Los jóvenes ya no fuman cigarrillos tradicionales en España. Según la última edición de ESTUDES, la encuesta que elabora el Ministerio de Sanidad para conocer las tendencias del consumo de drogas entre los 14 y 18 años, en 2023 se registraron los datos de consumo más bajos para esta sustancia de toda la serie histórica, con una prevalencia diaria del 7,5%.
Por el contrario, el uso de cigarrillos electrónicos se situó en la cifra más alta de toda la serie histórica: un 64,6% de los jóvenes reconoció haberlos utilizado alguna vez en su vida. "España ha sido uno de los últimos países en los que se ha notado el incremento de este producto", comenta a EL ESPAÑOL Carlos Rábade, responsable de la Unidad de Tabaquismo en el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS).
"Entre los adolescentes, [los cigarrillos electrónicos] ya representan un alto porcentaje", prosigue. "Y si no se regula a tiempo, puede suceder lo mismo con el snus blanco". Este producto, también conocido como bolsas de nicotina sintética, no sólo se ha convertido en una alternativa al tabaco tradicional entre los jóvenes de nuestro país, sino que también lo es de los vapers, pues su consumo pasa desapercibido.
El snus blanco, al igual que el tabaco tradicional, se vende en unas cajetillas que son las que contienen las pequeñas bolsas que se colocan en la boca, entre la encía superior y el labio, para que durante unos minutos se libere la alta concentración de nicotina que se encuentra en ellas.
Cuáles son sus efectos
Esta forma de administración provoca que la absorción en sangre sea similar a fumarse un paquete entero de cigarrillos, dejando problemas a corto y medio plazo en el organismo, tal y como expone Rábade: "Hace que aumente la frecuencia cardíaca, la presión arterial y, por tanto, se incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares".
También altera la respuesta inmunitaria y genera una mayor predisposición a infecciones respiratorias. Además, como se consume por vía oral, puede tener efectos locales, afectando a las encías.
Sin embargo, la consecuencia que más preocupa a los expertos es que se pueda convertir en una nueva puerta de entrada al tabaquismo: "Es una forma de consumir nicotina a altas concentraciones que va a generar nuevos adictos al tabaco", asegura Rábade, a quien también le preocupa que se ofrezca como un falso método para dejar de fumar.
El snus blanco, en realidad, es un producto similar al snus marrón, una sustancia que está prohibida en todos los países de la Unión Europea, salvo Suecia, desde el año 1992. En el caso de las bolsitas de color marrón, contienen tabaco, además de nicotina. Aunque esta última se presenta en concentraciones más bajas: una bolsa de snus marrón tiene unos cinco miligramos de nicotina, mientras que una de blanco puede tener hasta hasta 50 miligramos.
De Internet a estancos
A diferencia de lo que ocurre con los vapers, el snus blanco no entra dentro de la regulación que se plantea en el Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo (PIT) 2024-2027 presentado por el Ministerio de Sanidad. Por ello, algunas asociaciones han pedido que "antes de que se convierta en un problema de salud pública" se prohíba su comercialización, como ya ha ocurrido en Bélgica y Países Bajos.
"Si no se detiene la venta, pasará como con los vapers, que ya lo han probado uno de cada cuatro jóvenes entre 12 y 13 años", advierte Raquel Fernández, presidenta de Nofumadores.org. Desde la asociación no ofrecen una cifra estimada de su consumo entre los menores, pero sospechan que "se está acelerando". En la citada encuesta de Sanidad tampoco se pregunta por esta sustancia.
"Los jóvenes", dice Fernández, "llegan al snus blanco a través de las redes sociales". En Reino Unido, son los propios jugadores de la Premier League quienes promocionan (a veces de forma indirecta) este producto que, según un estudio de la Asociación de Futbolistas Profesionales, habían probado dos de cada cinco jugadores de la liga inglesa. "Y teniendo en cuenta que ya no sabe ni huele a tabaco [se vende bajo distintos sabores], es el cóctel perfecto para crear nuevos adictos entre la población joven".
Fernández denuncia que el snus blanco se está vendiendo de forma alegal en España por dos vías diferentes. Por un lado, en páginas web donde los menores tienen prohibido el acceso. Pero también en los propios estancos: "Si se hacen con tabaco, que tienen prohibida su compra, cómo no van a hacerlo con el snus blanco, que está menos regulado".