era muy inteligente porque era capaz de pasar los vídeos deslizando el dedo por la pantalla. Y yo estaba totalmente en contra: trabajo en rehabilitación de daños cerebrales, y los programas digitales no eran tan efectivos como la interacción. Mi consejo es que hasta los dos años, poco o nada de televisión; y hasta los seis años, nada de pantallas interactivas, y media hora a 45 minutos de televisión. Para el smartphone, 12 años es muy pronto. A esa edad son más niños que adolescentes. Si quieres que esté conectado, dale un teléfono de botones o un reloj conectado. Los padres no son conscientes de la rápida progresión: con 14 o 15 años, el teléfono les tiene totalmente absorbidos. Cuanto más retrasemos ese momento, mejor.

¿No somos conscientes de lo maleables que son a esa edad, y cómo el móvil coarta su maduración emocional?

Efectivamente: cuando salen del instituto, los chavales están mirando el móvil en lugar de hablar entre sí. Eso tiene un efecto muy importante a la hora de liberar emociones. Si he tenido un problema con un profesor y le digo a mi amigo "qué capullo", me expresaré con gestos que solo controla el hemisferio derecho, el más relacionado con las emociones. Todo eso me permite procesarlo. Pero si hago esto por WhatsApp, la expresión de la emoción es mínima, porque escribo con el hemisferio izquierdo. La comunicación cara a cara, ese lenguaje no verbal que es tan importante para comprender nuestras propias emociones, se pierde.

¿Y cómo se gestionan los conflictos inevitables que surgen de tratar de regular el uso de pantallas? Lo ven como un castigo arbitrario.

Eso es porque las pantallas producen ansiedad. Y ese es el motivo por el que tenemos tantos problemas de salud mental entre los adolescentes. Hay tres efectos muy claros. El primero es la comparación. Yo antes me comparaba con mi vecino, ahora me comparo con los influencers que están en Bali y tienen un Lamborghini. El segundo es el desplazamiento: el tiempo que paso con la pantalla me lo quita de otras actividades como hacer ejercicio, hablar cara a cara con amigos, leer... que benefician la salud mental y cognitiva. Y el tercero es la ansiedad: siempre estoy anticipando una recompensa con el móvil, se activa 'a tope' el sistema dopaminérgico mientras que el sistema serotoninérgico, que nos hace sentir tranquilos, disminuye. 

¿Las nuevas generaciones de padres y madres han cometido el exceso opuesto a las anteriores al no poner límites? ¿Cuáles son los adecuados? 

Sí: los límites de sentido común y mínimos son necesarios. Nada de dispositivos en la mesa: tiene que haber lugares y momentos para que el cerebro descanse y podamos conectar en familia. Hay que poner una hora para encender las pantallas: si un chaval de 12 años puede ponerse con un videojuego desde que se despierta, madrugará y no dormirá lo suficiente. Y por la noche no puede haber dispositivos en la habitación. Es fundamental para la desintoxicación digital: tenemos muchos despertares nocturnos, y si sabes que tienes el teléfono al lado, es muy fácil que te acabes desvelando.

¿Cómo valora medidas de protección como prohibir que accedan con sus datos personales a las redes sociales hasta los 16 años?

Yo estoy a favor de las restricciones, porque la horquilla es muy amplia: hay padres con bastante sentido común, que tienen buenas conversaciones con sus hijos y controlan el tiempo, pero por el otro tenemos padres que no ejercen ningún control. Desde mi punto de vista, todo lo que sea retrasar la exposición de los adolescentes a las redes sociales me parece acertado.