El sorprendente mapa de las muertes por calor en España: por qué mata más en Coruña que en Murcia
La provincia gallega registró el verano pasado la tasa más alta de mortalidad atribuible al exceso de temperaturas, con 15,46 defunciones, según el ISCIII.
10 agosto, 2024 01:38En el verano de 2023, el calor mató a más personas en Coruña que en Murcia. Es cierto que, según datos de la Aemet, en la provincia gallega se vivió el verano más cálido desde 1961. Aunque su temperatura media fue inferior a la de la murciana. ¿Significa esto que 20,6 ºC en Coruña matan más que 28,6 ºC en Murcia?
"Buscar una causa a las muertes por calor es reducir la cuestión a una simplicidad que no tiene", reconoce a EL ESPAÑOL Francisco Martín León, meteorólogo de Meteored. Uno de los factores que señala este experto es "el componente genético"; o lo que es lo mismo, que un murciano puede resistir temperaturas más altas que un coruñés.
Y es que la diferencia entre una y otra provincia no sólo se observa en términos absolutos (238 frente a 20), sino también ajustando la tasa por edad y sexo. En este caso, de hecho, Coruña fue la provincia con la mayor mortalidad atribuible al calor en el verano de 2023, con 15,46 defunciones por 100.000 habitantes. Le siguen Toledo (14,76), Huesca (14,64) y Palencia (13,9).
En el otro extremo, y con un total de 20 fallecidos, se sitúa Murcia (1,6). Sólo supera a Baleares y a Cádiz, ya que en ninguna de ellas se registró una muerte atribuible al calor durante el verano pasado. Con tasas similares a la murciana, aparecen Lugo (2,42), Barcelona (2,31) y Valencia (2,14).
Resulta llamativo, en este sentido, que entre dos provincias que presentan los datos más bajos —como son Murcia y Valencia— nos encontramos con Alicante, en la que se notificaron 13,76 muertes por 100.000 habitantes, la cifra más alta del litoral mediterráneo.
La cultura del calor
Martín León cree que otro de los motivos que explica la diferencia entre las provincias del norte y las del sur es que en estas últimas existe una mayor concienciación acerca de los posibles peligros que acarrea la exposición a altas temperaturas. "Esta cultura del calor hace que en Sevilla o en Córdoba sepan perfectamente que desde las 12 de la mañana hasta las 9 de la noche deben permanecer en una zona donde predomine la sombra", ejemplifica.
El meteorólogo también apunta a los factores socioeconómicos: "En nuestro país hay gente que no puede tener aire acondicionado o incluso ventilador pese a tener que enfrentarse a temperaturas muy altas". Según el último informe de pobreza energética en España, cerca de ocho millones de personas —esto es, el 17% de la población— no pudieron mantener una temperatura adecuada en sus hogares.
Es verdad que, siguiendo esta variable, provincias como Murcia deberían tener una mayor mortalidad atribuible al calor que Coruña, pues su PIB per cápita es menor, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Pero, como recuerda Martín León, es "el conjunto de los factores" lo que provoca que algunas regiones se vean más afectadas.
No obstante, hay algunas provincias en las que el nivel económico sí que influye. En Madrid, por ejemplo, los barrios más pobres, como Carabanchel, Tetuán o Vallecas, son donde mayor impacto tiene el calor, como concluyó un estudio en el que se analizaron 17 distritos madrileños.
"No es lo mismo pasar una ola de calor en una habitación con cuatro personas y sin aire acondicionado, que tener una casa con piscina, con 200 metros cuadrados", afirmó Julio Díaz, codirector de la Unidad de Referencia en Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente del ISCIII y autor principal del citado estudio, en una reciente entrevista con EL ESPAÑOL.
Otros de los motivos por los que se produce la ya comentada diferencia entre provincias son los conocidos como umbrales de temperatura de impacto en salud. Se refieren a la temperatura a partir de la cual se disparan los fallecimientos de forma estadísticamente reseñable. En Coruña, este valor se sitúa en los 27,5 ºC, mientras que en Murcia alcanza los 38,8 ºC.
"Nuestro sistema se basa en estas temperaturas de disparo que establece el Ministerio de Sanidad", explica a este periódico Diana Gómez-Barroso, doctora en Epidemiología y Salud Pública y responsable del MoMo, junto con Inmaculada León-Gómez. "No es lo mismo que haga 37 ºC en Murcia que en Zamora. En esta última la temperatura de disparo siempre va a ser mucho más baja".
Provincia con más muertes
Pese a que Coruña es la que presentó la tasa más alta de mortalidad atribuible al exceso de temperaturas el verano pasado, Madrid es la provincia con el dato más alto en el registro histórico, con un total de 4.744 defunciones desde 2015. De lejos le siguen Alicante (1.301), Barcelona (1.026) y Toledo (854).
Para Martín León, que la capital española ostente el funesto título de tener más decesos responde a varios motivos. Aunque especialmente señala a uno de ellos: "En Madrid se produce el conocido como efecto isla de calor. Con la cantidad de asfalto que hay, las temperaturas en plena ciudad son más altas incluso que en las zonas periféricas, con hasta dos o más grados de diferencia".
Además, es la región de España con la mayor esperanza de vida (84,63 años). Este envejecimiento de la población repercute en que haya un mayor número de personas sensibles a los impactos de las olas de calor, las cuales están aumentando su duración en las últimas décadas. "Madrid reúne muchas circunstancias para ser la provincia con la mortalidad más alta por calor", sintetiza Martín León.
Una nueva realidad
En el conjunto del país, los veranos de 2022 (6.813 muertes) y 2023 (5.204) han registrado las peores cifras de la última década. El responsable de Ciencia de Datos de la Fundación para la Investigación del Clima (FIC), Dominic Royé, estima que este verano se alcanzarán los 4.000 fallecidos en todo el verano.
Según Martín León, esta tendencia al alza no responde a una peor adaptabilidad al calor por parte de la población, sino a un incremento de las temperaturas propiciado por el calentamiento climático: "Estamos 'dopando' a la atmósfera para que tenga una mayor capacidad con la que retener temperatur más altas".
El que fuera meteorólogo de la Aemet no se muestra optimista ante el futuro que se nos avecina: "Es un problema muy complejo. Tendremos que adaptarnos a esta nueva realidad, en la que el número de días de olas de calor va en aumento, y tomar medidas políticas. Pero yo no soy político, soy meteorólogo", concluye.