Una lengua sana tiene un tono rosáceo.

Una lengua sana tiene un tono rosáceo.

Salud

Dime de qué color es tu lengua y te diré la enfermedad que puedes estar incubando

Si adquiere un rojo intenso, junto a inflamación y edematización, podemos estar delante de un caso de lengua de fresa.

26 agosto, 2024 01:19

La lengua es uno de los principales músculos del organismo humano. Aunque las cuerdas vocales son las responsables del habla, la lengua también tiene un papel crucial en este mecanismo. Así mismo, la lengua está recubierta de membranas muy especializadas que contienen papilas gustativas, cuya función es reconocer sabores y texturas de los alimentos.

Sin embargo, como explicó recientemente el profesor Dam Baumgardt, de la Facultad de Fisiología, Farmacología y Neurociencia de la Universidad de Bristol en el medio The Conversation, la apariencia de la lengua puede darnos mucha información sobre el estado de salud de una persona. Su color, textura y forma puede ser clave para diagnosticar diversos tipos de enfermedades.

Como explica Baumgardt, la lengua puede adoptar una amplia gama de colores, siendo el color rojizo el más frecuente. La lengua tiene un color rosado-rojizo basal estándar, pero si adquiere un rojo intenso, junto a inflamación y edematización, podemos estar delante de un caso de lengua de fresa.

En los casos de lengua de fresa o lengua aframbuesada, las papilas gustativas se inflaman hasta parecer pepitas en la superficie y adquirir una capa blanca, lo que da una apariencia de fresa ligeramente verdosa. Esta capa posteriormente se desprende y se puede observar una lengua de color rojo brillante.

Aunque se trate de un caso vistoso, la realidad es que una lengua de fresa puede ser un signo indirecto de escarlatina, una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Streptococcus pyogenes, muy contagiosa, aunque puede solucionarse con antibióticos. Sin embargo, si no se trata a tiempo, la escarlatina puede desembocar en una fiebre reumática.

Por otro lado, una lengua de fresa también puede ser indicativa de la enfermedad de Kawasaki, un trastorno inflamatorio y potencialmente grave que se observa principalmente en los niños. O, por otro lado, también puede ser un signo indirecto de síndrome de shock tóxico, una afección muy poco común pero que constituye una emergencia vital; este último caso también se acompaña de otros síntomas como fiebre elevada, dolor muscular y erupción cutánea generalizada.

Por su parte, la lengua también puede adquirir otras coloraciones, como blanco o incluso negro. En ambos casos sería un signo de un posible muguet oral o candidiasis, aunque una lengua negra también puede ser signo de lengua negra vellosa, la cual se asocia al tabaquismo, sequedad bucal y mala higiene bucal.

Finalmente, está el caso de las lenguas azules, lo cual sería indicativo de una cianosis central, una afección grave donde tanto la boca como la lengua y incluso la cara adquieren una tonalidad azulada por falta de oxígeno a nivel sanguíneo. De nuevo, se trataría de una emergencia médica que puede ser fatal.

Lengua geográfica

Respecto a la forma y textura de la lengua, más allá de su coloración, también existe la lengua geográfica, donde la parte superior de la lengua pasa de tener papilas ásperas a parches de un tejido rojo liso, otorgándole una similitud con un mapa del mundo. En este caso las manchas pueden aparecer y desaparecer, modificando la apariencia de la lengua.

La lengua geográfica suele acarrear pocos síntomas, aunque algunas personas se quejan de irritación en la superficie lingual, o incluso ardor. En este caso se trata de una afectación benigna y muy común, afectando al 1-3% de la población mundial. En casos muy específicos, la lengua geográfica se ha relacionado con algunas afecciones, como la psoriasis, alergias, asma e incluso diabetes.

Mitos y falacias sobre la lengua

Para finalizar, Baumgardt ha querido recordar algunos mitos o afirmaciones alrededor de la lengua y la salud que aún siguen vigentes hoy en día, aunque se ha demostrado que tales relaciones son inexistentes.

Por ejemplo, el hecho de poseer grietas o fisuras en la parte superior de la lengua, algo muy común en general, aunque en algunas personas estas grietas son más profundas y numerosas. Sería un ejemplo de lengua fisurada.

Se ha llegado a sugerir que las grietas de la lengua tienen relación con déficits de vitaminas o minerales como el hierro, o con la sequedasd bucal y el tabaquismo. En este caso, la asociación es variable según la evidencia disponible al respecto.

Por otro lado, un mito que aún sigue vigente y se sigue enseñando en enseñanza primaria, es el hecho de que diferentes regiones de la lengua sirven para detectar diferentes sabores: dulce en la punta, amargo en la zona posterior, etc.

Hoy en día sabemos que esta división no es real, dado que la mayoría de las papilas gustativas tienen botones gustativos para todos los sabores en todas las áreas de la lengua. Así mismo, estos mapas linguales son anticuados, dado que la mayoría omiten el quinto sabor, el sabor umami, por no hablar de otros sabores recientemente descritos como el oleogustus o 'sabor grasa'.

Aunque la lengua no esté dividida en forma de mapa en cuanto a los sabores se refiere, a nivel médico sí puede ser una buena guía para determinados casos, sirviendo de signo directo o indirecto de potenciales enfermedades.