Al menos 1.386 personas han fallecido en España por el calor este agosto, según el Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo) del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII). Supone un 183% más de muertes que hace 10 años en el mismo mes. Además, se trata de la tercera peor cifra de la década, sólo superada por los dos años anteriores: en 2023, con 1.990 fallecimientos; y en 2022, con 1.607.

"No puede confirmarse porque se suelen estudiar a más largo plazo, pero parece que hay una tendencia ascendente en la mortalidad atribuible al calor", señala a EL ESPAÑOL Inmaculada León-Gómez, responsable de este servicio de monitorización, junto con Diana Gómez-Barroso.

Esta tendencia coincide con las temperaturas de récord que se han experimentado en los últimos veranos. Y aunque el de este año no parece que vaya a superar al de 2023, la Agencia Estatal de Meteorología ya advirtió que será uno de los más calurosos desde que se tiene registro.

León-Gómez considera que, pese a que se están tomando las medidas de prevención, el calor está siendo "bastante extremo", en comparación con periodos anteriores. Aun así, con una temperatura superior a la de entonces, la mortalidad es inferior. Un claro ejemplo es el año 2003, cuando se atribuyeron 12.919 muertes al calor, con una temperatura media de 23,6 ºC. Dos décadas más tarde, y con un valor medio similar, los fallecimientos fueron un 83% menos.

42 muertes cada día

Este año, el mes de agosto comenzó como nunca antes lo había hecho: 366 muertes por calor en sólo cuatro días. En comparación con el pasado año suponía un incremento del 471%. La diferencia se ha ido reduciendo con el paso de las semanas, aunque en la primera quincena aún se duplicaba a favor de 2024.

El punto de inflexión no tuvo lugar hasta el 25 de agosto. Sólo en aquella jornada se produjeron un total de 166 fallecimientos por exceso de temperatura. Este número no se ha registrado en ningún día de este mes de agosto. No obstante, la media ha sido de 44 muertos por calor al día.

A falta de 22 días, el verano de 2024 ya es el quinto con más muertes por calor de la década, con 2.160. Casi el 65% se han notificado en el mes de agosto. Uno de los motivos de esta concentración es que durante el periodo de la canícula se sucedieron tres olas de calor en España. Aunque, como recuerda León-Gómez, su duración no fue tan larga como las de 2023: el pasado año hubo un total de 24 días bajo ola de calor.

La investigadora del ISCIII confía en que llegue un momento en el que la población se adapte a las elevadas temperaturas. "Pero la subida está siendo tan grande que la adaptación resulta difícil, sobre todo en personas susceptibles", lamenta. Este grupo está representado casi en su totalidad por mayores de 65, quienes comprenden el 96,8% de las muertes por calor en lo que va de verano.

Distinta metodología, misma conclusión

La adaptación al aumento de las temperaturas, dice León-Gómez, será más difícil de frenar si no se toman medidas destinadas a la población más vulnerable desde el punto de vista económico. Varios estudios ya han demostrado que el calor es más letal en los barrios pobres que en los ricos.

En Madrid, por ejemplo, el impacto es mayor en zonas con un nivel económico más bajo (Carabanchel, Usera o Vallecas), como reveló un estudio publicado en 2020. "No es lo mismo pasar una ola de calor en una habitación sin aire acondicionado que tener una casa con piscina", apuntó Julio Díaz, el autor principal y codirector de la Unidad de Referencia en Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente del ISCIII, en una entrevista a EL ESPAÑOL.

Por provincias, las tres más afectadas en agosto fueron Madrid (251), Barcelona (201) y Alicante (101). A estas le sigue Pontevedra, con 69 muertes por calor. Aunque tal vez sorprenda el encontrar a una región del norte en una posición tan alta, León-Gómez aclara que es debido al umbral de temperatura a partir del cual se dispara la mortalidad: "En Galicia puede ser más alto que en Andalucía, donde también están bastante más acostumbrados al calor".

Si se observan otros sistemas de monitorización diaria, el nombre de las provincias suele coincidir. Pero no así las cifras que se ofrecen en ellos. Por ejemplo, la aplicación MACE (Mortalidad Atribuible por Calor en España) estima que en agosto se produjeron 5.072 fallecimientos por calor moderado y extremo, frente a los 1.386 que ofrece MoMo.

"Sobre esto hay mucha discusión. Pero creo que las cifras de MACE están sobreestimadas, me parecen un poco exageradas", opina León-Gómez. Por su parte, los autores de la citada aplicación reconocieron en declaraciones a este periódico que los responsables de MoMo "subestimaban la realidad, minusvalorando el riesgo por altas temperaturas".

Los dos expertos convienen en que es "muy difícil" acercarse a una estimación real del número de muertes por calor. "Depende de qué modelo sigas o las variables que incluya", apunta León-Gómez. "Lo que sí se refleja en ambos casos es que el calor está impactando en la población de una forma cada vez mayor", concluye.